La separación de la empresaria y el futbolista rankea en los más alto de las tendencias en redes sociales y portales de espectáculos. La infidelidad y la ostentación del lujo, como condimentos del irresistible combo de este escándalo recargado.
El escándalo desatado entre Wanda Nara y Mauro Icardi, se ha convertido en un tema de interés nacional. Tanto en portales de espectáculos como en redes sociales, el tema rankea en lo más alto de las tendencias. La fuerte acusación lanzada por la empresaria este sábado, marca a fuego el doble morbo con el que millones de espectadores asisten al posible final de esta particular historia.
Sin lugar a dudas, el mensaje publicado por Wanda en el que sentenió: "Otra familia más que te cargaste por zorra!", encendió el interés por el desenlace de esta polémica. Como en una suerte de caza de brujas, los rumores empezaron a apuntar a la China Suárez como la supuesta tercera en discordia, y en medio de la trifulca, Nara dejó de seguir a Icardi en Instagram y eliminó todos los posteos en los que aparecía junto a él.
El primer aspecto que dispara el morbo de la platea es el de la supuesta infidelidad del futbolista. En una era en la que un like en Instagram puede desatar la más insólita de las versiones, la actriz, a quien el delantero del PSG le había sumado algún corazoncito en sus posteos, quedó en la mira, sin más sustento que el del historial al que tantos les gusta acusar, por haber comenzado sus relaciones con Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña; en medio de turbulentos episodios cuando los galanes estaban en el final de sus relaciones con Eugenia Tobal y Pampita respectivamente. Pero en este punto, lo que atrapa al público, no es solamente el interés por develar la identidad de la mujer a la que Wanda Nara le aplica el mote de "zorra", sino también el detalle de que Mauro Icardi empezó su romance con la mediática cuando ella transitaba su escandalosa separación de Maxi López. De hecho, la situación derivó en que en la jerga popular se instalara el verbo "icardiar" para señalar al hombre que le roba la novia a un amigo.
Al siempre jugoso escándalo de la infidelidad, se suma otro condimento que completa el combo del morbo recargado, y que tiene que ver con los desatados niveles de ostentación de Wanda y Mauro. Más allá de que ella siempre llevó la delantera en cuanto al alarde de su vida de lujo, la pareja propulsó desde las redes la idea de un matrimonio feliz, a mitad de camino entre la grotesca exteriorización y la falta de empatía. Un conocedor histórico de los gustos del público como Charles Chaplin sostenía que la gente se divierte al ver que las personas ricas se llevan la peor parte, y argumentaba que "esto proviene de que las nueve décimas partes de la humanidad son pobres e interiormente envidian la riqueza de la otra décima parte”. De este añejo pero perdurable postulado, se desprende que la fascinación que ejerce este escandalete no tiene que ver solamente con un asunto de "cuernos", sino más bien con la idea de ver cómo la aparatosa realeza de Nara e Icardi se desbarranca hacia el abismo.
De momento y tras el fuerte estallido, este domingo Wanda emprendió un sorpresivo viaje en un vuelo privado con las hijas que tuvo con el futbolista, y se limitó a compartir un sentido posteo en el que remarcó quiénes son los artífices de su vida. Por su parte, Mauro se llamó a silencio aunque hace algunos días en su cuenta de Instagram hizo una publicación que hoy puede ser tomada como una llamativa señal de la inminente polémica. Próximamente, sabremos si estamos frente a una historia que el viento mediático se encargará de dispersar, o si este es apenas el punto de partida de un largo y encarnizado reality.