Raúl prepara su salida en el Octavo Congreso del PCC que empieza este viernes en La Habana. Cuáles son los desafíos políticos, económicos y sociales que enfrenta la isla más allá del recambio generacional.
El apellido Castro ya no será, al menos en teoría, sinónimo de poder omnipresente en Cuba. A 62 años del triunfo de la Revolución, el prometido y tantas veces postergado recambio generacional impactará de lleno en el liderazgo del todopoderoso Partido Comunista, en momentos en que la isla atraviesa una grave crisis económica agravada por la pandemia de coronavirus.
Raúl Castro, que el 3 de junio cumplirá 90 años, dejará el cargo de primer secretario de la agrupación en el Octavo Congreso del PCC que se realizará desde este viernes y hasta el lunes próximo en La Habana a poco más de cuatro años de la muerte de su hermano, Fidel Castro. Se trata, en la práctica, del cargo político más influyente de la isla.
Su posible heredero, el actual presidente Miguel Díaz Canel, de 60 años y quien lo sucedió en la presidencia del país, tiene asegurados casi todos los boletos para continuar con su legado.
La salida del hermano menor de los Castro no ha sido oficializada aún, pero el propio exministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias anunció en 2016 el retiro de la generación histórica para este año. Su número dos, José Ramón Machado Ventura, un legendario combatiente de la Sierra Maestra, tiene 90 años y sumaría su nombre a este recambio de piezas para “rejuvenecer” al partido.
Será la primera vez desde el 3 de octubre de 1965, cuando fue creado el nuevo Partido Comunista de Cuba tras la fusión del Movimiento 26 de Julio con otras organizaciones revolucionarias, que un Castro no encabezará la cúpula del PCC.
Crisis, sueños y pandemia
Mientras la televisión cubana prepara el terreno con la transmisión en horario central de la serie “Conquistando un sueño”, sobre la historia del Partido Comunista de Cuba en nueve episodios, la población está hoy más preocupada por sortear los inconvenientes que le plantea la vida cotidiana y la pandemia de COVID-19.
Con estrictas restricciones sanitarias y números que rozan el millar de casos diarios de COVID-19, la población sufre escasez de productos de primera necesidad y aguarda esperanzada el resultado de las pruebas de dos vacunas cubanas (Soberana 2 y Abdala) que atraviesan la última fase de sus ensayos clínicos. Pero la crisis económica se agrava día a día.
El país sufrió en 2020 una caída de 11 puntos de su PBI a causa de la pandemia que golpeó a su principal fuente de ingresos, el turismo. Además, siguen vigentes numerosas medidas adoptadas por el expresidente estadounidense Donald Trump que agudizaron el embargo contra la isla vigente desde 1961 y que incluyen el fin del turismo estadounidense abierto por su antecesor Barack Obama y una severa limitación del envío de remesas.
Para Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los exponentes más reconocidos del Movimiento San Isidro (MSI), un grupo artístico y social de corte político creado por artistas e intelectuales cubanos disidentes, “la salida de Raúl tendrá un impacto psicológico” en la sociedad.
En diálogo telefónico con TN.com.ar desde La Habana, el artista cubano consideró: “Con Fidel todo era omnipresente alrededor de él y su muerte dejó un vacío de liderazgo total”.
“No hay ningún dirigente capaz de enfrentar ese vacío de poder. Ni siquiera Raúl. Por lo tanto, cualquier persona” que asuma en el Partido Comunista, “aunque sea de apellido Castro, no será bien visto. Díaz Canel carece de carisma”, opinó.
Además, el artista opositor consideró que, más allá de este recambio generacional, “el poder sigue estando en la familia Castro”.
Otero Alcántara, que el año pasado fue detenido y acusado por ultraje a los símbolos patrios y daños a la propiedad en el marco de una serie de protestas organizadas por su movimiento, dijo que el gobierno cubano “no está dando muestras de querer dialogar” para ir “hacia una transición democrática”.
Con la crisis de Venezuela, prosiguió, la isla no tiene un socio internacional que lo provea de petróleo: “El reto es cómo nos organizamos como oposición y sociedad civil para empujar la caída del régimen”, que buscará ”sobrevivir con procesos económicos que puedan satisfacer a la gente y puedan seguir viviendo 10 años con un poco de pollo y aceite”.
Raúl Castro, ¿secretario emérito?
Para el analista y abogado cubano Eloy Viera Cañive, colaborador de medios dedicados a noticias de Cuba como el portal El Toque, el hecho de que los dirigentes históricos de la Revolución “abandonen las labores burocráticas diarias no quiere decir que no conserven la influencia y la capacidad de revertir a dedo cualquier decisión que se tome en el país”.
“No dudo que en el Congreso veamos declaraciones” que apunten a mencionar a Raúl Castro “como secretario emérito y guía experiencial” del PCC. “Esto permitiría que él, incluso desde su retiro, sea consultado con relación a las decisiones que puedan poner en riesgo el monopolio político del Partido”, sostuvo en diálogo con TN.com.ar.
Viera Cañive, que actualmente reside en Canadá, dijo que la isla atraviesa una dura crisis económica que se emparenta, a su juicio, con la vivida tras la caída de la antigua Unión Soviética. Pero ahora “no se encuentra Fidel Castro, la generación histórica va en retirada y ninguno conserva el capital político” del líder histórico de la Revolución fallecido en 2016.
Además, precisó, “la ciudadanía está mucho más empoderada, sobre todo a partir del uso de las capacidades que Internet y las redes sociales le han ofrecido y existen pugnas evidentes al interior del poder entre conservadores y reformistas. Uno de los elementos que podrá medirse después de concluido el cónclave es hacia que lado se mueve la balanza. Pues para la supervivencia del modelo serán imprescindibles el impulso como mínimo de reformas económicas profundas”, señaló.
¿Dará un giro la economía cubana?
La crisis que enfrenta hoy Cuba es profunda. La isla siempre ha sido vista en blanco y negro, pero en realidad está llena de matices. Sin embargo, desde adentro y desde afuera, se la defiende y se la ataca con vehemencia y con la misma intensidad.
En ese contexto, el economista cubano Omar Everleny Pérez está convencido de que Cuba debe imitar el modelo vietnamita para salir de esta emergencia y enfrentar así sus “muchos desafíos económicos”.
“El PBI ha crecido solo 1% entre 2016 y 2020 y cayó 11% el año pasado. Este es un país donde decrecen las exportaciones de bienes y servicios en los últimos 3 o 4 años y la zafra (azucarera) no supera el millón de toneladas”, dijo a TN.com.ar Everleny Pérez, profesor titular de la Universidad de La Habana y exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana dependiente de esa casa de altos estudios. La mayor zafra de la historia ocurrió en 1970 cuando se alcanzaron 8,5 millones de toneladas.El economista dijo que en esta situación muy complicada influyen la pandemia de coronavirus pero también “factores internos” que deben mejorarse y “las 240 medidas implementadas durante el gobierno de Donald Trump que no se han revertido” y que han agravado el embargo. “Estamos congelados en el tiempo con esas medidas”, alertó.
Para Everleny Pérez, “el Estado tiene que ser más audaz en este próximo Congreso del Partido. Ser audaz es pensar que el mercado es un complemento importante para el desarrollo y no sería descabellado seguir más el modelo vietnamita, que tuvo un bloqueo de Estados Unidos y hasta una guerra y hoy es una de las economías más dinámicas en el Sudeste Asiático”, indicó.
Hoy cuatro de cada 10 cubanos nacieron tras la caída de la URSS o eran muy pequeños cuando se derrumbó el Muro de Berlín. “Ellos tienen que ver cambios. Si no ven los cambios en su generación tienen como política emigrar y eso es lo peor que le puede pasar a un país con recursos humanos altamente calificados”, señaló.
El economista dijo que una de las medidas que debe incorporar el modelo es la pequeña y mediana empresa. “Es algo a lo que le veo muchas oportunidades y no se contradice con los documentos del Partido. Cuba tiene que avanzar. El país, en este Congreso, tiene que abrirse un poco más teniendo en cuenta que las nuevas generaciones tienen que ver resultados. Las generaciones mas viejas sí vieron cambios con respecto a antes de la Revolución, pero los que tienen 40 años vieron un país igual. Hay que pensar en esa generación”, mencionó.
Y concluyó: “Ese salto tiene que incluir el mercado. No hay otra vía para hacer competitivo. No estoy diciendo que no tenga peso el sector estatal, pero solo tiene que concentrarse en los grandes macroprogramas. El comercio minorista y la agricultura tienen que estar en manos del sector privado o cooperativo. El sector estatal tiene que ir perdiendo peso. Es imposible pensar que en siglo XXI aún haya restaurantes estatales. Eso no ha funcionado”.