Entidades financieras confirmaron la tendencia. La cantidad de billetes en circulación alcanzó en enero la cifra récord de 8.064,6 millones de unidades.
Cuatro entidades del sistema financiero argentino que pidieron no ser identificada dijeron a bloomberg línea que debieron acudir en los últimos tiempos a la construcción de nuevas bóvedas y depósitos en el interior del país o que tuvieron que optimizar espacios para hacer lugar para el sobrante de peso físicos que deben guardar.
Es que en un contexto en el que el billete de mayor denominación de la Argentina equivale aproximadamente a u$d 3 y en el que la emisión de dinero no encuentra un techo son cada vez más los billetes que los bancos deben almacenar. No siempre fue así: hace tan solo cinco años cuando fueron emitidos por primera vez los billetes de $1.000 equivalían a unos u$d 54, pero desde entonces no han hecho más que multiplicarse y perder poder adquisitivo.
En realidad en una economía qué es todavía altamente informal, puede representar un verdadero incordio. No solo para una sociedad que a veces se encuentra forzada circular con fajos de dinero con los riesgos que esto conlleva sino también para los comercios y bancos.
Récord de Billetes en la calle
Según datos del Banco Central de la República Argentina, la cantidad de billetes en circulación alcanzó este mes la cifra récord de 8.064 millones de unidades. De ellos 3.086,5 millones es decir un 38%, corresponden a billetes de $1.000, que el año pasado se convirtieron en los de mayor circulación en el país y 1.346,7, o un 16%, a billetes de $500. Son los únicos billetes argentinos que aún valen más de $1 estadounidense medidos al tipo de cambio libre.
Todo el resto es decir los billetes de $10 de $20 de $50 de $100 y de $200 suman un conjunto de 3.631,4 millones de unidades, son los billetes a los que dentro de los bancos ya califican como de baja denominación y que les están provocando un dolor de cabeza ante la negativa del oficialismo a emitir billetes de mayor denominación.
Desde el equipo económico del gobierno suelen argumentar que la decisión de no emitir billetes de mayor denominación se basa en primer lugar porque lo que buscan es fomentar la digitalización de los pagos, y en segundo porque al hacerlo evitan facilitar transacciones informales vinculadas a evasión o hechos ilícitos. Este último argumento, cabe recordar, fue el que utilizó el Banco Central europeo cuando tomó la decisión de dejar de emitir billetes de 500 €.
Más bóvedas y optimización de espacios
Línea durante el primer semestre de 2022 un informe de la asociación de bancos argentinos había graficado con suma nitidez cómo ha afectado a los bancos del exceso de pesos. Había indicado la entidad que nuclea las entidades de capitales nacionales privados se extrajeron de los cajeros automáticos del fin de una 900.000 millones de pesos, mientras que los retiros por ventanilla sucursales sumaron otros 600.000 millones. Esos $1.5 billones, explicaron, equivalían a 1.500 Millones de billetes de $1.000.
Para tener una idea de la magnitud de esta cifra, basta mencionar que con los billetes extraídos del banco y ATM, se podrían llenar 1,5 piscinas olímpicas con billetes de mil pesos, graficaron. Esos 1500 millones de billetes, añadieron, pesan 1.500 toneladas.
En ese momento la cantidad de pesos en circulación ascendía a 7.363 millones de unidades. Es decir un 8% por debajo de los niveles actuales, por lo que el problema no ha hecho más que agravarse.
Cuatro entidades del sistema financiero argentino que pidieron no ser mencionadas reconocieron debieron construir nuevas bóvedas y depósitos en el interior del país o que tuvieron que optimizar espacios para hacer lugar para el sobrante de pesos.
En una de ellas confesaron que en la nominalidad les representa un problema, ya que no sólo le complica la vida dela gente sino que aumenta los costos de transporte de caudales y aumenta el espacio de almacenamiento. Por eso último confesaron están construyendo nuevos pesos en diferentes lugares del país para poder ofrecer hacer un frente a este mayor volumen. Y al respecto subrayaron que no es que tienen más dinero en términos reales, sino más volumen de dinero, más metros cúbicos.
Pallets repletso de billetes de $100
Desde otra reconocieron ese mismo problema y dijeron tener en su tesoro pallets repletos de billetes de cien pesos que reciben como depósitos pero que no les conviene utilizarlos para recargar los cajeros ya que no les es rentable hacerlo. Según detallan ya están recargando los cajeros hasta unas tres veces por día, pero dado el límite de extracción la única forma de eficientizar el proceso es cargando los ATMs con billetes de 1.000 pesos o en su defecto de 500 pesos.
Por el volumen que implica suman desde una tercera entidad el tema de los billetes generó la necesidad de ampliar los espacios de resguardo. Para eso confiesan se realizaron obras en el tesoro General en una sucursal que cumplía con las medidas de seguridad que solicitaba el órgano contralor y además se realizó una obra en Mendoza para el mismo fin. A ello añadieron que debieron hacer una inversión en máquinas para acondicionar el numerario.
Para poder desprenderse de los billetes de baja denominación que no son absorbido por el banco central de la república Argentina, aseguran, están asumiendo el costo de enviar remesas a bancos pagadores. Toda esta situación agregan, les genera gastos de diferente tipo, como logísticos, gastos de estructuras o inversión en maquinaria.
Ahora añadieron tienen un porcentaje por encima del saldo respecto de lo que resguardan en custodia por cuenta y orden del banco central de la república Argentina. El mismo detallan creció 17% respecto al año anterior por lo que el espacio asignado esta operatoria es de unos 900 m³.
Ocurre explican dentro del sector que el banco central de la república Argentina, al no poder absorber el billete físico en manera de depósitos les dio a las entidades la posibilidad de atesorar en cuenta y orden a su nombre. Eso implica que ese efectivo si bien físicamente están en bóvedas de los bancos, figura como depositado en el banco central de la república Argentina. Por eso explican, es que varios bancos estuvieron construyendo o ampliando bóvedas y depósitos.
En una cuarta entidad, calificaron a la situación actual de acumulación de efectivo como crítica. Es que según argumentaron el 40% de su recaudación sigue siendo billetes de baja denominación de él con el fin de que que ya no pero forman de manera eficiente en cajeros automáticos dados los límites en cuanto a la cantidad de billetes que pueden otorgar por transacción.
Aun así, dijeron que no les queda más alternativa que convivir con el problema y trabajar para fomentar que sus clientes adopten las distintas herramientas de dinero digital para así reducir el uso del efectivo.
Además, expresaron que están trabajando para minimizar los costos y optimizar los espacios. En ese sentido, dijeron que no necesitaron construir nuevos depósitos, aunque si debieron crear dentro de bóvedas ya existentes nuevos espacios de guardado. E indicaron que hasta tenían bóvedas sin uso que fueron habilitando a medida que lo fueron necesitando.
Soluciones y paliativos
Dentro del sector consideran que el uso del efectivo se sigue agravando mes a mes, lo que hace que los costos de transporte y almacenamiento sean cada vez mayores. Un paliativo, explican, sería que se quiere hacer billetes de mayor denominación, tal como viene reclamando las asociaciones de bancos.
La inflación, indican, hizo que el segundo billete más abundante es decir, el de cien pesos, sea poco útil, ya que no se puede poner en los cajeros automáticos por el volumen que ocupa y cada vez menos gente los acepta. Incluso desde el sector dicen que el banco central de la república Argentina en muchos casos no los acepta porque no tienen capacidad suficiente para destruirlos.
Por ello, y ante la negativa del gobierno de poner en circulación billetes de mayor denominación, desde los bancos proponen otras soluciones paliativas. Entre ellas, sacar o bajar el llamado impuesto el cheque sobre pagos y transferencias electrónicas menores a 200.000 pesos, dejar de cobrar percepciones y retenciones del impuesto sobre tarjetas, para incentivar su uso por parte de los comercios, o permitir el cobro de gestiones del efectivo por parte de los bancos, para los depósitos superiores a un millón de pesos mensuales y extracciones superiores a 500000 pesos. Ello, creen, incentivaría los comercios a utilizar más medios de pagos electrónicos.
Una economía altamente informal
El que él si bien la pandemia aceleró notoriamente en ARGENTINA la utilización de los pagos digitales, dentro del sector suele mencionarse que queda aún un largo camino por recorrer. Al tratarse de economía informal resulta difícil precisarlo, pero algunas estimaciones marcan que ocho de cada vigués transacciones en el país aún se realizan con dinero en efectivo.
Un reciente estudio de Mercado Pago, publicado en noviembre y titulado "La digitalización de las PyMEs en Argentina", en cambio, asume que el 50% de la facturación de las pequeñas y medianas empresas del país son pagos que reciben en efectivo.
Para el economista Fausto Spotorno, director de Research económico y financiero de la consultora OJF & Asociados, la Argentina sigue teniendo una economía con mucho uso de efectivo porque los sistemas digitales son muy costosos. Eso, explica, seguida por doble vía: por las comisiones y por la carga tributaria que pesa sobre las billeteras digitales.
La cantidad de impuestos, retenciones y si percepciones que hay en Argentina, tanto nacionales como provinciales y municipales indica Spotorno, "distorsionan totalmente el uso del pago digital para operaciones comerciales". Por ello, dice, es que no se puede esperar que crezca el uso del sistema digital cuando está tan castigado tributariamente.
En Argentina hay una economía que funciona en negro innovar dejar de hacerlo porque les dije es un billete chico. No va a pasar al blanco porque la carga tributaria para una empresa que es insostenible. Entonces, entre quebrar y usar un billete chico, para elegir la segunda opción, argumenta Spotorno.
Esto agrega, tener un costo para los bancos muy grande por el costo asociado a transferir y mover dinero. Pero para Spottorno el alto costo logístico de tener billetes chicos (en relación a que cinco de los siete billetes en circulación equivalen a menos de un dólar al tipo de cambio paralelo) afecta tanto el sistema financiero como el privado.
La circulación de dinero por fuera de los bancos es unas diez veces más grande que lo que hay en los bancos. Por eso también para las empresas es un tema. En la calle hay prácticamente cuatro billones de pesos en circulación que no están en los bancos, recordó. Por todo ello, consideró que el billete de mayor denominación hoy en Argentina debería estar en el orden de 50.000 pesos en especial si se considera que de acá a un año posiblemente la inflación sea del %100.
Boom de las máquinas contadoras de billetes
Uno de los métodos más comunes que han encontrado, en los últimos meses, los comercios argentinos para lidiar con esta problemática ha sido la compra de máquinas procesadoras de billetes.
Según se pudo saber, tras dispararse en el último trimestre del año 2021, las ventas de estas contadoras de billetes a través de canales electrónico se mantuvieron elevadas durante los últimos doce meses, con picos entre los meses de mayo y agosto. Fueron, precisamente, los meses en los que la inflación se aceleró hasta que alcanzó y superó niveles del 7% mensual.
Desde una compañía dedicada al alquiler y a la venta de procesadoras de billetes dijeron que la demanda se disparó hacia fines del año 2021, pero se mantuvo durante 2022. Además, confesaron que en este último tiempo detectaron mayor demanda de actores que habitualmente no demandaban sus productos. Sin embargo, evitaron dar mayores precisiones o cifras al respecto.