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No es habitual escuchar al presidente Mauricio Macri decir malas palabras o expresarse en términos soeces. Por eso la crudeza de sus dichos ante una pregunta de la periodista Viviana Canosa sobre la pobreza sorprende.
– ¿Qué le pasa a usted que tiene la responsabilidad de un país cuando sabe que hay mucha gente que no puede comer, sobre todo los chicos que no tienen acceso a un plato de sopa caliente y van al colegio para comer?
– Ese chico, por suerte, en algunos casos con más de cinco mil cuadras construidas, puede salir al colegio porque ahora tiene pavimento y antes tenía calles de barro y cuando llovía no podía salir. O el millón y medio de personas que hoy tiene cloacas y antes no tenían y convivían literalmente con la mierda, eso significa convivir con enfermedades que no te permiten ni siquiera desarrollarte. Todas esas cosas estructurales que hemos empezado a abordar, también son una dimensión de la pobreza.
La frase formó parte de un extenso reportaje en donde el Jefe de Estado dio otras definiciones novedosas como, por ejemplo, que se está conociendo con Martín Lousteau, su ex embajador en los Estados Unidos, quien podría convertirse en su compañero de fórmula en las elecciones presidenciales, y que en los últimos días pidió ampliar la base política de Cambiemos con la incorporación de dirigentes como el economista Roberto Lavagna, en una columna publicada en Infobae.
El ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner agradeció el convite pero dijo que esa propuesta "no sirve para nada", porque él busca conformar un sector que no contempla a los polos enfrentados en la denominada "grieta".
Durante la entrevista, emitida el lunes por la noche en Canal 9, Macri admitió además que hay muchos votantes de Cambiemos que están desencantados con su gestión, algo que configura un escenario electoral muy parejo, pese a que todavía no hay certezas de si la ex presidenta Cristina Kirchner competirá en octubre.
En un encuentro con empresarios realizado ayer en Casa Rosada, el Presidente fue más optimista: si bien admitió que perdió votantes en los últimos meses, dijo que las encuestas proyectan que terminará imponiéndose en una eventual segunda vuelta por 52% a 48 por ciento.
Para justificar el complejo presente económico, aludió una vez más a la herencia. Dijo que su administración recibió una "bomba", que las reservas del Banco Central habían sido vaciadas y que le dolía todo lo que se había "robado" en la década pasada y todas las oportunidades que se habían dejado pasar.
En contrapartida, ratificó las decisiones de la Casa Rosada: "Tuvimos un pico de inflación que nadie previó. Estamos seguros de que estas medidas económicas van a ser un alivio. Nunca el FMI dio este nivel de crédito. Estamos en el rumbo correcto. Por este camino hay futuro. Me siento bien y convencido de lo que estamos haciendo. Trabajo para los argentinos".
Por otro lado, también hizo referencia a uno de sus principales asesores, el ecuatoriano Jaime Durán Barba. "Es brillante", aseguró. Además, admitió que debió "haber sido más prudente con los pronósticos" sobre cómo iban a impactar ciertas decisiones, y sostuvo: "Estoy al tanto de lo que le pasa a la gente. Tenemos que cambiar el alma al país. Ochenta años no se resuelven en tres. Mi mayor adversario es el escepticismo".