La icónica cooperativa láctea Sancor se encuentra en un punto crítico. Ante una deuda millonaria y el constante incumplimiento de pagos salariales, los trabajadores han decidido ir a la Justicia para solicitar formalmente la quiebra de la empresa.
Esta drástica medida, respaldada por el gremio Atilra, busca forzar una resolución que garantice tanto el cobro de lo adeudado como la continuidad de los puestos de trabajo.
La situación es de extrema preocupación, ya que la cooperativa acumula deudas que superan los 80.000 millones de pesos, tanto en pasivos preconcursales como en deudas más recientes con sus empleados y organismos sindicales.
La decisión de solicitar la quiebra no es un llamado al cierre, sino un intento de tomar el control del futuro de la empresa.
La cooperativa, que en el pasado fue un símbolo de la industria argentina, lleva años sumida en una profunda crisis financiera que se ha agravado progresivamente. La falta de inversión y las promesas incumplidas llevaron a los trabajadores, después de más de 2500 intimaciones de pago sin respuesta, a tomar la decisión de recurrir a la vía judicial.
¿Por qué solicitar la quiebra?
Aunque pueda parecer un fin, el pedido de quiebra es visto por los trabajadores como un camino para una solución definitiva. Esto se debe a que la ley permite, en casos como este, la posibilidad de que la Justicia autorice la creación de una cooperativa de trabajo, donde los propios empleados se harían cargo de la producción para mantener la actividad de las plantas y sus fuentes de empleo.
La crisis de Sancor, que se encuentra bajo concurso preventivo de acreedores, ha dejado un saldo preocupante:
- Deuda salarial millonaria: Se adeudan salarios de los últimos meses, además del aguinaldo, lo que afecta directamente a las familias de cientos de trabajadores.
- Plantas paralizadas: Gran parte de las plantas industriales de la cooperativa están inactivas, lo que se traduce en una pérdida de producción y un futuro incierto.
- Incumplimientos reiterados: Los trabajadores, a través de su sindicato ATILRA, denuncian el incumplimiento de los aportes y contribuciones retenidos que nunca llegaron a la obra social y la mutual gremial.
El pedido formal de quiebra será presentado en el juzgado de Rafaela, Santa Fe, donde ya se tramita el concurso de acreedores de la firma. La decisión de los trabajadores, lejos de ser un acto de resignación, es un intento de proteger sus fuentes de empleo y la continuidad de una de las industrias más importantes de la región.
La situación de Sancor es un reflejo de los desafíos que enfrenta toda la industria láctea del país. La resolución de este conflicto, que está en manos de la Justicia, podría sentar un precedente importante sobre cómo se gestionan este tipo de crisis en empresas históricas.
