El bloque conservador oscilaría entre el 41 y el 45 por ciento de las preferencias, lo que les otorgaría el control de ambas cámaras. Los ultraderechistas tendrían el control total de ambas cámaras del poder legislativo.
Giorgia Meloni, líder del postfascista partido Hermanos de Italia, antieuropeísta y nacionalista, encabeza con su partido los resultados ganadores de las elecciones de este domingo 25 de septiembre y se convertiría en primera ministra.
La ultraderechista Liga de Matteo Salvini y la derecha moderada de Forza Italia de Silvio Berlusconi se aliaron con Hermanos de Italia para lograr una victoria histórica, ya que según los sondeos obtendrían hasta el 46% de los votos.
Según consignó la televisora estatal RAI, el bloque conservador oscilaría entre el 41 y el 45 por ciento de las preferencias, lo que les otorgaría el control de ambas cámaras. Se trata de la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que la ultraderecha accede al control total del Ejecutivo.
Hermanos de Italia obtiene entre un 22 y un 26 por ciento, mientras que la coalición progresista encabezada por el Partido Demócrata, de Enrico Letta, alcanza entre el 17 y el 21 por ciento. El Movimiento Cinco Estrellas, en tanto, suma entre el 13,5 y el 17,5 por ciento. Luego le siguen La Liga (8,5-12,5 por ciento) y Forza Italia (6-8 por ciento).
Admiradora durante su juventud de Benito Mussolini, Meloni, de 45 años, conocida por su lenguaje directo y eficaz desde sus años de líder estudiantil en Roma, se convertiría así en la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno de ese país.
Militante en la derecha posfascista desde los 15 años, es miembro de la Cámara de Diputados desde el 2006 y fue crítica del gobierno saliente de unidad nacional, liderado por el prestigioso economista Mario Draghi.
Su vertiginoso ascenso se debe en buena parte a que fue la única que se opuso por 18 meses al gobierno de Draghi, lo que le valió el apoyo de los italianos descontentos con la inflación, la guerra en Ucrania y las restricciones por la pandemia de Covid-19.
Se trata no obstante de un fenómeno más que asombroso, ya que en las legislativas de 2013 no llegó a obtener 2% de los votos.
Como representante del posfascismo, no teme defender a una derecha dura; defiende su bagaje ideológico conservador y católico, nacionalista y centralista, y se presenta con un lema: "Dios, patria y familia".
Entre sus prioridades está cerrar las fronteras para proteger a Italia de la "islamización" y renegociar los tratados europeos para que Roma recupere el control de su propio destino. También se muestra a favor de luchar contra los "grupos de presión gay" y contra el "invierno demográfico" en uno de los países con más ancianos del mundo.