Líderes de los movimientos sociales más críticos del Gobierno reconocen que la ayuda estatal todavía sirve como red de contención, pero ya aseguran que las presiones son cada vez más fuertes. El referente de MTE habló de un estallido social en semanas o meses. Pérsico también se distanció y negó que vea un escenario de saqueos.
La crítica situación social y las palabras de Juan Grabois, líder del Movimiento de los Trabajadores Excluidos, anticipando un estallido social en semanas o meses, con sangre en las calles, calaron hondo entre los dirigentes de los principales movimientos sociales, tanto en los oficialistas como en los opositores. Con matices, todos coinciden en que la crisis se siente con fuerza en los barrios y que las medidas deben aparecer con suma urgencia.
Los datos que muestra la economía son alarmantes: en medio de la presión inflacionaria, durante junio de 2022 la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT) con respecto a mayo de 2022 fue de 4,6%, por lo que una familia compuesta por dos adultos y dos niños necesitó $ 104.217 para no ser pobre y $ 46.525 para no ser considerada indigente, según el Indec.
Esos ingresos hoy no figuran en el mapa de los sectores populares, lo que explica el crecimiento de la pobreza, de la indigencia y la conflictividad social. Por eso, Grabois, suelto de cuerpo, en un acto en el Puente Pueyrredón el miércoles último, dijo que “es obvio que esto no da para más. Algunos gauchos acá estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle para que no siga habiendo hambre en la Argentina”. Y adelantó que una eclosión social puede aparecer en cuestión de semanas o meses.
Para Silvia Saravia, coordinadora nacional de Barrios de Pie, una de las voces con mayor fuerza dentro de Unidad Piquetera, el colectivo de movimientos combativos, las palabras del referente social tienen su punto de contacto con el malestar de las bases, que reclaman otra realidad.
En una conversación con PERFIL, la dirigente precisa que un sector de la sociedad le pide soluciones tanto a Grabois como a sus pares “por el apoyo al Frente de Todos, cuando Alberto y Cristina están llevando adelante un ajuste sin dar respuestas a los sectores más golpeados, preocupándose por los sectores financieros”.
Saravia, a su vez, pondera ciertas herramientas estatales que permitirían evitar mayores inconvenientes en las calles, pero al mismo tiempo señala que el malhumor social es importante: “La situación social está muy mal, más allá de que vemos que hay herramientas que no estaban en 2001, como la asignación universal, la ampliación de jubilaciones, la tarjeta Alimentar, el Potenciar Trabajo. Eso llega a un porcentaje amplio de la población. Pero la gente está pasando de la angustia al enojo y eso es pasto para que cualquier chispa prenda fuego”.
A diferencia de Grabois, Damaris Rolón, representante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), dijo que no están en condiciones de hacer futurismo sobre la reacción de la gente, si la crisis continúa en pleno ascenso. Empero, evaluó ante este medio que “la situación es gravísima porque sectores concentrados de la economía se llevan puesto al país y sin ningún reparo. Vemos que el Gobierno está sometido al FMI y retrasa medidas de aumentos de retenciones o impuestos a las grandes fortunas, que tendría que aplicar si quiere recaudar lo que debe recaudar”.
En este marco, el MST, en línea con el referente del MTE, apunta que el panorama es sombrío. “Si sigue todo así puede explotar todo, con miles en las calles, la gente no puede vivir así y el Gobierno solo prepara nuevos ajustes. Y no alcanza con dar migajas, tiene que haber trabajo y salarios dignos. Y por eso también nos vamos a movilizar el 27 a Plaza de Mayo”, determinaron.
Del lado de aquellas agrupaciones con mayor sintonía con la coalición oficialista también existe preocupación sobre el panorama social, pero resaltan asistencias oficiales, como sucede en el Movimiento Evita. “No veo escenario de saqueos, hay un nivel muy alto de ayuda social del gobierno nacional”, dijo Emilio Pérsico, una de las principales figuras del colectivo.
En tanto, desde la UTEP, sin recargar críticas sobre el rol de la coalición oficial, remarcan la necesidad de avanzar en este contexto con el Salario Básico Universal, un aumento general de salario para empleados públicos, privados y jubilados de la mínima y aguinaldo para el Potenciar Trabajo.