La aerolínea Veopass confirmó que el avión, con capacidad para 68 personas y que realizaba el vuelo 2283, iba con 62 personas a bordo.
VINHEDO.- Las autoridades brasileñas empezaron a retirar este sábado los cuerpos de las 62 víctimas del accidente aéreo en el interior de San Pablo, donde además recuperaron la caja negra, y comenzaron las pericias en el lugar para determinar las posibles causas de su impresionante caída en picada.
El avión se precipitó el viernes en una zona residencial de la localidad de Vinhedo, unos 80 kilómetros al noroeste de la ciudad de San Paulo. De acuerdo con los bomberos, al menos 21 cuerpos ya fueron retirados entre el amasijo de hierros en que quedó convertido el fuselaje del avión.
Unas 200 personas trabajan este sábado en la recuperación de los cuerpos, que serán llevados a la morgue de San Pablo. Patrullas de policías, ambulancias y camiones de bomberos entraban y salían del Residencial Recanto Florido, un condominio de casas enclavado en un apacible entorno arbolado donde cayó el avión.
La posición de los cuerpos en el avión accidentado, las características físicas, los documentos y pertenencias como teléfonos celulares se estaban utilizando para ayudar a su identificación, dijo a la prensa el vocero de los bomberos en el lugar, Maycon Cristo.
“Una vez recogidas todas estas pruebas, sacaremos a las víctimas de entre los restos del avión y las colocaremos en el vehículo para trasladarlas a San Pablo”, explicó. Y agregó que se trata de una tarea difícil que puede llevar “incluso días”, más aún debido a una persistente lluvia.
Identificación
Familiares de las víctimas fueron trasladados a San Pablo para ayudar a proporcionar material genético para la identificación por ADN de las partes del cuerpo y otra información sobre los fallecidos, dijo por su parte el coordinador de Defensa Civil de San Pablo, Henguel Pereira.
La aeronave del constructor franco-italiano ATR viajaba de Cascavel, en el estado de Paraná (sur), al aeropuerto internacional de Guarulhos, en San Pablo, cuando comenzó a caer en picada. Según el sitio de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, voló durante casi una hora a 5180 metros hasta que a las 13.21, en solo un minuto, perdió altitud con una caída brusca hasta los 1250 metros.
Los vecinos del barrio donde ocurrió el accidente describieron haber sentido un fuerte ruido y luego vieron el avión desplomándose en caída libre. Tras impactar con el suelo, ardió en llamas y desprendió una enorme columna de humo, según los videos filmados por los locales.
El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) abrió una investigación para determinar las causas del accidente, y confirmó la recuperación de la caja negra con los registros del vuelo para su análisis.
Sgún la Agencia Nacional de Aviación Civil, la aeronave, que volaba desde 2010, cumplía con todas las normas vigentes y la tripulación con todos los certificados válidos. El director de operaciones de Voepass, Marcel Moura, dijo por su parte que la noche anterior al accidente el avión había pasado por un “mantenimiento de rutina” y no presentaba “ningún tipo de problema técnico”.
La compañía fabricante ATR dijo en un comunicado que fue informada del accidente y que sus especialistas “están totalmente comprometidos en apoyar la investigación en curso”.
La tragedia trajo a la memoria el siniestro en 2007 del Airbus A320 de la aerolínea TAM, que dejó 199 muertos tras fallar el tren de aterrizaje. Los medios también recordaron la desaparición en medio del Atlántico de un Airbus A-330 de Air France, con 228 personas a bordo, al entrar en una zona de turbulencia tras despegar de Río de Janeiro.