¿Por qué se celebra esta noticia? ¿Porque da la oportunidad de festejar otros cánones de belleza? ¿Viene a demostrar que hay atractivo en la vejez? ¿A hablar de un tipo de belleza más plural? ¿quién define estos otros cánones más amplios? ¿Es el último manotazo de ahogado de una práctica que es increíble que siga existiendo?

En todos estos concursos todavía se evalúan cualidades como “porte”, “desenvoltura” y “personalidad”. ¿No parece haber en este punto tantísima diferencia con los criterios que se usan en La Rural, verdad? Pero desde el año 2016, por lo menos en Argentina, ciertas reglas se fueron flexibilizando. Como la obligatoriedad de una pasada en bikini o la exigencia de ser “soltera y sin hijos”.

¿El hecho de que los concursos escucharan las críticas y hayan trabajado para justificar su existencia es algo para descorchar? Cada vez es más frecuente que intervenga la palabra “inclusión”. De todo tipo: etaria, racial, corporal. En todo el mundo estos eventos empezaron a presentarse como una instancia de celebración de los logros de las concursantes. Buscan mujeres que trabajan con ONGS, con títulos, reconocimientos profesionales, aspiraciones espirituales, que hablen varios idiomas, y que puedan hilar en segundos alguna opinión sobre la guerra entre Rusia y Ucrania.

Pero al mismo tiempo, tienen que ser capaces de atraer anunciantes. Además de dar examen de tono muscular, pelaje, manicure (¿pezuñas?), entran a jugar otros criterios basados en méritos en otras dimensiones de la vida. Ya no alcanza con esa belleza-lotería (una ventaja concedida azarosamente, a unas pocas elegidas, por más que se la quiera adjudicar a ser disciplinada con el skincare). ¿Entonces, qué festejamos? 

La Rural, donde sólo se ponen en juego calidades cárnicas, da la sensación de ser un espacio más compasivo con su ganado, al que no se le pide ni carisma, intereses o destrezas intelectuales. En contraposición, los concursos -ya no los de vacas sino de mujeres- suman nuevas presiones que no desactivan el criterio de exhibir lo que sea que se entienda por belleza física (tan diversa como se la pretenda presentar). Hay que cumplir con eso, pero además, se nos quita hasta la libertad de ser mediocres.