El episodio ocurrio en Cabildo, localidad con algo más de 2.000 habitantes, emplazada en un ámbito rural, a 51 kilómetros de Bahía Blanca, cabecera del partido.
Con amabilidad y buena predisposición los vecinos y vecinas de una localidad del sur bonaerense vinculada al agro y a la ganadería atienden a docentes, estudiantes y voluntarios en el marco del censo rural que comenzó el 9 de mayo pasado y se extenderá hasta el 17, previo al Censo 2022. Dichas cualidades fueron observadas por Télam en el marco de una recorrida junto a una censista y a una jefa de radio en un sector rural ubicado en proximidades de Cabildo, localidad ubicada a 51 kilómetros de Bahía Blanca, cabecera del partido. Cabildo tiene algo más de 2.000 habitantes y está emplazada en un ámbito rural. Cuenta con tierras aptas para la producción agrícola ganadera acompañado por el paisaje en el cual se observan las Sierras de la Ventana. La actividad se llevó a cabo durante una jornada a pleno sol, con cielo totalmente despejado y con una leve brisa que permitía percibir el sonido de los molinos ubicados en varios lotes destinados a la agricultura.
La primera visita se llevó a cabo luego de transitar por una calle de tierra rodeada de alambrado, tranqueras y de hasta ocasionales vacas y terneros que cruzaban por el lugar
"Este es el segundo censo en el cual participo. La gente responde y acá nos conocemos todos", señaló a Télam, Fabiana Pascal, quien es auxiliar docente desde hace 18 años y se desempeña como una de las encargadas de llevar a cabo el censo rural en la fracción 30, radio 7. "A mi me gusta participar y colaborar del censo, acá nos conocemos y sabemos las reacciones de cada uno", agregó la mujer, quien nació en Coronel Suárez pero desde hace mucho tiempo se radicó en Cabildo. Fabiana expresó que "hasta una cajera de la cooperativa (supermercado) me reconoció al decirme que yo era su censista". Durante la recorrida, la auxiliar docente estuvo acompañada por la jefa de radio Patricia Moresco, quien con 35 años de servicio en la docencia dijo que son 61 las viviendas a visitar la zona que se les fue asignada en el marco de la etapa rural del Censo 2022, la cual comenzó el lunes pasado y se extenderá hasta este martes. En el caso del censo rural participan un total de siete censistas y dos jefes de radio, uno encabezado por Moresco.
Para el operativo censal Fabiana cuenta con un barbijo, una pechera identificatoria, una credencial, acompañada por planillas, un lápiz especial y goma, junto con mapas del segmento de fracción y de radio
Al ser consultada en cuanto a si la gente sabe que los visitará el censista, la mujer expresó que "conseguimos números de teléfonos porque hay gente de Bahía Blanca que conocemos que han comprado campos por acá, por ahí lo usan fines de semana, están de lunes a viernes pero luego se vuelven".
"A veces hay muchas viviendas deshabitadas porque los dueños están viviendo en Bahía Blanca por lo que serán censados en dicha ciudad", agregó.
Para el operativo censal Fabiana cuenta con un barbijo, una pechera identificatoria, una credencial, acompañada por planillas, un lápiz especial y goma, junto con mapas del segmento de fracción y de radio junto a calcomanías en las que se indica que en la vivienda se llevó a cabo el censo, entre otros elementos.
La primera visita se llevó a cabo luego de transitar por una calle de tierra rodeada de alambrado, tranqueras y de hasta ocasionales vacas y terneros que cruzaban por el lugar.
Fue entonces que en la vivienda ubicada en la calle Ana Navarre y tras golpear en la puerta de chapa, la censista fue atendida con amabilidad por Milton, quien se hallaba junto a su pareja. El hombre, quien reside desde el 2015 y tiene un emprendimiento inmobiliario, procedió a entregar el código ya que el censo lo había realizado previamente en forma digital, situación por la cual el trámite duró pocos minutos. "Me parece algo que tendría que hacerse y el censo es interesante", sostuvo el hombre en la puerta de la finca y acompañado por su pareja. Luego de completar el código digital en una planilla y proceder a pegar en la puerta el sticker identificatorio, el operativo continuó en dos viviendas ubicadas en los alrededores, donde, pese a los intentos de avisar con las palmas de las manos acompañados por los ladridos de los perros, nadie se asomó. "En estos casos vamos a tener que volver porque sabemos que vive gente y que están acá", indicó la censista.
Posteriormente y ante la vista de más de una docena de molinos de vientos de un parque eólico próximo el operativo se extendió a otra vivienda habitada por un matrimonio y un hijo. "Acá estoy con mi hijo Julián y mi marido", dijo Claudia al recibirnos en la puerta de su vivienda, quien dijo que mi "hija Aldana está estudiando en Buenos Aires por lo que será censada allá". En dicha vivienda el censo duró por espacios minutos debido a que se había llevado a cabo en forma virtual por lo que tras completar en la planilla el comprobante del censo fue pegado en la tranquera de acceso. Luego de revisar los mapas en el capot del vehículo que trasladó a la censista y la jefa de radio, el operativo continuó tras recorrer varias calles de tierra, muchas de las cuáles se encontraban mojadas, producto de las lluvias de los últimos días. La última visita se llevó a cabo en la casa de una mujer de 70 años y ubicada en el acceso a la localidad y en cercanías del aeroclub.
Tras completar el formulario que demandó unos 25 minutos, la censista procedió a pegar en la puerta de la casa el respectivo comprobante y tras ser despedida amablemente por la dueña de casa se retiró junto a su jefa de radio para continuar con las tareas en una localidad de tradición agroganadera
Luego de golpear la puerta, en forma amable, Ana permitió el ingreso a su casa para llevar a cabo el censo en forma personal. "¿Me dan unos minutos para arreglarme un poquito? No los esperaba y además me tengo que poner los anteojos", expresó la mujer quien se jubiló como ama de casa. "Hasta los 18 años viví en Saldungaray y luego en Cabildo", comentó la mujer mientras le respondía a la censista sobre las características de su casa, quien completaba la planilla. "Asistí a la primaria en Saldungaray, a los 13 años tuve que comenzar a trabajar", agregó la mujer quien sostuvo que "desde los 18 años que vivo acá". "Mis tres hijos se fueron a estudiar a Bahía Blanca, donde uno es analista en computación, otra contadora y otro un farmacéutico", agregó. Tras completar el formulario que demandó unos 25 minutos, la censista procedió a pegar en la puerta de la casa el respectivo comprobante y tras ser despedida amablemente por la dueña de casa se retiró junto a su jefa de radio para continuar con las tareas en una localidad de tradición agroganadera.