Jesús resucitó ¡Él vive!

... Que si nació hoy, que si nació ayer, que si nació aquí, que si nació allá. Que si murió a los 33, que si murió a los 36. Que cuántos clavos, que cuántos panes y pescados. Que si eran reyes, que si eran magos. Que si tenía hermanos, que si no tenía. Que dónde está, que cuándo vuelve. Lo cierto es que Jesús, siendo Dios, eligió tomar forma de hombre para morir por nuestros pecados y resucitar al tercer día, porque ni la muerte pudo vencerlo.

A mí me agarró la mano cuando más lo necesitaba. Me enseñó a sonreír y agradecer por las pequeñas cosas. Me enseñó a llorar con fuerzas y soltar. Me enseñó a despertarme saludando al sol y a acostarme con la cabeza tranquila. A caminar muy lento y muy descalzo.

Me enseñó a abrazar a todos y a abrazarme a mí. Me enseñó mucho. Me enseñó a quererme con ganas. A querer al que tengo al lado y, de cuando en cuando, a estirarle la mano. Me enseñó que siempre me está hablando en lo cotidiano, en lo sencillo, a manera de mensajes y que, para escucharlo, tengo que tener abierto el corazón.

Me enseñó que unas gracias o un perdón lo pueden cambiar todo. Me enseñó que la fuerza más grande es el amor y que lo contrario al amor es el miedo. Me enseñó cuánto me ama a través de mil detalles.

Me enseñó que los milagros sí existen. Me enseñó que, si yo no perdono, soy yo el que se queda prisionero, y para perdonar primero tengo que perdonarme.

Me enseñó que no siempre se recibe bien por bien pero que actúe bien a pesar de todo.

Me enseñó a confiar en mí y a levantar la voz frente a la injusticia. Me enseñó a buscarlo dentro y no fuera.

Me deja que me aleje, sin enojarse. Que salga a conocer la vida. A equivocarme y aprender. Y me sigue cuidando y esperando.

Hasta me dejó aprender de otros maestros, sin ponerse celoso. Porque es de necios no escuchar a todo el que hable de amor.

Me enseñó que solo vengo por un tiempo, y solo ocupo un lugar pequeño. Y me pidió que sea feliz y viva en paz, que me esfuerce cada día en ser mejor y en compartir mi luz conociendo mi sombra, que disfrute, que ría, que valore, y que él SIEMPRE va a estar en mí.... que aunque dude y tenga miedo confíe, ya que esa es la fe, confiar en Él a pesar de mí....

Jesús, Él ha resucitado hoy y vive en los corazones de quienes lo aceptan…

 

Fuente: encendidosporelespiritu.com.ar

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