El temporal deja barrios intransitables en la zona sur de Resistencia. Sin colectivos ni remises, los vecinos caminan kilómetros bajo el agua para buscar comida o medicamentos en medio de la emergencia.

Lectura exprés
- ¿Qué sucedió? Barrios aledaños a la Terminal quedaron aislados por inundaciones severas tras el temporal.
- ¿Quiénes son los protagonistas? Vecinos de la zona sur, trabajadores municipales y el equipo periodístico de NG Federal.
- ¿Cuándo ocurrió? Durante la jornada posterior a las fuertes lluvias que acumularon más de 200 mm.
- ¿Dónde fue? Avenida Mac Lean y Malvinas Argentinas (zona Terminal de Ómnibus), Resistencia.
- ¿Cómo se produjo? El colapso del drenaje y el estado de las calles impidieron el tránsito vehicular.
- ¿Por qué es importante? Se interrumpió el transporte público y de emergencia, obligando a personas enfermas a caminar bajo el agua.
- ¿Qué consecuencias hay? Operativos de asistencia con camiones y entrega de mercadería del programa Ñachec.
Crónica de una ciudad colapsada
La intersección de Avenida Mac Lean y Malvinas Argentinas, punto neurálgico por la presencia de la Terminal de Ómnibus, se transformó en un escenario de desolación y caos. Las precipitaciones que castigaron a Resistencia convirtieron las calles en ríos intransitables, aislando a barrios enteros como el Juan José del Valle, Bettina Vázquez y Nido Jesús.
El tránsito quedó prácticamente paralizado. Ni colectivos, ni servicios de remis o plataformas digitales pudieron ingresar a la zona, obligando a los vecinos a dejar sus motos en terrenos más altos o dentro del predio de la Terminal para luego adentrarse a pie, con el agua superando en muchos casos la altura de las rodillas, para llegar a sus hogares.
Historias en primera persona: "Estamos olvidados"
La crisis hídrica expuso dramas humanos desgarradores. Durante la cobertura en vivo, el testimonio de María Daniela ilustró la desesperación de muchos. Paciente diabética, debió caminar kilómetros desde el Hospital Perrando hasta su casa en el barrio Bettina Vázquez, sin haber conseguido insulina y sin desayunar.
"Vengo renegando, estoy sin desayunar. Fui a buscar insulina y no hay, es un desastre. Tengo dinero para pagar un remis, pero nadie quiere entrar porque las calles están rotas", relató la vecina, visiblemente afectada.
Otro rostro de la jornada fue el de Fernando, un trabajador municipal que, a pesar de las dificultades en su propio barrio, salió a cumplir funciones en los galpones municipales. Su motocicleta quedó averiada en el intento de cruzar las zonas anegadas, reflejando el esfuerzo de quienes intentan mantener la ciudad operativa en medio del desastre.
Asistencia oficial y reclamos de infraestructura
Ante la imposibilidad de tránsito ligero, el Municipio y la Provincia desplegaron camiones de gran porte y retroexcavadoras para ingresar a los sectores más críticos. Se reportó la entrega de mercadería y asistencia a través del programa provincial Ñachec, utilizando estos vehículos pesados como único medio de enlace con los damnificados.
Sin embargo, el malestar social se hizo sentir. Vecinos increparon a las autoridades y medios presentes reclamando por el funcionamiento de las bombas de desagote, específicamente en la zona de Vilela. Si bien las fuentes oficiales aseguran que el sistema de bombeo está activo, la magnitud del agua caída y la falta de mantenimiento histórico en desagües y pavimentos —descrita por los propios habitantes como "crónica"— han superado la capacidad de respuesta inmediata de la infraestructura urbana.
