Una nube negra se ha posado sobre la industria del entretenimiento mundial este lunes. Rob Reiner, una de las figuras más queridas y respetadas de Hollywood, director de obras maestras que definieron décadas como When Harry Met Sally (Cuando Harry conoció a Sally) y Misery, fue hallado muerto junto a su esposa, la fotógrafa Michelle Singer Reiner, en el interior de su residencia en Los Ángeles. Las autoridades han catalogado el hecho como un doble homicidio, y las primeras líneas de investigación apuntan, trágicamente, al seno familiar.
La escena del crimen: domingo trágico en Brentwood
El descubrimiento se produjo alrededor de las 15:30 horas del domingo, cuando el Departamento de Bomberos y la Policía de Los Ángeles (LAPD) respondieron a una llamada de emergencia médica desde la vivienda de la pareja. Al ingresar a la propiedad, ubicada en el exclusivo vecindario de Brentwood, los oficiales se encontraron con una escena dantesca: los cuerpos del cineasta de 78 años y su esposa de 68 yacían sin vida con múltiples heridas compatibles con apuñalamiento.
El Capitán Mike Bland, del LAPD, confirmó a la prensa que se está tratando el caso como un homicidio. Sin embargo, un detalle crucial ha guiado las pesquisas desde el primer minuto: no se hallaron señales de entrada forzada ni cerraduras violentadas en la mansión. Este dato, revelado inicialmente por Los Angeles Times y confirmado por fuentes de la investigación, descartó casi de inmediato la hipótesis de un robo al azar y centró la atención en el círculo íntimo de las víctimas.
La pista familiar: Nick Reiner bajo la lupa
Aunque la policía, a través del subjefe Hamilton, intentó mantener cautela en la conferencia de prensa inicial declarando que "hablarían con todos los familiares", las filtraciones a medios estadounidenses como la revista People fueron contundentes: el principal sospechoso es Nick Reiner, el hijo de 32 años del matrimonio.
La historia de Nick es conocida en Hollywood por su complejidad y dramatismo, elementos que hoy cobran un matiz mucho más oscuro:
- Un pasado de adicciones: Nick luchó durante años contra el abuso de sustancias, llegando a vivir en situación de calle en estados como Maine, Texas y Nueva Jersey, distanciado de la fortuna de su familia.
- Cine como terapia fallida: Esa experiencia traumática fue la base del guion de la película Being Charlie (2015), escrita por Nick y dirigida por el propio Rob Reiner. En aquel momento, el proyecto se vendió como un ejercicio de sanación y reencuentro entre padre e hijo.
- Conflictos recientes: A pesar de aquella aparente reconciliación artística, fuentes cercanas indican que la relación seguía siendo volátil. "Parece una historia de película de terror, pero es la realidad", comentaron cronistas de espectáculos al analizar el perfil del joven.
El adiós a un gigante de la cultura pop
La muerte de Rob Reiner marca el fin de una era. Hijo del legendario comediante Carl Reiner, Rob supo construir su propio imperio creativo. Saltó a la fama en los años 70 como actor, interpretando a "Meathead" (Mike Stivic) en la serie All in the Family, papel por el que ganó dos premios Emmy. Sin embargo, su transición a la dirección lo convirtió en un arquitecto del cine moderno.
Su filmografía es un repaso por los clásicos que moldearon el gusto popular:
- Dirigió This Is Spinal Tap (1984), inventando prácticamente el género del falso documental ("mockumentary").
- Creó la película de aventuras por excelencia de los 80: The Princess Bride (La princesa prometida).
- Elevó el drama judicial con A Few Good Men (Cuestión de honor), logrando la nominación al Oscar a Mejor Película.
- Redefinió el terror psicológico con la adaptación de Stephen King, Misery, que le valió el Oscar a Kathy Bates.
Más recientemente, Reiner había vuelto a la actuación con papeles destacados, como el del padre del personaje de Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street, demostrando su vigencia y carisma intactos hasta el final.
Una pareja inseparable
La tragedia también se lleva a Michelle Singer, una talentosa fotógrafa y productora. Ella y Rob se conocieron durante el rodaje de When Harry Met Sally en 1989 y se casaron ese mismo año. Formaban una de las parejas más sólidas y visibles de la industria, siempre juntos en alfombras rojas y eventos benéficos. Además de Nick, el matrimonio tenía otros dos hijos, Jake y Romy, quienes ahora enfrentan la pérdida de sus padres en circunstancias inimaginables.
Mientras Hollywood comienza a llenar las redes sociales con mensajes de incredulidad y dolor, la investigación continúa. La policía de Los Ángeles trabaja contra reloj para esclarecer si, efectivamente, la mano ejecutora de este crimen atroz provino de la propia sangre de las víctimas, cerrando con horror el último capítulo de la vida de un hombre que dedicó su existencia a contar historias.
