►Lourdes Fernández y la violencia de género mediática: reflexión tras un vivo con Fabiana Cantilo

En una transmisión en vivo, Lourdes Fernández expuso su realidad como víctima en una polémica relación, dando pie a un intenso debate social y judicial sobre el abordaje, la protección y la tutela legal ante la violencia de género.

Relato y exposición pública: un vivo revelador

Lourdes Fernández, reconocida por su paso en Bandana, brindó su testimonio durante un streaming con Fabiana Cantilo. El diálogo fue espontáneo y crudo, develando los matices de su relación con Leandro García Gómez, actualmente detenido tras denuncias por violencia de género. La cantante se mostró visiblemente afectada: "Estoy triste porque está preso", admitió en respuesta a la negativa judicial de excarcelación de su ex pareja.

Círculo de violencia y naturalización del daño

El intercambio evidenció el ciclo tóxico y adictivo de la relación. Lourdes confesó haber regresado al departamento por motivos familiares y de salud, siendo encontrada por la policía tras la denuncia materna. Cuando Cantilo le preguntó sobre las agresiones físicas, Lourdes negó su persistencia actual y explicó que la situación era parte del pasado, minimizando el peligro, lo que coincidió con la visión de la Oficina de Violencia Doméstica (OBD).

  • Relaciones viciadas: Lourdes aparece atrapada en un vínculo marcado por el abuso y la autodevaluación.
  • Negación del riesgo: El discurso público normaliza la violencia, justificando al agresor y restando gravedad al peligro real.
  • Adicción y dependencia emocional: El vínculo nocivo es comparado por especialistas con comportamientos adictivos de difícil ruptura.

Papel de la Justicia y la familia: tutela y derechos humanos

El caso generó discusiones sobre la necesidad de intervenciones tutelares cuando la víctima no está en condiciones de discernir el peligro. El abogado de la madre de Lourdes solicitó que se la trate como víctima de trata de personas, dada su voluntad viciada y aislamiento, aunque formalmente el caso no encuadra en esa figura legal. La OBD subrayó que Lourdes es una "víctima de alto riesgo".

Se invocan tratados internacionales como la Convención de Belendo Pará y la SEDAU, legitimando la acción estatal para proteger la integridad física y psíquica de la mujer. La Corte Suprema respalda la aplicación de criterios amplios que eviten la revictimización y la desprotección por falta de denuncia activa.

El rol de los afectos y la comunidad

Fabiana Cantilo, en su papel de amiga y confidente, logró empatizar y abordar la temática con sensibilidad, promoviendo el diálogo. El trabajo interdisciplinario y el acompañamiento emocional se destacan como claves para que la víctima logre poner en valor su testimonio y acceder a la protección judicial.


Conclusión: desafío colectivo ante la violencia

El caso de Lourdes Fernández ilustra la complejidad de la violencia de género cuando la víctima oscila entre la negación del peligro y la exposición pública. El abordaje legal y social debe partir de la empatía, la protección efectiva y la acción preventiva para romper el círculo de impunidad doméstica. Las figuras públicas y la comunidad juegan un papel fundamental en la sensibilización y la contención, mientras que el Estado es responsable de garantizar los derechos y la seguridad de quienes todavía no logran denunciar o escapar por sí mismos.

 

Fuente/Canal: ElTrece
►Lourdes Fernández y la violencia de género mediática: reflexión tras un vivo con Fabiana Cantilo

►Lourdes Fernández y la violencia de género mediática: reflexión tras un vivo con Fabiana Cantilo

►Lourdes Fernández y la violencia de género mediática: reflexión tras un vivo con Fabiana Cantilo

En una transmisión en vivo, Lourdes Fernández expuso su realidad como víctima en una polémica relación, dando pie a un intenso debate social y judicial sobre el abordaje, la protección y la tutela legal ante la violencia de género.

Relato y exposición pública: un vivo revelador

Lourdes Fernández, reconocida por su paso en Bandana, brindó su testimonio durante un streaming con Fabiana Cantilo. El diálogo fue espontáneo y crudo, develando los matices de su relación con Leandro García Gómez, actualmente detenido tras denuncias por violencia de género. La cantante se mostró visiblemente afectada: "Estoy triste porque está preso", admitió en respuesta a la negativa judicial de excarcelación de su ex pareja.

Círculo de violencia y naturalización del daño

El intercambio evidenció el ciclo tóxico y adictivo de la relación. Lourdes confesó haber regresado al departamento por motivos familiares y de salud, siendo encontrada por la policía tras la denuncia materna. Cuando Cantilo le preguntó sobre las agresiones físicas, Lourdes negó su persistencia actual y explicó que la situación era parte del pasado, minimizando el peligro, lo que coincidió con la visión de la Oficina de Violencia Doméstica (OBD).

  • Relaciones viciadas: Lourdes aparece atrapada en un vínculo marcado por el abuso y la autodevaluación.
  • Negación del riesgo: El discurso público normaliza la violencia, justificando al agresor y restando gravedad al peligro real.
  • Adicción y dependencia emocional: El vínculo nocivo es comparado por especialistas con comportamientos adictivos de difícil ruptura.

Papel de la Justicia y la familia: tutela y derechos humanos

El caso generó discusiones sobre la necesidad de intervenciones tutelares cuando la víctima no está en condiciones de discernir el peligro. El abogado de la madre de Lourdes solicitó que se la trate como víctima de trata de personas, dada su voluntad viciada y aislamiento, aunque formalmente el caso no encuadra en esa figura legal. La OBD subrayó que Lourdes es una "víctima de alto riesgo".

Se invocan tratados internacionales como la Convención de Belendo Pará y la SEDAU, legitimando la acción estatal para proteger la integridad física y psíquica de la mujer. La Corte Suprema respalda la aplicación de criterios amplios que eviten la revictimización y la desprotección por falta de denuncia activa.

El rol de los afectos y la comunidad

Fabiana Cantilo, en su papel de amiga y confidente, logró empatizar y abordar la temática con sensibilidad, promoviendo el diálogo. El trabajo interdisciplinario y el acompañamiento emocional se destacan como claves para que la víctima logre poner en valor su testimonio y acceder a la protección judicial.


Conclusión: desafío colectivo ante la violencia

El caso de Lourdes Fernández ilustra la complejidad de la violencia de género cuando la víctima oscila entre la negación del peligro y la exposición pública. El abordaje legal y social debe partir de la empatía, la protección efectiva y la acción preventiva para romper el círculo de impunidad doméstica. Las figuras públicas y la comunidad juegan un papel fundamental en la sensibilización y la contención, mientras que el Estado es responsable de garantizar los derechos y la seguridad de quienes todavía no logran denunciar o escapar por sí mismos.

 

Fuente/Canal: ElTrece