La Pulga reveló que con Antonela Roccuzzo se emocionaron tras escuchar la lectura del escritor argentino. "Nos pusimos a llorar los dos porque es algo muy cierto, muy emotivo”, contó.
El escritor Hernán Casciari compartió una reflexión titulada "Messi y su valija", que emocionó hasta las lágrimas al propio Lionel Messi. “Antonela me lo mostró. Nos pusimos a llorar los dos porque es algo muy cierto, muy emotivo”, contó la Pulga.
El texto que compartió Casciari reflexiona sobre todo lo que atravesó el capitán argentino desde las inferiores del Barça hasta su consagración con el campeonato mundial alcanzado el domingo, destacando cómo nunca perdió su esencia.
“Estábamos tomando mate, me puse a mirar un poquito de TikTok y vi la historia que contaste”, dijo Messi en un audio que le envió a Andy Kusnetzoff, conductor del programa Perros de la Calle (Urbana Play), en el que Casciari es columnista y leyó la carta.
“Anto me mostró lo de Hernán, lo que escribió, lo que contó, cómo la contó. Y la verdad que fue impresionante. Nos pusimos a llorar los dos porque es algo muy cierto lo que cuenta, muy emotivo. Y nada, quería mandarles un saludo y agradecerles a los dos. Decirles que lo escuchamos, nos emocionamos, nos hicieron llorar y quería que lo sepan. Les mando un abrazo grande por ahí”, agregó el crack rosarino
En su reflexión -que saldrá publicada completa en la próxima revista Orsai-, Casciari, que se mudó a Barcelona a principios del 2000, habla de Messi y sus inicios en las inferiores del Barça, de lo que vivían los argentinos que habían emigrado a España y se emocionaban al verlo jugar, de las críticas que el capitán argentino atravesó a lo largo de su carrera, y del momento en que alcanzó la máxima gloria, con la Copa del Mundo, y “cerró las bocas de sus detractores”.
Y destaca cómo, pese a todo, nunca perdió su esencia y su amor por la Argentina. "En las entrevistas post partido, todas las preguntas las respondía con un sí o con un no. A veces decía ‘gracia’ y después bajaba la vista, no hablaba mucho. Los argentinos emigrados hubiéramos preferido a un charlatán, pero había algo bueno cuando por fin hilvanaba una frase más o menos larga, se comía todas las eses y decía ful en lugar de falta. Descubrimos, con alivio, que era de los nuestros, de los que teníamos la valija sin guardar", cuenta el escritor en un tramo de la carta.
"Celebrábamos que, en el vestuario, siempre tuviera el termo y el mate. De repente era el humano más famoso de Barcelona pero, igual que nosotros, nunca dejaba de ser un argentino en otra parte", agrega en otro.