Tras sufrir cuatro asaltos en su local de Buenos Aires, Martín cerró todo y emigró con cinco valijas buscando paz. Hoy, su carnicería en Cataluña es un éxito barrial donde fusiona los cortes criollos con la seguridad que tanto anhelaba.

Lectura exprés
- ¿Quién es el protagonista?
Martín, un carnicero argentino del barrio de La Paternal (CABA). - ¿Por qué emigró?
La inseguridad se volvió insostenible: sufrió cuatro robos en su negocio en pocos meses. - ¿Dónde se instaló?
En Badalona, municipio cercano a Barcelona, donde abrió "Carnicería Donatos". - ¿Qué ofrece su negocio?
Una mezcla de cortes tradicionales argentinos (vacío, asado) y cortes locales que aprende de sus clientes. - ¿Cómo fue su adaptación?
Exitosa y cálida por parte de los vecinos, aunque admite conservar "secuelas" y miedos de lo vivido en Argentina. - ¿Qué dejó atrás?
Su casa, su negocio anterior y gran parte de su familia, incluidos sus padres y hermana.
La historia de Martín es la de muchos argentinos que, empujados por la crisis y la inseguridad, deciden guardar su vida en unas pocas valijas y cruzar el océano. Hace apenas un año, este carnicero trabajaba en su local del barrio de La Paternal, en Buenos Aires. Hoy, despacha cortes de asado y entraña en Badalona, España, donde encontró la tranquilidad que le había sido arrebatada.
"Me robaron cuatro veces en unos meses"
El detonante de su partida no fue solo económico, sino una cuestión de supervivencia. En una entrevista reciente, Martín relató el calvario que vivió antes de tomar la decisión final: "Teníamos una carnicería allá en Paternal y en unos meses nos robaron unas cuatro veces. Ahí fue cuando decidí cerrar el negocio y venirme para acá".
El cambio fue drástico. Dejó atrás su casa, construida con años de esfuerzo, y a sus afectos más cercanos, como sus padres y su hermana. "Lo más duro es dejar todo el esfuerzo que hiciste en toda tu vida y traerlo en cinco maletas", confesó con visible emoción al recordar el momento de la despedida.
Donatos: Un pedazo de Argentina en Cataluña
Ya instalado en Badalona junto a su esposa e hijo, Martín no tardó en volver a su oficio. A los pocos meses de llegar, identificó un local y abrió "Carnicería Donatos". El recibimiento del barrio fue clave para su rápida integración.
"Estamos muy contentos por el recibimiento de la gente de Cataluña. Son muy agradables, me ayudan", explicó. La dinámica del negocio se ha convertido en un intercambio cultural: mientras él introduce a los vecinos en los secretos de la carne argentina, los clientes locales le enseñan sobre los cortes españoles.
- Cortes argentinos: Asado, vacío, entraña y achuras.
- Adaptación local: "Hay cortes que yo no los sé, pero la gente me ayuda bastante. Hacemos mitad y mitad", detalló el carnicero.
Seguridad vs. Secuelas
Aunque el negocio prospera y la familia se ha adaptado, Martín reconoce que las cicatrices de la inseguridad vivida en Buenos Aires tardan en sanar. A pesar de caminar tranquilo por las calles de Badalona, admite tener "secuelas" psicológicas.
"Estoy todo el rato asustado. Si veo a alguien esperar mucho tiempo en la esquina ya desconfío, o si escucho cualquier ruido me pongo en alerta", reveló sobre el estrés postraumático que arrastra. Sin embargo, valora la diferencia fundamental en su calidad de vida actual: "Aquí camino mucho más tranquilo, no saben lo que es vivir allí".
Hoy, Martín mira el futuro con agradecimiento, habiendo logrado reinventarse lejos de casa, convirtiendo su oficio en un puente entre dos culturas y demostrando que, a pesar del dolor del desarraigo, es posible volver a empezar.
