El Tribunal Oral Federal 2 ordenó el decomiso de propiedades de Cristina Kirchner, Lázaro Báez y familiares condenados, en un caso emblemático de corrupción y reclamo de mayor celeridad judicial.
Una resolución de alto impacto político y judicial
En un acontecimiento inédito para la política y la justicia argentina, el Tribunal Oral Federal 2 firmó la orden de decomiso de los bienes de Cristina Fernández de Kirchner, Lázaro Báez y otros condenados en causas emblemáticas de corrupción estatal. El auto judicial —suscripto por los jueces Rodrigo Jiménez Uriburu, Jorge Luciano Gorini y Andrés Basso— establece la disposición, tasación y posterior realización oficial de las propiedades identificadas, con el objetivo de satisfacer el resarcimiento al Estado y cumplir la condena impuesta.

Detalle de los bienes involucrados
El fallo, de extensa fundamentación, incluye un inventario minucioso de inmuebles, cuentas bancarias y donaciones, entre los que se destaca un departamento en la localidad de Lago Argentino, numerosas propiedades en la provincia de Santa Cruz adquiridas desde 2007, y una serie de activos que abarcan desde sociedades anónimas hasta bienes muebles y fondos en moneda extranjera. Se resalta la mecanización de testaferros para registrar bienes a nombre de terceros —principalmente Lázaro Báez—, dejando únicamente algunos de ellos a nombre directo de la ex presidenta o sus hijos.
- Lázaro Báez: concentra la mayor parte de los bienes decomisados, distribuidos en numerosos inmuebles y empresas constructoras.
- Cristina Fernández de Kirchner: figura la titularidad directa de al menos un departamento, mientras que buena parte de las propiedades están bajo investigación por traspaso a terceros o donaciones familiares.
- Familiares: el decomiso también recae sobre bienes a nombre de Máximo y Florencia Kirchner, incluyendo fondos declarados y propiedades heredadas o donadas.
Reacciones, reclamos y el debate social
La medida —esperada durante meses por el seguimiento mediático y la presión de la opinión pública— fue celebrada por parte de la ciudadanía y funcionarios del Poder Judicial como un avance hacia la reconstrucción de la credibilidad institucional. Voces críticas alertaron sobre la necesidad de acelerar la devolución de activos al erario y reclamaron la ejecución efectiva e inmediata de la sentencia.
“Hace tiempo se reclama que el dinero saqueado vuelva al pueblo”, expresaron integrantes de organizaciones sociales, señalando obras, rutas nacionales, escuelas y asistencia a sectores vulnerables como destinos alternativos posibles si esos recursos hubieran sido gestionados legalmente.
Particularidades judiciales y contexto de la causa
La resolución detalla que la tasación y realización de los bienes decomisados será instrumentada mediante procedimientos oficiales y con intervención de peritos designados. Paralelamente, el fallo contempla que parte de los recursos incautados estaban bajo donaciones o transferencias previas a familiares, lo cual complica su inmediata ejecución y exige nuevas instancias procesales.
- La resolución incluye bienes de familiares, como la caja con 5 millones de dólares donados o heredados, bajo revisión judicial.
- Se profundiza la investigación sobre propiedades a nombre de sociedades anónimas y terceros involucrados.
- El fallo alcanza bienes muebles, bienes registrables y cuentas corrientes, bajo el principio de reparación patrimonial al Estado.
Cuestiones de fondo, prisión domiciliaria y justicia federal
La controversia también abarca el sostenimiento de la prisión domiciliaria respecto de los condenados de avanzada edad, entre ellos la ex presidenta, señalando diferencias en la aplicación de criterios dentro del sistema judicial. Columnistas y especialistas en derecho destacaron como “un símbolo institucional” que la Justicia actúe y garantice la continuidad de los procesos, evitando privilegios de hecho.
El reclamo de la sociedad apunta tanto a la efectiva recuperación de activos como a la celeridad procesal en la ejecución de sentencias y la igualdad ante la ley, considerando que se trata de un juicio trascendental por la magnitud del daño causado al patrimonio público y al desarrollo social del país.
El desafío de recuperar fondos y garantías
El decomiso de bienes representa un avance sustantivo en la lucha contra la corrupción y un mensaje a otros funcionarios y empresarios implicados en causas similares. El proceso sienta precedente para futuras causas penales y pone en la agenda el debate sobre la velocidad y firmeza de la administración de justicia. La sociedad argentina —testigo de uno de los mayores hechos judiciales de la posdemocracia— mantiene la expectativa sobre cómo impactará en la restitución de recursos esenciales y en la cultura de responsabilidad estatal.
