La inflación en Brasil volvió a desacelerar en Brasil y pasó del 10,07 % interanual en julio al 8,73 % en agosto, la más baja desde junio de 2021, gracias a la caída de los precios registrada el pasado mes, informó este viernes el Gobierno.
En agosto la inflación desaceleró un 0,36 %, lo que supone la segunda caída consecutiva de la tasa tras la deflación registrada en julio (-0,68 %), de acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
En los primeros ocho meses del año, la inflación se situó en el 4,39 %.
Al igual que en julio, la desaceleración de los precios se debió, en parte, a la bajada del precio de los combustibles, que cayó un 10,28 %, debido a la reducción de impuestos federales aprobada por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien busca su reelección en los comicios del próximo 2 de octubre.
De los nueve grandes grupos analizados por el IBGE, dos registraron deflación -transportes (-3,37 %) y comunicación (-1,10 %)-, mientras que subieron el resto de los grupos, entre ellos alimentos y bebidas (0,24 %) y vivienda (1,69 %).
El aumento de los precios registrado en Brasil en los últimos meses ha obligado al Banco Central a elevar paulatinamente los tipos oficiales de interés, que hoy están en el 13,75 % anual, su nivel más alto desde 2016, y el emisor ha dado señales de que podrían subirlos hasta el 14 % en su próxima reunión.
Brasil cerró 2021 con una inflación del 10,06 %, la mayor tasa acumulada desde 2015, cuando el índice fue del 10,67 %.
Para este año, el Banco Central se impuso una meta de inflación del 3,50 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, aunque ya ha admitido que la misma no será cumplida este año.
Según las estimativas de los economistas del mercado financiero, el país cerrará con una tasa de inflación del 6,61 %, por debajo del 7,11 % previsto hace cuatro semanas, mientras que para 2023 se espera una inflación del 5,27 %.