El ministro del Interior habló con TN sobre los rumores de su candidatura en 2023 y dejó una sorpresa. Además, se refirió a la relación con el presidente y las públicas diferencias de los distintos sectores del Gobierno.
Eduardo De Pedro fue señalado, durante los dos primeros años del Gobierno, como una pieza clave para Alberto Fernández. La confianza se rompió después de la presentación de renuncia posterior a las PASO pero ahora, según él mismo cuenta, “hay buena relación”.
De hecho, “Wado” hace todo lo posible para despejar esos fantasmas. Cuando la coalición oficialista parecía implosionar por la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque en Diputados, se mantuvo al margen. Ni su amistad de larga data con el hijo de la Vicepresidenta lo motivó a interceder.
“No hay tiempo para internas ni para chiquilinadas. Hay que poner todo lo que tenemos que poner para resolver los problemas de la gente”, dijo al respecto en diálogo con TN.
Quienes lo ven trabajar en la Casa Rosada tienen una sensación: “Quiere dejar de ser el intérprete de Máximo y Cristina”. Quizás sea esa voluntad la que lo posicionó, casi de repente, como un posible candidato presidencial para el año que viene. En los últimos días hubo diversos rumores al respecto.
Desde hace rato, en cada oportunidad que se lo invita a hablar de candidaturas para el próximo proceso electoral, De Pedro responde con lo mismo, casi de manera automática: “Falta mucho para el 2023″. Esta vez no fue así.
“¿Va a ser candidato a Presidente, como dicen?”, le consultó este medio. “Mirá, justo estuve hablando con unos hinchas de San Lorenzo. Si vemos que el equipo no arranca muy bien este año, voy a ser candidato a presidente de San Lorenzo”, esquivó el ministro con una sonrisa.
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La estrategia para mostrar “unidad”
Hay en muchos sectores del Frente de Todos una intención evidente de cerrar la herida que se generó por la última discusión pública. Mostrarse unidos a pesar de las diferencias. Así lo hicieron en la reunión del PJ bonaerense de esta semana.
“Wado” no participó del encuentro en la residencia de la Legislatura provincial, en La Plata. Ese día regresaba de Formosa de una visita al gobernador Gildo Insfrán. De cualquier manera, asegura que fue “una muy buena reunión amplia del diputado Máximo Kirchner, con todos y todas”.
En esa línea, el ministro del Interior anduvo en las últimas semanas muy cerca de su par de Desarrollo Social, “Juanchi” Zabaleta. El de Hurlingham es, desde que se sumó al Gabinete nacional en agosto pasado, un integrante de la mesa chica del presidente. Un representante fiel de lo que algunos pocos se animan a definir como “albertismo”, junto a Gabriel Katopodis, de Obras Públicas.
“Juanchi” y “Wado” viajaron juntos al norte del país y se habían reunido, además, en los días inmediatamente posteriores a la carta en la que Máximo expresaba su disidencia sobre el acuerdo con el FMI.
“Son dos de los ministros con más agenda territorial y entendieron que tienen que trabajar juntos, más allá de ser de distintos sectores y de las diferencias que sabemos que hay entre estos sectores”, explica un funcionario de la Rosada.
Zabaleta y De Pedro se subieron al tren de la buena consideración que logró el Pre-viaje, identificado puertas adentro como la política de mayor aceptación de esta gestión.
“La temporada de turismo fue récord y en buena parte fue por del Pre-viaje que es una propuesta del Gobierno”, asegura De Pedro, y expone una necesidad de todo el arco oficialista: empezar a anotarse en alguna buena noticia.
- Hay muchos que dicen que no se habla con el presidente. ¿Es verdad que no hay diálogo?
- No, no es verdad. Esta semana conversamos mucho, por ejemplo. Tuvimos una reunión larga, proyectamos las líneas de gestión para todo el año. Además le conté la síntesis de mis viajes recientes, lo que hablé con los Gobernadores que vi, los detalles del viaje que hicimos con Juanchi Zabaleta.
