El especialista analizó el impacto que este escenario representa para los más chicos, y lo que significa que más del 50% del conurbano esté bajo la línea de pobreza
La pandemia del coronavirus aterrizó en Argentina luego de décadas en que los indicadores del país de pobreza crecen sistemáticamente, después de años de recesión y de altos niveles de inflación. Por eso, una vez que agarró al país mal parado, profundizó problemáticas estructurales como la pobreza infantil y la heterogeneidad entre sectores como la Capital Federal y el Conurbano donde más de la mitad de los habitantes son pobres.
Agustín Salvia, quien dirige la medición multidimensional de la pobreza realizado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) y, además, es sociólogo e investigador del Conicet, conversó con El Cronista y analizó las causas y las consecuencias de la cifra de pobreza que alcanzó el país durante el 2020.
"Argentina no viene pudiendo retroceder la pobreza, más allá de algunos escenarios de rebote de grandes crisis, pero que nunca llegan a niveles por debajo de lo que se tenía anteriormente. Cada vez el piso queda más alto, no solo por razones económicas como falta de crecimiento y de generación de empleo, sino por la política", sintetizó el investigador.
-La cifra de 42% que anunció el Indec, ¿Coincide con la medición de la UCA?
Nuestra última medición fue del tercer trimestre de 2020 y nos dio 44%. La EPH dio 42%, que se compone en realidad de una pobreza del 39% en el tercer trimestre y el 46% en el cuarto. La diferencia se explica porque en el tercer trimestre del año hubo una fuerte inyección de programas sociales como el IFE, aumentos de pensiones y jubilaciones que lograron ese 39%, pero de manera ficticia.
-Pero, ¿las políticas sociales que aplicó el Gobierno no fueron un analgésico?
Sin dudas, no un antibiótico. Hicieron que la situación haya sido mucho menos grave. Si no hubieran existido la tasa de pobreza hubiera superado el 50% y la de indigencia hubiese alcanzado el doble. Cumplieron una función social importante para mantener la cohesión social, pero no son para nada suficientes para generar la salida de la pobreza.
El problema no es cómo transferimos ingresos a los sectores pobres sin que estos ingresos se estén generando en el campo de la producción. Hay que agrandar la torta, porque con una torta cada vez más chica lo que estamos haciendo es distribuir la pobreza. Si contamos los últimos 3 años la acumulación de la caída del PBI supera el 15% y la creación de empleo fue nula o a la baja, sobre todo el crecimiento de empleo privado formal que estuvo por debajo del crecimiento demográfico. Lo único que creció fue el empleo público.
-Seis de cada diez niños son pobres, ¿es este el dato que más lo preocupa?
Sí, y si se toma la población se hasta 17 años inclusive los valores superan el 60%. Otro aspecto grave es que la tasa de pobreza en el conurbano es superior al 50%. Son indicadores de una fuerte polarización social y una fuerte fragmentación social. Estos datos muestran una sociedad que no tiene horizonte post-Covid.
-¿Qué significa no tener un horizonte post-Covid?
Que no tenemos un proyecto de recuperación económica social post pandemia. Marca cómo llegamos a esta situación en la que estamos desinvirtiendo en el desarrollo humano de la infancia. Generando niños que cuando sean grandes van a ser población culturalmente excluida: sin capacidad de que puedan invertir en su propio desarrollo humano, ya sea en salud, vivienda, educación, trabajo.
-¿El problema es cada vez más estructural?¿Cuánto le puede llevar a Argentina recuperar el aumento de pobreza de 6,5%?
La situación es cada vez más cruel. Quienes tienen más posibilidad de salir son los segmentos más aventajados. Volver a la situación prepandemia no es fácil. Para revertirlo se necesita una política social y económica muy distinta, que genere empleo, promueva a las pymes, se enfoque en las mujeres jóvenes que son la población más golpeada.
Con crecimiento incluso del 5% para este año, como va a ser con bajo nivel de creación de empleo porque faltan recuperar puestos prepandemia, en el próximo año si hubiera otra burbuja, podemos alcanzar una pobreza en torno al 38%. Ese es el piso al cual podemos llegar manteniendo políticas de alivio como una política de reactivación.
Ahora esos valores significaban 15 millones de personas bajo pobreza, Argentina no viene pudiendo retrocederla, más allá de algunos escenarios de rebote de grandes crisis, pero que nunca llegan a niveles por debajo de lo que se tenía anteriormente. Cada vez el piso queda más alto.
-¿Por qué Argentina no logra reducir la pobreza hace décadas?
En la Argentina vienen creciendo la pobreza sistemáticamente a lo largo de más cuatro o cinco décadas, más allá de algunos escenarios de rebote de grandes crisis pero -que nunca llegan a niveles por debajo de lo que se tenía anteriormente-, no solo por razones económicas como falta de crecimiento y de generación de empleo, sino por la política.
La grieta, la discusión política ideológica nos ha llevado mucho tiempo y nos lleva a desaciertos. Venimos peleando al interior de un laberinto por quien puja para un lado o para el otro de la salida, suponiendo que hay una salida, cuando la única es por arriba y todos juntos, en un proyecto de crecimiento y desarrollo que tenga a los distintos actores sociales. Al sector de la industria, como al agro y los servicios. A las más dinámicas y a las menos dinámicas. y programas que fomenten a la pequeña y mediana empresa, que son los únicos que van a poder generar empleo, a parte de políticas monetarias o cambiarias que mantengan un tipo de cambio de equilibrio.