El Instituto Nacional Contra la Xenofobia y el Racismo (INADI) falló el 9 de febrero contra el Obispo diocesano de CatamarcaLuis Urbanc, por considerar que emitió un discurso discriminatorio y violento contra las mujeres. El dictamen fue el resultado de una decena de denuncias realizadas el 19 de julio de 2019 ante el ente Nacional, luego de que el prelado, en una homilía, se despachara diciendo: “Ahora las chicas quieren ser igual que los varones, ¿no?... ¡Laburen! Agarren un martillo, una maza y un cortafierros y no se les va a caer nada”. El Inadi lo instó a dejar de repetir discursos similares.

Si bien Urbanc luego de las repercusiones de su discurso discriminatorio emitió un comunicado pidiendo disculpas, el Inadi entendió que los hechos denunciados se encuadraban dentro de las previsiones de la Ley Nº 23.592 que prevé adoptar medidas para quienes “arbitrariamente impidan el pleno ejercicio de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional”, y que le correspondía una sanción.

Quienes denunciarion a Urbanc indicaron que “estas expresiones son intolerantes, vulneran el principio de igualdad de género, de igualdad ante la ley, de igualdad de oportunidades y generan violencia hacia la mujer, y que han sido manifestadas por quien jerárquicamente representa el grado más alto de la iglesia católica en todo el territorio provincial”. Agregando que el denunciado “realizó el acto discriminatorio en ejercicio de su función como obispo, de forma pública y sus dichos han sido repetidos por medios radiales, televisivos y gráficos, amplificando las expresiones agraviantes”.

Ante estos argumentos, el Inadi dio la razón a los denunciantes y agregó: “este Instituto ha entendido que a lo largo de la historia, las funciones y atributos asignados a lo femenino han preestablecido una posición de subordinación respecto del hombre que genera desigualdades para la mujer en el ámbito jurídico, económico, social, cultural, familiar. Es importante reconocer que en la interacción entre los géneros, en tanto relación social, interviene la cuestión del poder, produciendo relaciones asimétricas entre el hombre y la mujer a partir de las cuales se construye un discurso hegemónico que reproduce dicha desigualdad y da cuenta del conflicto social existente”.

“Son estas prácticas discriminatorias las que excluyen y condicionan cotidianamente el acceso de las mujeres a sus derechos”, resalta.

En cuanto a los dichos en sí, explica que “en el caso del denunciado, en el marco de una exposición que en nada se encuentra relacionada con debates sobre la igualdad entre varones y mujeres, Urbanc realiza una asociación inconexa de conceptos para expresar algún tipo de crítica hacia las mujeres. De esta forma, no se aprecia cuál es la relación que pretende expresar el denunciado”. “Tal mirada resulta banalizadora de la lucha de un colectivo que ha sido sometido histórica y sistemáticamente a innumerables situaciones de discriminación y violencia”, dice.

Por último, obliga al obispo a reflexionar sobre lo que dijo y a no repetirlo. También establece que "no estamos frente al libre ejercicio de la libertad de expresión, que no puede ser cuestionado, sino que por el contrario, nos encontramos en un terreno donde la ley estableció de modo expreso que no puede realizarse violencia simbólica contra la mujer que se apoye en estereotipos discriminatorios. Lamentablemente, eso es lo que sucedió en este caso, incurriendo en violencia simbólica contra la mujer”, concluye.

Polémico

El Obispo de Catamarca, ha incurrido en varios discursos polémicos que trascendieron lo local. El año pasado, en el contexto del acto oficial por el 9 de Julio, señaló: “demos gracias a Dios por la pandemia. El mundo la necesita”. Posteriormente aseguró que el tesoro “es Dios, no la vacuna”.

En octubre del mismo año, Urbac cargó contra la implementación de la Educación Sexual Integral en las escuelas de la provincia y aseguró: "Que triste que las nuevas generaciones sean deformadas en nuestros centros educativos”.

Por otra parte, el prelado ha sido acusado en diferentes oportunidades de encubrir a los tres sacerdotes denunciados por abusar sexualmente de niños y niñas en la provincia.