Los economistas del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) señalaron además que la moneda nacional es la única que está sobrevaluada frente al dólar en la región
Robin Brooks, el economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), es un protagonista habitual de Twitter. Sus comentarios son observados de cerca por su trayectoria y por la importancia del IIF, que es el think tank de los principales bancos en todo el mundo.
Uno de los temas favoritos de Brooks es comparar la situación de Turquía y Argentina y así lo ratificó en sus últimos mensajes en esta red social. Brooks pasó previamente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brevan Howard y Goldman Sachs.
En los últimos días, advirtió que el contexto favorable no alcanzará para rever la década perdida que ha transitado la Argentina y que se necesitan reformas estructurales. Además, consideró que, a diferencia del resto de las monedas de la región, el peso argentino está sobrevaluado frente al dólar.
“Desde 2010, el PBI de Argentina ha caído un 6%, mientras que el de Brasil ha bajado un 1%. Una década de estancamiento en un momento en el que los programas de la Fed QE estaban empujando flujos de capital récord hacia los mercados emergentes. Más deuda y una política monetaria fácil no traen crecimiento. Sólo una profunda reforma estructural lo hará”, indicó el economista del IIF que preside Axel Weber de UBS.
En otro mensaje, también acompañado por un gráfico, advirtió que se observan “devaluaciones de la moneda en toda América Latina, pero Argentina es una excepción”.
“La cuenta corriente tiene superávit, pero aún no es suficiente, ya que Argentina está perdiendo reservas de divisas. El peso sigue estando sobrevalorado en un 10 por ciento”, detalló días atrás.
Por otro lado, al comparar la situación de Turquía y la Argentina –que varias veces, entre ellas en 2001, transitaron crisis similares- Brooks señaló que ambos países “se encuentran en el camino de la autarquía financiera, con los inversores extranjeros sacando su dinero a un ritmo constante”. Sin embargo, aclaró que mientras “el nuevo equipo de política económica logró que Turquía está ahora invirtiendo bruscamente esta tendencia, la pregunta es si Argentina puede hacer lo mismo”.
En materia de comercio exterior, indicó que “México podría ser el gran ganador de Covid-19, dada su proximidad a los EE.UU. que está ayudando a la recuperación de las exportaciones. Colombia podría ser el gran perdedor. Hay una compresión de importaciones masivas en Brasil y Argentina”.
Su más estrecho colaborador, Sergi Lanau, también es otro agudo observador de los mercados de la región. Lanau, que tiene un doctorado en economía de la Universitat Pompeu Fabra, trabajó como economista del FMI para los programas de varios países, entre ellos el de Grecia y de algunos de América latina. Previamente, fue economista de la división de finanzas internacionales del Banco de Inglaterra.
En este sentido, por la misma vía que Brooks, Lanau dijo que “la financiación de los déficits fiscales de los mercados emergentes este año no fue fácil”.
En particular, subrayó que “la Argentina optó por el financiamiento masivo del banco central, incluso por sus propios estándares”. “Una gran cantidad de dinero emitido en una economía en contracción significa inflación. La monetización del déficit es lo único que Argentina y el FMI deben abordar”, sentenció.
Al respecto, recordó que, dado que el gobierno argentino “está buscando 5.000 millones de dólares del BID y el Banco Mundial para evitar pedir al FMI nuevos fondos”, el IIF estimó que el país necesita de USD 4.000 a 6.000 millones más allá del roll over que podría surgir de la mano de un nuevo acuerdo con el organismo que conduce Kristalina Georgieva.
De inmediato, aclaró que estos dos bancos “nunca han prestado tanto a Argentina y el FMI todavía parece la opción más realista, aunque difícil”.
Tiempo atrás, Lanau dijo a Infobae que “el país ha pasado períodos muy largos en su historia usando la política monetaria de forma muy liberal para ayudar a financiar déficits fiscales. Esto provoca inflación y sobre todo expectativas que seguirá habiendo demasiada impresión de dinero y subidas de precios. Por esta última razón es muy difícil la transición a una situación de inflación baja duradera”.
Brooks y Lanau trabajan con el argentino Martín Castellano, ex economista del Banco Central, y actual analista del IIF para la región.