Por el impacto recesivo de la devaluación se espera un mercado de menos demanda el año próximo. Expectativa por eliminación del impuesto al “lujo” y una mayor oferta de importados.
El sector automotor termina un año con sensaciones encontradas. Por un lado, el 2023 fue agotador. Las restricciones de divisas marcaron el ritmo de la producción y la venta de 0 km, limitada por el “cepo” importador que impuso la gestión de Alberto Fernández y su ministro Sergio Massa. Las empresas vivieron corriendo de un lado a otro para tratar de mantener las plantas funcionando ante la falta de insumos y las quejas de los consumidores por las demoras en entrega de vehículos. A esto se sumó la aceleración del proceso inflacionario que provocó un fuerte aumento de los precios, la aplicación de sobreprecios en los modelos desabastecidos. (Hay que reconocer que este “problema” redundó en ganancias impensadas con la rentabilidad en su pico histórico).
Como contrapartida de esta difícil realidad, se están transitando los primeros días de un flamante gobierno que impulsa un nuevo modelo económico que promete, en teoría, una actividad más previsible con mejor disponibilidad de dólares y bajar la inflación. Entre estos dos escenarios, los fabricantes y vendedores ya hacen estimaciones para lo que les deparará el 2024.
El primer dato tiene que ver con el mes en curso, que impactará en el futuro inmediato. Diciembre cerrará con un nivel de patentamientos de aproximadamente 19.000 unidades para el mercado total, lo que llevaría al mercado acumulado del año en alrededor de 445.000 0 km.
Si bien es superior al del 2022, los pronósticos para el año próximo perfilan una baja en este volumen. Tal como adelantó Ámbito, el mercado del 2024 perderá unas 100.000 unidades, según los cálculos de los fabricantes de vehículos.
“Un escenario optimista para el año próximo, con 25% de probabilidades, es una retracción de las ventas de 20%. El escenario más probable, con 50% de las chances, es de una baja de 25%. El escenario pesimista, con 25% de concretarse, muestra una reducción de más del 30%. Así vemos en 2024”, explicó a Ámbito una fuente del sector.
Esta caída tiene que ver con los aumentos de los precios que se registraron en diciembre y lo que se espera que pase en los próximos meses. La suba de los 0 km fue de más de 40%, con picos de hasta 60%.
El ajuste no fue mayor (el dólar pasó de $380 a $800) porque las marcas no pudieron trasladar toda la devaluación debido al tope que impone la base tributaria del impuesto al “lujo”.
Desde el 1 de diciembre, todos los 0 km de más de $14.700.000 están alcanzados por este gravamen. De esta manera, las marcas ajustaron los valores de los vehículos con el efecto de que algunos modelos quedaron alcanzados y subieron un 25% adicional y otros están “topeados” justo por debajo de ese precio para no tributar.
Sobreprecios
En la práctica, estos 0 km se venden con sobreprecios o están fuera de comercialización. Fuentes del sector explicaron que, en las distintas estrategias comerciales de cada terminal, algunas suspendieron la facturación a la red de determinados modelos por el efecto de los Impuestos Internos y sólo se están vendiendo los que hay en stock en la red.
Este punto es importante porque el Gobierno de Javier Milei tiene previsto modificar la aplicación de este tributo, tal como adelantó Ámbito. Fuentes oficiales reconocen en “off” que están trabajando para cambiar el régimen tributario que nació pensado para gravar a los modelos de precios altos, pero que en los últimos cuatro años afectó a modelos de gama media y chica.
Incluso, desde las terminales ya mandaron mensajes a sus redes de concesionarias adelantando que “en breve” se eliminará este impuesto tal como se lo conoce hoy.
La duda es cómo y cuándo. La próxima actualización tendría que ser a fin de febrero, pero el Ejecutivo tiene la potestad de suspender la primera escala mediante un decreto, como hizo Mauricio Macri cuando asumió a fines del 2015.
El dato no es menor debido a que este cambio impositivo, más la previsión de una baja de las ventas, anticipa un mercado diferente pare el 2024 con la posible generalización de los descuentos. Hoy hay algunos modelos se venden con bonificaciones que llegan al 20%.
“Este año se empezaron a ver descuentos en algunos modelos nacionales porque las ventas se fueron enfriando a medida que se aceleraba la inflación, pero el año que viene esta política se va a generalizar porque la demanda va a estar mucho más floja”, dijeron a Ámbito desde una terminal.
La esperada eliminación o cambio del impuesto al “lujo” va a beneficiar a los consumidores. Si bien en este contexto de tan alta inflación no se van a ver precios en baja, lo que va a generar es que se atenúen los incrementos que mes a mes tienen los 0 km por el alza del costo de vida.
Inflación
“Si la inflación acumulada en los próximos dos meses es de 50% o más, pero quitan el Impuesto Interno de la primera escala, que implica un recargo del 25%, el aumento al público no va a ser de 50%, sino de 25%”, explicó el dueño de una concesionaria.
En cuanto a los descuentos, una importante terminal -que no viene teniendo bonificaciones en ninguno de sus modelos- ya anticipó a la red que para el 2024 se proyectan bonificaciones de 8% a 10%.
Las concesionarias trabajan con un margen de 15%, y de ese porcentaje aproximadamente la mitad corresponde a los costos de la agencia. Por lo que una rebaja de esa magnitud se llevaría la rentabilidad que están teniendo.
El otro factor importante para impulsar la baja de precios es que se supone que el año próximo habrá una mejor oferta ya que se flexibilizarían las normas para importar, desaparecen las SIRA y otras restricciones.
El cambio de esquema importador para todos los sectores empezaría a aplicarse desde esta semana y, entre otras cosas, ampliaría la posibilidad de importar vehículos con dólares propios. Este mecanismo se estuvo implementando en los últimos meses para un segmento de autos de alta gama, pero ahora está suspendido como casi todas las importaciones por el recambio de régimen.
Con un mejor abastecimiento de 0 km (importados y nacionales), el cambio del impuesto al “lujo” y un mercado recesivo por la devaluación y situación económica, las perspectivas para el 2024 apuntan a un giro del paradigma del mercado que pasará de uno de demanda a otro de oferta en beneficio de los consumidores que tengan capacidad de compra.
Fuente: ambito.com