El viernes, cerca de las 14, Cecilia Ramos fue víctima de un asalto. Dos motochorros la abordaron en la puerta de su casa de San Miguel de Tucumán, en la calle Necochea. Le arrebataron la cartera y escaparon a toda velocidad.
Sin embargo, una cuadra después, fueron interceptados por un patrullero de la Guardia de Infantería de la Unidad Regional Capital, perdiendo el control y cayendo de la moto. Uno de los delincuentes trató de huir, pero fue capturado por la policía. El otro terminó herido en el suelo.
Ramos llegó al lugar del accidente y notó que el herido era quien la acababa de asaltar ya que que su cartera estaba tirada junto al ladrón. Ante la situación, decidió auxiliar al motochorro hasta que llegara la ambulancia. "Yo soy católica y creo en las segundas oportunidades, no soy quién para juzgar", explicó ante la prensa la médica.
Finalmente los delincuentes, que quedaron detenidos, fueron trasladados al Hospital Centro de Salud.
Tras el episodio, la médica minimizó su acción. "Yo no sé si un médico no lo haría, a no ser que esté golpeado, agredido", reflexionó, pero que tampoco "creo ser la excepción en esto, para eso nos han formado, para ayudar al que está desvalido", agregó.
Ramos contó que mucha gente se amontonó en el lugar del accidente e insultó a los ladrones. "Había mucho enojo en la gente, entonces él me pedía que yo no me vaya. La inseguridad genera tantos sentimientos encontrados que la gente quería patotearlo", relató. Además, dijo que sintió pena por la hermana del delincuente, a quien las personas presentes también trataron de ladrona cuando llegó al lugar, según relató.
Por otro lado, la mujer también explicó que no hizo la denuncia porque cuando la ambulancia se iba, el ladrón le pidió que no lo hiciera recordándole "yo sé dónde vive", por lo que se sintió amenazada.