La crecida récord del Guaíba puso en emergencia a la capital de Rio Grande do Sul; hay 55 muertos y 67 desaparecidos en el estado.
PORTO ALEGRE.– Las inundaciones provocadas por las intensas lluvias en el sur de Brasil dejaron por lo menos 55 muertos y 67 desaparecidos en el estado de Rio Grande do Sul, un desastre climático sin precedentes que arrasó las zonas rurales y que este sábado golpeó con fuerza la capital del estado, Porto Alegre.
Los desbordes de los cauces de agua y deslizamientos de tierra mantenían interrumpidas numerosas rutas en el estado, con casi 300 localidades afectadas, muchas de ellas aisladas. La catástrofe dejó cerca de 377.000 damnificados, entre ellos 32.600 que debieron abandonar sus hogares y pertenencias.
El rápido crecimiento del nivel del río Guaíba anegó el centro histórico de Porto Alegre, una de las mayores ciudades del sur del país, con una población de casi 1,4 millones. Según la alcaldía, su nivel marcaba 5,04 metros, por encima del récord de 4,76 metros de 1941, cuando se habían registrado las inundaciones más graves hasta la actual.
La ciudad se encontraba este sábado en un estado de caos, con numerosas calles que amanecieron bajo el agua, mientras los residentes trataban de evacuar sus viviendas.
En medio de las labores de rescate, una fuerte explosión en una estación de servicio dejó por lo menos dos muertos en el norte de la ciudad. El incidente se produjo cuando vehículos utilizados en los operativos se estaban reabasteciendo en la estación inundada. El estallido despidió una densa nube de humo.
En muchos lugares se formaron largas filas para intentar subir a algún ómnibus, mientras los que iban en auto trataban de abrirse paso entre las aguas. La situación obligó además a cancelar la llegada y salida de ómnibus a la estación principal de la ciudad, en los márgenes del embravecido Guaíba.
El aeropuerto internacional de Porto Alegre había suspendido sus operaciones el viernes por tiempo indeterminado.
En el barrio Navegantes, en la zona norte de Porto Alegre, José Augusto Moraes de Lima pedía ayuda a los bomberos para rescatar a un niño que quedó atrapado en su casa, porque un problema en la pierna le impidió llevárselo con él. “De repente, en cuestión de minutos, se inundó todo. Perdí todo, televisión, guardarropas, cama, heladera”, relató el comerciante de 61 años.
Sin precedentes
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, dijo que se trataba de una situación “dramática” y “absolutamente sin precedentes”. El alcalde de Porto Alegre, Sebastião Melo, informó, por su parte, que, “pese al gran esfuerzo de contención”, un dique en otro río que surca la ciudad, el Gravataí, empezó a desbordarse. “Las comunidades deben abandonar el lugar”, escribió en la plataforma X.
Melo pidió además a la población racionar el agua, después de que cuatro de las seis plantas de tratamiento de la ciudad tuvieran que ser cerradas.
Porto Alegre es la capital de uno de los estados más pujantes del país, con el quinto PBI y una producción esencialmente agropecuaria, con grandes cultivos de soja, arroz, trigo y maíz. Las brigadas de rescate intentaban alcanzar y abastecer a numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con las rutas bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua.
Imágenes aéreas de la zona mostraban enormes superficies totalmente anegadas, carreteras y puentes arrasados y rescates de personas en los techos. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, publicó un video de efectivos de las Fuerzas Armadas rescatando desde un helicóptero a un bebé. En las imágenes se ve a un agente cuando martilla con un ladrillo para sacar a la criatura, que rescata envuelta en una manta.
Aeronaves das forças armadas seguem atuando ativamente para localizar e resgatar pessoas ilhadas, feridas ou desaparecidas. Apesar das condições atmosféricas desfavoráveis, as ações de resgate ocorrem dia e noite.
— Governo do Brasil (@govbr) May 4, 2024
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Las autoridades se esforzaban por levantar refugios en centros deportivos y otras instalaciones, que ya recibieron a más de 9500 personas en todo el estado.
En uno de los refugios, instalado en un centro cultural de Gravataí, un suburbio del norte de Porto Alegre, estaba Claudio Almiro. “Cuando salí de casa, estaba con el agua hasta la cintura”, contó con rostro demacrado este hombre de 55 años. “Lo perdí todo”.
El pronóstico anticipa hasta este domingo lluvias de “altísima severidad”, que según Defensa Civil cargarán aún más los ríos y pueden causar grandes deslizamientos. Las lluvias impactaron al también sureño estado de Santa Catarina, donde anteayer murió un hombre cuando su auto fue arrastrado por la corriente.
Según explicaron los climatólogos en los últimos días, el “cóctel desastroso” del cambio climático y el fenómeno meteorológico El Niño favoreció las lluvias devastadoras y otros eventos extremos en esta región de Brasil.
El estado de Rio Grande do Sul sufrió varios eventos climáticos extremos el año pasado. El más grave fue el paso de un ciclón en septiembre que dejó más de 30 muertos.
Fuente: lanacion.com.ar