"Lo importante que hizo el presidente Bolsonaro fue marcar la convergencia de nuestra mirada hacia futuro: queremos libertad. Y queremos que los factores económicos estén más flexibles y competitivos. Esa mirada conjunta es la que van a proyectar Argentina y Brasil para recuperar el nivel de importancia como naciones en América del Sur", explicó el canciller Jorge Faurie, al concluir la apretada agenda del jueves.
Estas precisiones dibujaron con notable nitidez que ambos gobiernos habían pactado previamente poner el énfasis en las necesidades políticas argentinas del momento. Eso no evitó que al ministro brasileño Ernesto Araújo, los periodistas brasileños le preguntaran en forma insistente: "¿El gobierno de Jair Bolsonaro no tiene miedo de una derrota del presidente Macri en las elecciones?; ¿Qué podría pasar en ese caso?". El ministro respondió con calma, sin descartar que esa posibilidad existe: "Creo que sí, que Argentina hoy tiene problemas. Pero nosotros tenemos que trabajar con la situación que existe en la actualidad".
– ¿Pero no interpreta esto como una suerte de injerencia en la política interna argentina? (Insistió la prensa de Brasil)
– Es una cuestión de interpretaciones. Nosotros estamos dejando muy claro nuestra voluntad de trabajar con el presidente Mauricio Macri. Es claro que en una relación bilateral tan intensa como la de Argentina y Brasil, cada uno termina quiera o no por interferir un poco en el otro. Solo no se interfiere cuando no haya ninguna relación. También tenemos que dejar claro cuál es nuestra filosofía de integración.
El segundo asunto que literalmente copó la visita del jefe de Estado brasileño fue el de la moneda única. Lanzado por la noche en la reunión del ministro de Economía Paulo Guedes y del propio presidente Bolsonaro con empresarios de los dos países, el proyecto causó inmediata conmoción en Brasilia. Al punto que Guedes recibió un "llamado desesperado" del presidente del Banco Central Roberto Campos Neto, descendiente de uno de los más célebres economistas y ministro brasileño durante el régimen militar. Neto quiso saber "¿qué hay de cierto?" en esa iniciativa. Y Guedes lo tranquilizó: "Eso es para el futuro". Así lo habría de contar el propio ministro al salir de la cita con las principales figuras del poder económico regional. Campos Neto publicó un comunicado revelador: "El Banco Central del Brasil no tiene proyectos o estudios en marcha para una unión monetaria con la Argentina. Hay solo, como es natural entre socios, diálogos sobre la estabilidad macroeconómica, así como debates acerca de reducir riesgos y vulnerabilidades, al tiempo que se promueve el fortalecimiento institucional".
El mismo presidente Bolsonaro puso paños fríos a la iniciativa: "Este fue un primer paso para el sueño de moneda única", indicó al salir del hotel Alvear rumbo a Ezeiza. Y abundó: "Como ocurrió con el Euro hace ya tiempo, puede suceder con el peso real aquí. La economía no es mi fuerte pero creo en el feeling y en el patriotismo de Guedes en este asunto". El ministro ya había dicho que el plan de moneda única no es para ahora. El "Peso Real", como lo bautizó, precisa de "ajustes fiscales" en los países involucrados. También comparó el papel de Brasil en ese contexto: "Para eso será preciso que aceptemos correr los mismos riesgos que aceptó Alemania dentro de la Unión Europea. Y al final gracias a esto Alemania ganó competitividad y es uno de los países más exitosos del mundo".
Teorizó sobre el futuro monetario del mundo: "Es posible que existan no más de cinco monedas". Y en ese contexto, la integración de América Latina le permitiría, a través de la moneda única, tener uno de los cinco signos monetarios. Cuando se le preguntó si pensaba en plazo, dijo que "no". Pero añadió que en "la vida siempre existe una forma de hacer las cosas".
Lo que ese proyecto no puede ofuscar es la demanda de los grandes empresarios con relación a las tareas inmediatas que deben desarrollar los dos gobiernos. Es mucho más concreto y exige rapidez. Daniel Funes de Rioja, titular del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), que fue la institución que junto al Grupo de los 6 organizó el encuentro con los empresarios, evaluó como "imprescindible" que se trabaje en "armonizar el marco regulatorio del Mercosur, porque esa es una de las claves de la eficiencia en cuanto a la generación de las condiciones, tanto normativas como de desregulación, necesarias para mejorar e intensificar el comercio intrazona y hacia el exterior".