Dato oficial: una familia necesitó $128.214 para no ser pobre en septiembre

Son $57.682 más que hace un año; la canasta que determina la línea de indigencia se estableció en $56.732.

 

El encarecimiento de la ropa y los alimentos, cuya suba de precios se ubicó por encima de la inflación promedio en septiembre, impactó sobre los registros de indigencia y pobreza. Así lo reflejan los datos oficiales difundidos hoy por el Indec, que indicó que el mes pasado una familia de cuatro integrantes (dos mayores y dos menores) necesitó $128.214 para no ser considerado pobre.

El número corresponde al valor de la canasta básica total (CBT), que comprende un conjunto de bienes y servicios elementales, que se incrementó un 7,1% con respecto al mes anterior (por encima del 6,2% de inflación del mes). En términos absolutos, el valor de la canasta, que define el umbral estadístico de la pobreza, se encareció $8457.

En la medición interanual, la CBT subió un 81,8%, un punto porcentual por debajo del IPC interanual (83%). En otras palabras: un hogar de cuatro integrantes necesitó en septiembre $57.682 más que hace un año para no ser considerada pobre.

En tanto, la canasta básica alimentaria (CBA), que marca la línea estadística de la indigencia, también subió un 7,1% en agosto. Según los datos del Indec, el valor de esa canasta, que considera únicamente un conjunto de alimentos y bebidas mínimos para la subsistencia, llegó a $56.732 para ese hogar de cuatro integrantes.

Fuente: INDEC

 

De esta manera, ese mismo grupo familiar tipo necesitó en septiembre $3742 más que en agosto para no ser considerado indigente. En esta medición impactó el alza que el mes pasado registraron las categorías de ropa (10,6%) y alimentos y bebidas (6,8%).

En la medición interanual, el valor de la CBA se incrementó en un 89%, seis puntos por encima de la inflación promedio (83%) en el país. En valores absolutos, esa misma familia de cuatro integrantes necesitó $26.718 más que un año atrás para no ser considerada indigente.

Fuente: INDEC

 

Este fue un punto que encendió nuevamente la interna dentro del Gobierno, con un nuevo reclamo de la vicepresidenta hacia el equipo económico que encabeza Sergio Massa.

“El Indec publica hoy datos sobre el descenso de la pobreza del 37,3% al 36,5% en el primer semestre del 2022. Sin embargo, en el mismo período la indigencia aumentó del 8,2% al 8,8%, esto evidencia el impacto del fuerte aumento en los precios de los alimentos”, escribió la Cristina Kirchner en Twitter.

“El ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia, pero es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector y, al mismo tiempo, diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”, agregó la expresidenta.

En ese contexto, el Gobierno anunció que trabaja en un bono para reforzar los ingresos de personas en situación de indigencia. Si bien aún no se oficializó, ese esquema supone el pago de $45.000 (se abonaría en dos cuotas de $22.500) para un universo de alrededor de dos millones de beneficiarios.

“En septiembre, ambas canastas aumentaron al mismo ritmo que la inflación, aunque en los últimos 12 meses lo que tiene que ver con el componente de alimentos subió más. Ambas son subcomponentes o derivados del relevamiento del IPC, con el caso de la CBA asociada a los nutrientes básicos necesarios para la alimentación mínima, y se toman en base a los precios del Gran Buenos Aires, que en la categoría alimentos y bebidas aumentaron un 7,1%”, explica María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, en referencia a la suba de las canastas por encima de la variación promedio en el segmento de alimentos.

“Esto se refleja también en la medición de pobreza. Y ahí vemos la incidencia de algunos rubros que picaron en punta, como panificados, cereales, harinas, frutas o verduras, que no subieron solo en septiembre sino que lo vienen haciendo en los últimos meses. Y más allá de algunas diferencias, lo que esto va marcando es la enorme presión inflacionaria y el incremento del costo de vida que pone la presión sobre el lado de los ingresos, que en los últimos meses no están acompañando el aumento de los costos. Incluso en el primer semestre, donde todavía los salarios venían a un ritmo alto y la inflación no estaba tan acelerada, ya veíamos un aumento de la indigencia y la pobreza. Estos valores ponen sobre la lupa este tema y explican el conflicto social que se viene dando fuertemente en los últimos meses”, concluye la analista.

 

 

 

Fuente: lanacion.com.ar