Un probable romance clandestino fue la causa de una decisión que terminó con un herido y un miembro de la fuerza penitenciaria quedó detenido por ello.
Un caso de presunta infidelidad descubierta por un miembro del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) se dirimió en una cancha de fútbol en la localidad del "Abrazo Cordial", cuando el hombre que tenía el uniforme, buscó al arquero de un equipo, le lanzó varios insultos y le disparó con un arma de fuego, que no es provista por la fuerza.
El hecho de sangre ocurrió en la calle Salta 4995 de Fontana, donde Marcelo Alegre de 29 años fue ingresado al Hospital "Julio C. Perrando" con lesiones por arma de fuego en su pierna izquierda. Según el diagnóstico, el hombre que estaba de arquero en un partido de fútbol presenta una herida con orificio de entrada y salida.
Alegre señala que el disparo fue efectuado por el cabo primero Adrián Cabral, agente del Servicio Penitenciario, tras una discusión relacionada con problemas familiares. Tras su ingreso al hospital y posterior cirugía, las autoridades se dirigieron a la comisaría Primera de Fontana, donde se confirmó que Cabral era el autor del disparo.
El personal policial logró la detención de Cabral, quien, como si nada hubiera ocurrido, se presentó a trabajar en el Complejo Penitenciario 1 de Villa Barberán. Actualmente, se están llevando a cabo las diligencias correspondientes, incluyendo las pruebas de barrido electrónico ( para detectar rastros de pólvora en manos) por parte del Gabinete Científico.
Según versiones de fuentes policiales, Cabral disparó a Alegre, quien es esposo de la hermana de su agresor, porque descubrió que mantenía paralelamente una relación sentimental con su mujer. Esta información fue revelada por los investigadores, quienes remarcaron que la causa está en plena investigación, pero de acuerdo con los datos recabados y testimonios claves, se logró determinar que el penitenciario al enterarse de que su mujer lo engañaba con su cuñado, se fue a la cancha de fútbol y le efectuó un disparo.
Cabe reseñar que el arma sería una pistola calibre 9 milímetros, pero no fue provista por el Servicio Penitenciario Provincial, ya que la institución no entrega armas reglamentarias. Cuando el personal deja el servicio de guardia, tiene que entregar el armamento a la fuerza.