Álvaro Cerezo, gerente de la empresa de vacaciones en lugares remotos y deshabitados Docastaway, habló con Van Lang y contó cómo él aún hoy batalla por “distinguir entre hombres y mujeres”. Asimismo, sostuvo que esta persona nunca tuvo deseos sexuales.“Puedo confirmar que Lang nunca tuvo el mínimo deseo sexual y su instinto reproductivo nunca mostró su cabeza en ninguna de sus múltiples facetas”, afirmó Cerezo.
Durante su vida en la selva el hombre y su papá sobrevivieron alimentándose de miel, frutas y verduras. Su dieta también incluía ranas, murciélagos, ratas, monos, peces y serpientes. “Para Lang ninguna parte de un animal debía desperdiciarse.
Mientras estaba con él en la selva lo vi comer murciélagos como si fueran aceitunas. También se alimentaban de las cabezas y vísceras de las ratas”, añadió el gerente.
La pareja siempre mantenía un fuego encendido y fabricaban herramientas, cubiertos y utensilios de cocina con materiales que encontraban en el bosque.
El director de Docastaway comunicó que, debido al mal estado mental de Thanh, “Lang vivió los últimos años lleno de estrés y ansiedad, permaneciendo despierto toda la noche en caso de que su padre cayera en la nada”.
Lang fue llevado a un pueblo en un auto y se sorprendió por todos los inventos modernos que presenció. “Por la noche, estaba completamente asombrado por la luz que provenía de las bombillas. Lang nos dijo que poder disfrutar de la luz durante la noche era algo extraordinario. Justo después de eso vio una televisión por primera vez, algo de lo que su padre también le habló cuando era joven”, contó Cerezo.
Cerezo explicó que el sentido del humor de Lang “es como el de un bebé”, copiando gestos faciales o reaccionando a las escondidas, “lo que contribuye a hacer de Lang una persona muy entrañable”.