La incidencia de los aumentos tarifarios y de los alquileres es del orden del 94,2% del sueldo de un trabajador que gane $ 50.000 por mes. Es decir que sólo pagando los gastos básicos del importe mensual del alquiler, y las tarifas básicas de servicios que son considerados por nuestra legislación como servicios públicos, la totalidad de los ingresos son destinados a solventar dichos importes.
Acción y Defensa del Consumidor e Inquilino, asociación de consumidores de la provincia de Córdoba, revela el impacto del precio de las tarifas y el alquiler en un sueldo básico de empleado de comercio.
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, menos del 6% del haber mensual queda en el bolsillo, descontados los gastos fijos. Esto significa que un inquilino con este ingreso mensual y estos gastos contaría con MENOS DE TRES MIL PESOS para destinarlos a alimentos, ahorro, movilidad, recreación y cualquier otro concepto fuera del alquiler y los servicios básicos.
Qué estamos contabilizando en el cálculo:
Para la estadística se toman como referencia los importes mínimos promedios de los siguientes rubros:
Alquiler de un departamento de dos habitaciones en el centro de la ciudad: $ 30.000
Comisión inmobiliaria prorrateada en 36 cuotas: $ 1500
Expensas mensuales: $ 6000
Electricidad: $ 1200
Apto eléctrico: Actualmente no se está cobrando.
Cambio de titularidad EPEC: $ 3000 (este gasto es una vez por contrato)
Agua: $ 700
Gas: $ 1500
Rentas inmobiliario: Actualmente no se traslada al inquilino.
Municipalidad inmobiliario: Actualmente no se traslada al inquilino.
Internet: $ 2500
Teléfono móvil: $ 700
Qué NO estamos contabilizando en el cálculo:
Gastos de mudanza y pintura (al finalizar un contrato), medicina prepaga, televisión por cable, gastos de transporte (colectivo, auto, nafta, cochera, seguros, etc.), gastos de alimentación y esparcimiento, ropa, personas a cargo (menores, mayores, etc.). Se toman como referencia los costos mínimos promedio de los distintos servicios.
Queda claro que el impacto de alquileres y tarifas sobre un sueldo básico (que en principio “duplicaría” el salario mínimo vital y móvil) absorbe la totalidad de los ingresos del trabajador, imposibilitando toda capacidad de ahorro, salvo que éste decida, simplemente, no comer...