eberían haberle practicado el aborto. El Estado no estuvo presente”, decía Vicenta Avendaño en 2014, en el primer acto de reparación simbólica por una violación de los derechos sexuales y reproductivos del país. Para llegar a eso tuvo que atravesar una incansable lucha contra todo un sistema judicial patriarcal que buscaba negar los derechos de su hija. 

Eso es lo que retrata el documental “Vicenta”, que ya se encuentra disponible en Cine.Ar. “Cuenta la historia de una mujer que nunca se rindió”, lo define su director, Darío Doria, en diálogo con este medio. “Quienes recuerdan esta historia, recuerdan solo la parte desalentadora, porque la otra parte no fue contada. Entonces, para mí, lo importante no era tanto recordar sino completar la historia”, sigue.

VICENTA_TRAILER from CEPA Audiovisual on Vimeo.

El caso se remonta a 2006. Su hija Laura, adolescente de 19 años que padece discapacidad mental, quedó embarazada luego de sufrir una violación por parte de su tío. Vicenta, desde un barrio popular de la localidad bonaerense de Guernica, se entera lo que pasó luego de que visitaron al médico. Como ella no sabía ni leer ni escribir, le pidió a su otra hija que la acompañe al hospital para que Laura pudiera acceder a un aborto legal.

“Yo solo quiero saber si es posible interrumpir este embarazo, dado que mi hija, por la discapacidad que padece, no se encuentra en condiciones de traer un hijo al mundo”, decía Vicenta. Sin embargo, luego de recorrer hospitales, tribunales y juzgados, la justicia patriarcal le negó ese derecho.

Foto: Gentileza prensa

“Me acuerdo la indignación que me provocaba todo, lo que le estaba tocando vivir a Vicenta y la panzada que se estaban dando los medios con la historia. Pero un día, el posterior a que todos nos enteramos en directo por TV que la interrupción legal del embarazo solicitado por Vicenta para su hija no se iba a realizar, la historia desapareció de los medios. Vicenta y su hija ya no eran noticia, dejaron de importar”, cuenta Doria. 

En ese momento, según confiesa, nació la idea de crear un documental sobre el caso y el horror que tuvieron que atravesar. Para eso se reunió con Vicenta, quien le dio la autorización para llevar la historia a la pantalla grande y con su nombre; de todas formas, le pidió no participar por “el dolor que le causa recordar todo lo que le tocó vivir”. 

“Lo que había quedado en el aire era tristísimo y desalentador, pero lo que sucedió después, fuera de los focos mediáticos, fue todo lo contrario. No quiero contar detalles para no spoilear, pero la historia se volvió maravillosa, emocionante, esperanzadora y fue entonces que supe que en algún momento iba a hacer esta peli”, añade.

Para el relato, Doria contó con dirección de arte e ilustraciones de Mariana Ardanaz y un guion que el realizador preparó junto a Florencia Gattari y Luis Camardella para que sea narrado por la cantante Liliana Herrero. Como herramienta principal: utilizó 120 figuras de plastilina y 34 maquetas. 

Darío Doria | Foto: Gentileza prensa

El objetivo de esta herramienta, según evalúa, fue “poner al espectador junto a Vicenta para hacerle sentir lo que ella vivió”: “Lo hicimos junto a Ardanaz, y decidimos no animar a los personajes, no darles movimiento. Nos acercamos a la animación pero sin adentrarnos en ella. El resultado de esa prueba fue muy bueno, incluso sorprendente para nosotros. Esos inmóviles personajes de plastilina lograban generarnos emociones y parecían soportar muy bien el peso dramático de la historia”, explicó.

“Esta historia, por su densidad y dramatismo, lo soporta y hasta lo agradece a ese recurso. Pobreza, analfabetismo, discapacidad, aborto. Si queríamos que la gente se acerque a Vicenta y la acompañe hasta el final de la historia debíamos brindar una mirada más ‘amable’, menos hostil. Que no espante sino que invite. Así fue que decidimos alejarnos de lo estrictamente real para ofrecerle al espectador un mundo de maquetas habitado por personajes de plastilina”, agrega. 

La película, además, representó un desafío a nivel personal para Doria. Según recuerda, su familia “no era para nada cinéfila”, y lo inscribió en un colegio técnico para hacer la secundaria. “Por suerte cambié de rumbo”, confiesa el director, quien se anotó a estudiar Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Darío Doria | Foto: Gentileza prensa

“Recién ahí descubrí lo mucho que me gustaba el cine”, reflexiona. Cuando terminó de cursar, trabajó más de 10 años en publicidades y documentales institucionales, y se convirtió en un apasionado por el cine documental. “Vicenta”, su trabajo más reciente, fue laureada en el festival Dok Leipzig, ganadora del premio de la crítica internacional de Fipresci y se estrenó en la Selección Oficial Fuera de Competencia del Festival Internacional de Mar del Plata; no es la primera vez que el director desembarca en el evento, ya que sus documentales anteriores también pasaron por el festival argentino: “Grissinopoli” (2004), “Elsa y su ballet” (2011) y “Salud rural” (2014).

“Al festival le tengo un cariño muy especial. Tengo recuerdos muy lindos. Al ser online, gratuito y federal permitió que Vicenta llegue a muchas más personas y muchos de ellos nos hicieron saber que les gustó nuestra película. Así que el paso por el festival nos ha dado muchas y muy lindas emociones”, reconoce. 

Foto: Gentileza prensa

Desde el 3 al 10 de diciembre se encuentra disponible en Cine.Ar, para ver de forma gratuita. La misma semana en Congreso se debate una vez más en la Cámara de Diputados la aprobación del aborto legal, seguro y gratuito en nuestro país. Como Vicenta y su hija, cada día mujeres de todo el país se enfrentan a abortos clandestinos y a la feroz burocracia del sistema judicial, como también a los estigmas sociales y a la ausencia del Estado. 

Eso es lo que espera visibilizar el director, quien cuenta que cuando terminó la película volvió a llamar a Vicenta: “Tuvimos una muy linda charla. Me contó que ella y su hija están muy bien, me volvió a explicar lo doloroso que es para ella recordar lo sucedido. Esperamos sumar un granito de arena al debate y a la lucha de las mujeres por el aborto”, analiza. 

En 2014 Vicenta se presentaba en el acto de reparación histórica impulsado por el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Con micrófono en mano, y con un grito que alza la voz por miles de mujeres, exclamó: “Pido que el aborto sea legal y que no le pase a nadie más lo que le pasó a mi hija".