"Me quiebro porque no puedo creer que voy a hablar de esto, pero está todo bien", aseguró, sobre la traumática situción que vivió a los 21 años.
Todo comenzó cuando durante un viaje en colectivo con su mamá, una persona se acercó a ellas y la convocó para participar de un concurso de modelos.
"Yo estaba en el colectivo con mi mamá y conocí a una persona que me convocó para participar de Miss Argentina. En ese momento te llamaban a tu casa porque no había otro medio. Entonces, me hicieron el entre, y a mi mamá, que era tan inocente como yo, porque no me enseñaron a ser mala, me enseñaron a ser buena, educada y confiada", contó, quebrada.
Luego dijo que a pesar de que cree que se "salvó" de caer en una "situación muy mal", atravesó un momento "muy difícil". Lo que siguió a los del colectivo fue la convocartoria a una casa para que dos hombres y una mujer le enseñen a desfilar.
"Me ponían libros en la cabeza, como le hacían a las modelos en ese momento. En un momento de toda esa ficción me daban un té y en ese té me drogaban. Después venían los 'vamos a relajarte'. Yo caía totalmente dormida en esa camilla. Lamentablemente eso no sucedió una sola vez, sino que creo que fueron varias. Porque en una de ellas me desperté y tenía a una persona encima mío", detalló.
Marcela dijo que se salvó "de caer en una red de trata". "Para una mujer es terrible contar que fue violada. Hoy lo puedo hablar porque tengo 43 años y tengo las cosas ordenadas en mi cabeza. En ese momento hubiera dicho cualquier cosa. Yo creo que en este momento hay gente que está muy triste. Mis padres, por ejemplo. Les mando un beso. Estoy bien. Fue muy difícil aceptar todo", reflexionó.
Sobre el silencio frente a los padres, la conductora de Pasión de sábado afirmó que ellos no lo sabían. "Es muy difícil salir adelante. Decírselo a tus padres es quebrarte mil. Yo soy una mujer fuerte y tuve que sacar la fortaleza de donde no la tenía. El primer tiempo me la re contra banqué sola. No se lo conté a nadie. No tenía palabras. Estaba muy triste", confesó.
"Fue un trabajo personal no tener miedo, no salir a la calle y tener miedo, porque tocás fondo con vos mismo y te miras al espejo y decís: '¿Qué vas a hacer? Ponete las pilas, hoy no funcionó, mañana lo mismo'. Hasta que un día hacés el clik y decís: 'Vamos por acá, despacito, a mi tiempo'", añadió. Y finalmente volvió a preocuparse por sus padres.
"Mis padres deben estar pasando un momento duro, pero es difícil. Te quiebra. Voy a tener que sentarme con ellos. Lo voy a hacer, pero te quiebra", concluyó.