El exjugador de River y Boca pasó de las portadas de revistas y el éxito deportivo a la cárcel de Marcos Paz. Crónica de una traición familiar, los chats que lo incriminaron y la sentencia definitiva que destruyó su carrera.
Lectura exprés
- ¿Qué sucedió?
Jonathan Fabbro fue condenado por abusar sexualmente de su propia ahijada y sobrina menor de edad. - ¿Quiénes son los protagonistas?
El exfutbolista (acusado), su sobrina (víctima), su hermano Darío (denunciante) y su pareja Larissa Riquelme. - ¿Cuándo ocurrieron los hechos?
Los abusos se perpetraron durante cinco años, entre los 6 y los 11 años de la víctima, y la denuncia estalló en 2017. - ¿Dónde fue?
En domicilios familiares en Villa Lugano, en la casa de la abuela paterna y en el automóvil del jugador. - ¿Cuál fue la prueba clave?
El testimonio de la niña en Cámara Gesell y chats de WhatsApp donde él le pedía fotos. - ¿Cuál es la condena?
Inicialmente 14 años, elevada a 16 años de prisión efectiva por la Cámara de Casación en 2022. - ¿Qué consecuencias tuvo?
Fabbro está preso en Marcos Paz hasta 2033 y su familia quedó dividida para siempre.
Para el invierno de 2017, Jonathan Fabbro parecía tener la vida resuelta. A sus 35 años, aunque la curva de su rendimiento deportivo había comenzado a descender, seguía facturando miles de dólares en el fútbol mexicano y era una celebridad mediática en toda la región. Su noviazgo con Larissa Riquelme, la modelo paraguaya conocida mundialmente como "La novia del Mundial 2010", lo mantenía en el centro de la escena del espectáculo. Planeaban una mega fiesta de casamiento en Cancún para diciembre de ese año. Sin embargo, todo ese imperio de fama y dinero se desmoronó por una denuncia que provenía del núcleo más íntimo de su entorno.
La denuncia que rompió el silencio
En julio de 2017, Jessica, la cuñada de Fabbro y esposa de su hermano y representante Darío, se presentó en una comisaría del barrio porteño de Villa Lugano. La mujer denunció que su hija de 11 años, ahijada y sobrina del futbolista, había confesado ser víctima de abusos por parte de su "tío Johnny" desde que tenía seis años.
El detonante fue el descubrimiento de unos chats de WhatsApp en el iPhone 5 de la menor. En esas conversaciones, el jugador le preguntaba con quién estaba y, al confirmar que la niña estaba sola, le exigía fotos. "Mandá fotos", escribía Fabbro. La niña intentaba resistirse con frases desgarradoras: "No da, pedile esas cosas a tu novia, sos mi tío".
El hermano mayor de la víctima fue quien descubrió la situación tras una discusión entre hermanos, grabó el relato de la niña y alertó a la familia. Según el expediente, la menor relató tocamientos, besos inapropiados y situaciones de abuso con acceso carnal (penetraciones orales) tanto en la casa de su abuela paterna, como en su propio hogar y en el auto Peugeot del futbolista.
La batalla judicial y la división familiar
La acusación partió a la familia Fabbro en dos bandos irreconciliables. Por un lado, Darío Fabbro (hermano y exmánager) y su esposa apoyaron a la víctima. Por el otro, la madre del jugador, Marta Zavala, y su hermana Anabel, cerraron filas en defensa de Jonathan, acusando a la otra parte de la familia de armar una causa por motivaciones económicas.
"Darío vive de la plata de Jonathan... es un sinvergüenza", llegó a declarar la madre del futbolista, defendiendo ciegamente a su hijo menor y definiendo a su otro hijo como "un demonio".
La defensa legal del jugador pasó por manos mediáticas, incluyendo inicialmente a Fernando Burlando, quien luego fue duramente criticado por Larissa Riquelme y la familia Fabbro por su supuesta inacción. Tras un pedido de captura internacional de Interpol, Fabbro se entregó en Puebla, México, en diciembre de 2017, y fue extraditado a Argentina en mayo de 2018.
El horror en Cámara Gesell y la sentencia
La prueba fundamental fue la Cámara Gesell. Los peritos determinaron que el relato de la niña era coherente, creíble y libre de fabulaciones. La víctima describió con detalles escabrosos cómo su tío la manipulaba, abusando de la confianza y el cariño que ella le tenía.
- Los jueces destacaron que Fabbro "redujo a la damnificada a un estado de simple cosa".
- Se confirmó que los abusos incluían eyaculaciones en la boca de la menor.
- La defensa intentó argumentar que la niña era "técnicamente virgen" para desestimar la violación, un argumento que fue rechazado por la justicia al considerar la gravedad de los accesos carnales orales y el daño psíquico.
El 29 de agosto de 2019, el Tribunal Oral N° 12 condenó a Fabbro a 14 años de prisión por "abuso sexual gravemente ultrajante" y "corrupción de menores agravada". Sin embargo, la historia no terminó ahí.
El agravamiento de la pena
La querella apeló el fallo solicitando una pena mayor, argumentando que los hechos constituían violaciones reiteradas. En julio de 2022, la Sala III de la Cámara de Casación revisó la sentencia y le dio la razón a la víctima. Los jueces recalificaron los hechos como abuso sexual con acceso carnal y elevaron la condena a 16 años de prisión.
El tribunal consideró probado que los ataques ocurrieron de manera reiterada entre 2012 y 2016, aprovechando situaciones de convivencia y la guarda que el jugador ejercía sobre su sobrina en ausencia de los padres.
El presente en Marcos Paz
Hoy, Jonathan Fabbro cumple su condena en el penal de Marcos Paz. Según informes recientes, terminó la escuela secundaria dentro de la cárcel, trabaja en tareas administrativas y realiza cursos de jardinería. Su pena se agotará recién el 19 de diciembre de 2033.
A pesar de las pruebas contundentes y la doble sentencia, Larissa Riquelme nunca dejó de visitarlo. La modelo paraguaya viaja "religiosamente" a verlo y sostiene su inocencia, manteniendo una relación que ha sobrevivido a la cárcel y al oprobio público.
Mientras tanto, Fabbro aún enfrenta una causa pendiente en Paraguay por el presunto abuso de otra menor (familiar de Riquelme), un proceso que quedó en suspenso debido a su encarcelamiento en Argentina, pero que podría reactivarse si alguna vez recupera su libertad.