En la cárcel de mujeres de Chaco, Fabiana González pidió separarse de Marcela Acuña por conflictos y huelgas de hambre, revelando los desafíos de la prisión post-veredicto.
Un penal bajo tensión tras el fallo del caso Cecilia
El reciente veredicto por el femicidio de Cecilia Strzyzowski no solo sacudió a la opinión pública, sino que generó una nueva etapa en la vida penitenciaria de Marcela Acuña y Fabiana González. Ambas permanecen detenidas en el Centro de Detención de Mujeres de Resistencia, donde la convivencia forzada y los conflictos internos han marcado el día a día de las reclusas implicadas en la causa judicial más resonante del año en Chaco.
Condiciones y superpoblación en la cárcel de mujeres
El penal, ubicado en el barrio Don Santiago, fue proyectado para alojar a un máximo de 12 mujeres, pero actualmente alberga a 36 internas, incluyendo dos menores que permanecen con sus madres según disposición judicial. Testimonios de autoridades y del personal penitenciario, recogidos en entrevistas recientes, insisten en que las condiciones de habitabilidad se ven desbordadas por la superpoblación y la falta de infraestructura adecuada. Cada celda puede contener hasta cuatro personas y dispone de baño privado, pero la situación de hacinamiento pone a prueba los protocolos de salud y seguridad.
- La superpoblación carcelaria alcanza el triple de la capacidad diseñada.
- El Comité para la Prevención de la Tortura indicó que solo un 4,4% de la población penitenciaria provincial son mujeres, pero el crecimiento es notorio.
- El penal cuenta con talleres de costura, manualidades, huerta y lectura, donde las internas pueden instruirse y producir, además de acceso a programas educativos.
Las visitas están reguladas: familiares y abogados pueden ingresar los días lunes, miércoles y domingos, mientras compañeros y allegados los martes, jueves y sábados, en función de la capacidad admitida.
Conflicto interno y huelgas de hambre
Según las autoridades del Servicio Penitenciario, Marcela Acuña ha promovido reiteradas huelgas de hambre para exigir mejores condiciones, reclamar derechos y manifestar disconformidad con la convivencia penitenciaria. Fabiana González, por su parte, solicitó a través de un manuscrito ser trasladada a otra celda, alegando conflictos con Acuña y necesidad de evitar una convivencia hostil. Este pedido fue aceptado por el personal, cumpliendo el protocolo previsto para casos de conflicto entre internas.
- Acuña ha utilizado la huelga como mecanismo de protesta desde su ingreso al penal.
- Actividades educativas y laborales buscan mitigar tensiones, aunque las divisiones internas y el estrés post-condena complican la reinserción.
- En caso de agravamiento de la conducta, se evalúa el traslado a otras unidades provinciales o federales, como método de prevención de nuevas huelgas o incidentes.
Seguridad, monitoreo y desigualdad carcelaria
El penal dispone de un sistema de seguridad doble —interno y externo—, cámaras vigiladas 24 horas y custodia reforzada especialmente para las condenadas del caso Cecilia. El personal asegura trato igualitario entre las detenidas, rechazando la existencia de “presos VIP” y reafirmando el acceso a garantías legales y derechos básicos para todas. Sin embargo, el hacinamiento, el clima de conflicto y las denuncias de maltrato reciben seguimiento judicial y social.
- La cárcel se inauguró en 2009 tras el traslado desde Fontana y ahora evidencia serias limitaciones para manejar casos mediáticos y de alto perfil.
- Reclusas como Fabiana González participan activamente en talleres, mientras Acuña se dedica a lectura y labores intelectuales.
- La presencia de menores en el penal añade una dimensión sensible, con actividades educativas y adaptación para los niños junto a sus madres.
Perspectivas y posibles traslados
La resolución de los conflictos internos en el penal de mujeres es clave para evitar incidentes futuros y garantizar el funcionamiento normal de la institución. Si persisten los problemas de conducta o convivencia, no se descarta el traslado de Marcela Acuña a otra cárcel de mayor seguridad o a una unidad federal. Los próximos días serán fundamentales para determinar el destino y las condiciones de reclusión de las protagonistas y de quienes comparten el día a día tras el veredicto judicial.
