"No podemos permitir que se siga atentando contra la vida de los Electrodependientes y que intenten apagarlos. Su vida no permite que se puedan cometer errores de este tipo", repudió la Asociación Argentina de Electrodependientes (AAdED), que advirtió que este tipo de intimidaciones y fallas administrativas se repitió en otros casos, mientras que "desde Edenor no hay canal de diálogo con la asociación", denunció Mauro Stefanizzi, titular de AAdED, en contacto con Página/12. Desde el ENRE confirmaron que la empresa está advertida de la situación de salud de Santino y que deberá normalizar la situación, además de que podrá recibir una sanción por lo ocurrido.
La cuadrilla de Edenor llegó pasadas las 8.30 de la mañana del jueves al barrio La Perlita de Moreno y dio aviso que comenzaría a desmontar el medidor por la deuda acumulada. "En el momento en el que llegaron le estábamos pasando leche a Santino, les dije que era electrodependiente, pero me respondieron que le figura como cliente normal", contó Adriana Ramírez, la situación que vivió. Fue ella la que se paró entre la cuadrilla y el medidor para evitar que lo desmontaran. Le dijeron que debía ir a pagar la deuda o que la cuadrilla volvería.
Santino tiene una internación domiciliaria con atención de enfermería las 24 horas en su casa, donde está conectado a una bomba de alimentación y a un saturómetro, entre otros instrumentos. "No pagamos el servicio, siempre estuvimos inscriptos como electrodependientes", sostiene su mamá. Sin embargo, desde que se mudaron a Moreno tuvieron que realizar los trámites por cambio de domicilio ante la Secretaría de Salud y quedaron en calidad de "usuarios sensible".
"El usuario estaba incorporado como sensible en la base de datos de la distribuidora por solicitud del ENRE", confirmaron a este diario desde el organismo público y explicaron que "la calidad de sensible le da prioridad en la atención ante un corte como a un electrodependiente registrado y el impedimento de que la distribuidora le corte el servicio".
Sin embargo, el jueves, Adriana tuvo que dirigirse a las oficinas de Edenor junto a una vecina, mientras su hermano se quedó al cuidado de Santino. En los primeros meses tras la mudanza había recibido boletas con cifras de entre 2 mil y 6 mil pesos de facturación, pero en abril las boletas dejaron de llegar, por lo que ella comprendió que el cambio de dirección había quedado registrado. Este mes la boleta volvió a aparecer con una deuda de 25.485 pesos y la cuadrilla en la puerta de su casa.
"Si vos no pagás hoy, la cuadrilla va a ir a sacarte el medidor. Son 7640 pesos para sacar el aviso de suspensión", contó Adriana que le dijeron las empleadas administrativas de Edenor. "No sabía de dónde sacar esa plata, yo trabajo como monotributista. En mi desesperación, pedí plata a una vecina y a otra para pagar el monto que me pidieron y el resto quedó en un plan de 6 cuotas", contó la mamá de Santino a ese medio.
"La distribuidora está al tanto de que no puede retirar el medidor a un usuario con trámite presentado ante salud", ratificaron desde el ENRE a Página/12 e indicaron que la situación amerita una intimación para que se normalice la situación y una sanción a la distribuidora controla por Pampa Energía.
Desde Edenor reconocieron que el cliente figura como electrodependiente, pero señalaron que solo se registró una denuncia por baja tensión que fue solucionada. En cuanto a la denuncia de AAdED por la falta de un canal de diálogo, la empresa indicó que hubo dos reuniones y que se pusieron a disposición.