Cosechó marihuana en EEUU para ir al Mundial y no le pagaron: “Hice de todo, no se me caen los anillos”

Pablo Clementi es un trotamundos: después de vivir en Barcelona y California se instaló hace siete meses en Australia. Llegó a Qatar a fines de octubre y ocupa una de las habitaciones del Barwa, el alojamiento low cost de Doha, copado por argentinos.

Pablo Clementi fue uno de los primeros hinchas argentinos en instalarse en Qatar. Este cordobés, que vive en Australia, relató desde la habitación que alquila en el complejo Barwa de Doha los viajes y las dificultades que debió atravesar para alentar al país durante el Mundial de Qatar.

El hombre de 30 años dejó la Argentina en julio de 2020 para irse a vivir a Barcelona. Su plan inicial era volar hacia Australia y radicarse allí, pero cambió de idea por el avance de la pandemia por el coronavirus.

“Conseguí alojamiento en España y empecé a trabajar como delivery. Eso lo hice durante seis meses. En paralelo trabajaba en un call center. Todo hasta que me aburrí, me cansé, me tomé un vuelo y me fui a Estados Unidos a vivir otra aventura”, relató Pablo a TN.

Allí consiguió empleo en una cosecha de cannabis. “Muchos argentinos estuvimos ahí: a algunos les fue bien, a otros no tanto. Hice un trabajo meramente de campo, con un arreglo económico por hora. Me pagaban 17 dólares, después subió a 18. Se trabajaba entre 12 y 14 horas por día”.

Pablo llegó desde Australia con el propósito de ver todos los partidos de la Selección.

 

Pablo recordó esa etapa como una apuesta, una moneda al aire que podía caer bien o mal, pero que valía la pena arriesgarla. “El sacrificio era para hacer una diferencia económica y viajar al Mundial. Sin embargo, la temporada no fue buena y aún estoy esperando que me paguen el dinero”, reconoció.

“Trabajé dos meses en la cosecha de California. Lo que me deben es un dinero importante que prefiero no mencionar”, dijo. Consultado acerca de si le ofrecieron pagarle con marihuana, contestó que eso no sucedió con él, pero que conoció otros casos similares en donde si surgió tal propuesta.

“Yo estaba en una granja legal. A muchos les ofrecen darle marihuana y que la revendan, pero en Estados Unidos eso es peligroso. En mi caso el dueño de la granja dio la cara y es cuestión de esperarlo”, contó.

El hombre de 30 años ocupa una de las habitaciones del complejo en el que se hospedan miles de argentinos (Foto: Leandro Heredia).

 

Y agregó: “No se podía fumar durante las horas de trabajo. Hay gente que, como hábito, fumaba desde que se despertaba hasta que se iba a dormir. Yo no fumé ni tampoco me pagaron”.

Viaje a Australia y ahorro para llegar al Mundial de Qatar

Al darse cuenta de que su estadía en el país norteamericano le haría perder más tiempo, decidió emigrar a Australia, su destino inicial: “Hace siete meses que vivo ahí, pero vengo pensando venir a Qatar desde que estaba en Barcelona. La idea siempre fue ahorrar para viajar”.

“Yo me fui a España con una suma de dinero y la idea era agrandar esa suma para viajar y llegar a Australia. Sabía que la plata para venir a Qatar la iba a conseguir, tuve que hacer un sacrificio que fue trabajar ocho meses seguidos, sin descanso. Vine con lo justo, para no pasarla mal”, continuó.

El 29 de octubre culminó su tarea en Australia, en donde cumple su labor en una granja de paneles solares, y emprendió su viaje a Qatar. “Tengo pasaje de vuelta para el 20 de diciembre. No me gusta planificar mucho, voy donde me lleva el tiempo, pero quiero terminar la visa del primer año y renovarla”, sostuvo.

En Córdoba, donde vive parte de su familia, Pablo se recibió como martillero público y corredor inmobiliario. En su provincia trabajó en el turismo de Villa Carlos Paz, en una fábrica de alfajores y en un par de estudios contables.

“Las ganas de emigrar surgieron de grande. Cuando terminé el colegio quería estudiar, pero me di cuenta de que no estaba siendo feliz. Me recibí, cumplí con mi tarea, trabajé y salí de la zona de confort. No se me caen los pantalones, los anillos, por trabajar de lo que sea para vivir bien. Es trabajar para ahorrar y viajar”, indicó.

Y completó: “Con lo que gano le mando una ayuda económica a mi vieja que lo necesita. Es jubilada, tiene su casa, su auto, pero no es suficiente. Para el Día de la Madre le regalé las cubiertas del auto. Es una forma de agradecerle que me haya apoyado en todas mis decisiones”.

 

 

Fuente: tn.com.ar

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