El embajador argentino ante Israel fue acusado por el Tribunal de Entre Ríos por los delitos de peculado y negociaciones incompatibles con la función pública. Luego del fallo presentó su renuncia.
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, integrado por los jueces José María Chemez, Carolina Castagno y Elvio Garzón, dio a conocer el veredicto en el juicio contra el exgobernador y actual embajador argentino en Israel, Sergio Urribarri.
Tras varias horas de lectura, el Tribunal lo condenó a 8 años de prisión efectiva por los delitos de peculado (malversación de caudales públicos) y negociaciones incompatibles con la función pública, e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos y una multa de $180 mil.
La fiscalía había solicitado la pena de 12 años de prisión.
Por otra parte, el Tribunal encontró responsable al exministro de Comunicación, Pedro Báez; y a Juan Pablo Aguilera, cuñado del exmandatario entrerriano a seis años y medio de cárcel efectiva.
Además, condenaron a Corina Elizabeth Cargnel y a Gustavo Ruben Tamay, como partícipes necesarios a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional, inhabilitación absoluta perpetua y multa por $90 mil pesos.
Luciana Belén Almada, esposa de Aguilera, fue declarada partícipe secundaria fue condenada a dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional, inhabilitación absoluta perpetua y multa por $90 mil pesos, entre otros.
La causa se abrió por varios hechos que se desarrollando en distintos legajos. El primero “causa de la vaca” o “causa de las imprentas”. La otra causa “sueño entrerriano” que incluye la causa Cumbre del Mercosur; Parador Playero en Mar del Plata; y Solicitada, todas vinculadas a desvíos de fondos oficiales a fines proselitistas. Y el otro legajo “Global Means”, por la adjudicación de publicidad en 18 medios gráficos del país a una empresa que no era proveedora.
