Padres impidieron la salida de un micro escolar en Munro tras detectar que el chofer sería sometido a controles; el conductor dio positivo en drogas y fue reemplazado.
La alerta inicial y el accionar de los padres
El inicio del esperado viaje de egresados de decenas de alumnos de escuelas de Munro se tiñó de preocupación y tensión en la madrugada cuando padres detectaron una actitud sospechosa en el conductor del micro que trasladaría a sus hijos hacia Cariló. Los adultos, atentos a las condiciones del viaje, exigieron la presencia de inspectores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) para los controles de alcoholemia y test antidroga previstos por la ley.
Al presentarse el personal y requerir los análisis correspondientes, el chofer se negó rotundamente a realizarlos, lo que disparó la alarma entre los padres, forzando la intervención de la policía local. El control finalmente se llevó a cabo: el resultado arrojó positivo tanto en consumo reciente de marihuana como de cocaína.
Tensión, denuncia y reemplazo del chofer
- La escena se tornó tensa: padres y acompañantes relataron insultos, reclamos y hasta intentos de agresión por la indignación al descubrir que sus hijos pudieron haber estado en peligro.
- El chofer, identificado como empleado de Plusmar pero designado por la firma Lake Travel, solo accedió a los tests tras la llegada de un tercer patrullero.
- El suplente asignado en su reemplazo tampoco estaba en condiciones legales para conducir por no haber cumplido las horas mínimas de descanso.
La empresa demoró el viaje durante horas mientras buscaban un tercer chofer habilitado. Según las familias, los chicos sufrieron la incertidumbre, el hambre y la prolongada espera, llegando a su destino varias horas más tarde de lo previsto.
Irregularidades del sistema y el rol de la prevención
Los padres advirtieron que la operatoria irregular no es aislada: “Algunos choferes falsean sus libretas de descanso para poder trabajar más tiempo de lo que marca la ley”, explicaron especialistas en transporte. La compañía de viajes tercerizada evitó terminales oficiales y controles más estrictos, revelando un vacío normativo en los servicios charteados directamente por escuelas y familias.
Según testimonios de progenitores y acompañantes, el chofer intentó evadir controles en varios puntos del trayecto, manejando despacio y tomando rutas alternativas. El CNRT confirmó que los controles legales deben ser solicitados formalmente y con anticipación por las familias, no existiendo obligatoriedad sistemática para los viajes escolares fuera de terminales.
Testimonios, indignación y responsabilidades
- “Si no exigíamos el control, nuestros hijos viajaban con un chofer drogado”, relató indignado uno de los padres ante la prensa.
- Una madre detalló la odisea: “Hubo que esperar un tercer conductor, el viaje se demoró, los chicos no comieron y quedaron varados en mitad de la ruta porque al micro le falló el aire acondicionado”.
- Otra familia contó que la empresa cambió el destino del viaje a último momento y que, ante la desconfianza, varios padres escoltaron el colectivo durante gran parte del trayecto.
El escándalo se amplió cuando los padres confirmaron que el chofer, a pesar del test positivo, se retiró manejando una combi de la empresa a raíz de los vacíos en la aplicación de sanciones inmediatas.
Reflexiones sobre el viaje y el futuro de los controles
El hecho motivó la radicación de una denuncia formal para exigir la inhabilitación del conductor, sanciones para la empresa y la revisión normativa del sistema de control que, hasta ahora, delega la prevención casi exclusivamente en la iniciativa de padres y tutores.
La experiencia dejó un sabor amargo entre las familias, marcadas por el temor y el cansancio ante la falta de garantías mínimas para los traslados escolares. Mientras tanto, las autoridades de CNRT, los municipios y la Justicia analizan endurecer los requisitos obligatorios para este tipo de viajes, ante el peligro constante de eventos adversos por consumo de sustancias al volante y exceso laboral.
“Quiero que esto no le pase a nadie más”, resumió uno de los adultos. “Nosotros tuvimos suerte, pero otros no”.
