En una noche cargada de emociones y tensión, Racing superó a River 3-2 con un gol en tiempo de descuento, dejando a su hinchada eufórica y asegurando el pase a cuartos de final.
Una batalla memorable bajo las luces del Cilindro
El encuentro entre Racing y River Plate, correspondiente a los octavos de final del Torneo Clausura 2025, se transformó en una auténtica epopeya futbolística. El estadio Presidente Perón fue el escenario ideal para protagonizar una de las noches más emocionantes de la temporada. Desde el inicio, ambos equipos mostraron sus credenciales de favoritos, jugando con intensidad y táctica, mientras en las tribunas la expectativa por un enfrentamiento histórico crecía minuto a minuto.
Primer acto: el golpe tempranero de Racing
Apenas pasados los cuatro minutos de juego, Racing se adueñó del protagonismo. Un centro exquisito de Gabriel Rojas encontró la cabeza de Santiago Solari, quien anticipó a la defensa y venció al arquero Armani, desatando la primera ovación local. La Academia se mantuvo activa, provocando situaciones de peligro y demostrando personalidad en cada sector de la cancha.
- A los 25 minutos, River intentó una reacción con la llegada de Drusi, pero se topó con una gran intervención de Facundo Cambeses.
- La defensa de Racing sostuvo la ventaja, con participaciones clave de sus centrales y una dinámica ofensiva que incomodó al rival.
Rafa millonaria y reacción de la Academia
Con el inicio del segundo tiempo, Marcelo Gallardo movió el banco e introdujo a Juan Fernando Quintero, Giuliano Galoppo y Ian Subiabre. Los cambios surtieron efecto rápidamente:
- Primero, Galoppo habilitó a Drusi y este a Subiabre, quien convirtió el empate para River tras una definición precisa (62').
- Segundos después (64'), Quintero aprovechó un rebote en la medialuna y anotó el segundo con un disparo potente, marcando el 2-1 y silenciando momentáneamente al Cilindro.
La euforia millonaria duró poco; Racing ajustó piezas y fue decidido en busca de la igualdad. El golpe llegó a los 73 minutos, cuando un centro de Adrián Fernández fue desviado por Lucas Martínez Quarta en contra de su propia valla, descolocando a Armani y sellando el 2-2 que cambió el ánimo de las tribunas.
Agonía y gloria: el desenlace inolvidable
Lo que parecía destinado a la definición por penales tomó un giro dramático en tiempo de descuento. Con Racing empujando desde todos los sectores y River intentando resistir, se produjo una serie de rebotes y remates dentro del área que desembocaron en el gol definitivo:
- A los 90+3 minutos, en medio de la confusión y el esfuerzo colectivo, Gastón Martirena logró conectar un toque salvador ante la portería vacía. El festejo fue ensordecedor; la hinchada de Racing explotó en alegría y emoción por una victoria que quedará grabada en la memoria.
- El equipo de Gustavo Costas demostró temple y convicción, sobreponiéndose a dos desventajas y mostrando corazón en el tramo final.
Datos clave y protagonistas de la noche
- Goles: Solari (4', Racing), Subiabre (62', River), Quintero (64', River), Martínez Quarta (73', en contra, Racing), Martirena (90+3', Racing).
- El partido se jugó el 24 de noviembre de 2025 en el estadio Presidente Perón.
- River estuvo dirigido por Marcelo Gallardo, Racing por Gustavo Costas.
- La Academia avanzó a los cuartos de final, donde enfrentará al ganador entre Lanús y Tigre.
El valor de una noche histórica para Racing
La victoria ante River, uno de sus clásicos rivales, representó mucho más que un pase de ronda. Racing mostró capacidad de resiliencia, talento en momentos de presión y una comunión perfecta con su público, que vibró con cada jugada. Los jugadores fueron el reflejo de un liderazgo sólido y una planificación que no se desmoronó ante la adversidad. El partido se convirtió en motivo de análisis y celebración para quienes siguen de cerca el fútbol argentino, por la intensidad y el desenlace inesperado.
El Torneo Clausura suma así una página dorada para la Academia, con una remontada agónica que será recordada por generaciones. Este tipo de encuentros consagran ídolos, como Martirena, Solari y el propio entrenador, y llenan de orgullo a un club que escribió una épica en apenas 90 minutos y unos segundos de infarto.
