Una avalancha de hinchas en un estadio de Java degenera en una de los peores tragedias durante una competición de este deporte.
Una espiral de violencia descontrolada ha sumido en el horror el fútbol en la isla de Java. Unos disturbios ocurridos este sábado noche tras un partido celebrado en Indonesia han provocado la muerte de al menos 174 personas, según la información del vicegobernador de la región de Java Oriental, Emil Dardak, que actualiza la cifra de 129 muertos ofrecida por la policía. Otras 180 personas se encuentran heridas, según el balance policial. La mayoría de los fallecimientos se produjeron tras una estampida de los hinchas. Los aficionados trataban de huir de la policía, después de haber invadido el campo; las aglomeraciones han obstruido la salida, provocando la muerte por asfixia y aplastamiento, de acuerdo con las autoridades. Se trata de una de las peores tragedias de la historia del deporte.
El tumulto comenzó con el pitido final del encuentro entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan, en Java Oriental. Tras la derrota por 2-3 del equipo local —la primera vez que caía ante su archirrival en más de dos décadas, según AFP— cerca de 3.000 seguidores del Arema FC invadieron el campo y los agentes trataron de dispersar a los aficionados con cargas y lo que parecen gases lacrimógenos.
Imágenes captadas desde las gradas y difundidas en las redes sociales muestran cómo una multitud invade el terreno de juego y a continuación se enfrenta a las fuerzas de seguridad de forma caótica. Se ven golpes y carreras, movimientos descontrolados, porrazos y lanzamiento de objetos, el humo envuelve el ambiente.
Las normas de la FIFA, la institución que aglutina a todas las federaciones del fútbol mundial, prohíben expresamente el uso de “gas de control de multitudes” (gas lacrimógeno) para mantener el orden público en los estadios.
Mahfud MD, ministro coordinador de asuntos de Seguridad, ha difundido algunas irregularidades en la celebración del encuentro, como la venta de 42.000 entradas, cuando el estadio solo tiene capacidad para 38.000 personas. Y ha subrayado que el estallido no ha tenido que ver con un enfrentamiento entre hinchas de ambos equipos, porque los aficionados del Persabaya no tenían permitido asistir el encuentro. “Las víctimas murieron generalmente por empujones, apretones y pisotones, y por falta de aire”, ha asegurado el ministro a través de Instagram. “No hubo víctimas de palizas ni de persecución entre aficionados”.
La mayoría ha muerto tratando de huir de la escena, según ha asegurado el jefe de Policía de la provincia de Java Oriental, Nico Afinta. “Se dirigieron hacia un punto de salida, luego hubo una aglomeración; en el proceso de acumulación hubo dificultades para respirar, falta de oxígeno”, ha dicho. Al menos 34 personas murieron dentro del estadio y el resto durante su traslado a los hospitales cercanos donde se están atendiendo a los heridos, ha añadido Afinta.
La Asociación de Fútbol de Indonesia investiga los hechos y ha anunciado que suspenderá la liga al menos una semana. La federación ha asegurado que los disturbios “están manchando la cara del fútbol indonesio” y ha agregado que el equipo Arema FC tendrá prohibido ser anfitrión durante el resto de la temporada. El ministro de Deportes del país, Zainudin Amali, se ha comprometido a revisar los protocolos de seguridad en los partidos de fútbol y contemplará que las competiciones se celebren sin público. “Lamentamos este incidente [...] que perjudica a nuestro fútbol en momentos en que los hinchas pueden ir a los estadios a ver los partidos”, ha asegurado
El estallido del estadio Kanjuruhan es uno de los más mortíferos de las últimas décadas. Entre las tragedias que han teñido de sangre la historia del fútbol se recuerdan la ocurrida en Ghana en 2001, cuando fallecieron 126 personas en un incidente de características similares. Guatemala fue escenario en 1996 de una avalancha de hinchas que dejó al menos 82 muertos y unos 150 heridos durante una eliminatoria del Mundial entre la selección de ese país y Costa Rica. En Europa uno de los episodios más trágicos, que marcó la memoria de una generación entera de aficionados, fue la avalancha registrada durante la final de la Copa de Europa el 29 de mayo de 1985 entre la Juventus y el Liverpool en el estadio Heysel de Bruselas. La estampida dejó entonces 39 muertos y más de 500 heridos. Más grave fue la registrada en el estadio de Hillsborough, en Sheffield (Reino Unido) el 15 de abril de 1989, cuando fallecieron 97 personas en un partido entre el Liverpool y el Nottingham Forest de las semifinales de la Copa de Inglaterra.