Mostró chats para intentar probar la relación que mantenían el exsecretario de Obras Públicas K y el empresario Nicolás Caputo, amigo de Macri. “¿Ahí no hubo asociación ilícita?”, dijo.
En el “descargo paralelo” que montó desde su despacho en el Senado de la Nación, la vicepresidenta Cristina Kirchner pasó a la ofensiva y apuntó contra los fiscales de la “causa Vialidad” por no haber investigado el vínculo entre el empresario Nicolás Caputo, amigo personal del expresidente Mauricio Macri, y José López, exsecretario de Obras Públicas de todos los gobiernos kirchneristas.
Cristina Kirchner corrió el eje de la discusión y puso en el centro de la escena la supuesta relación de amistad entre Caputo, empresario de la construcción y la energía, y López, el exfuncionario condenado por los bolsos con nueve millones de dólares que intentó esconder en un convento de la localidad bonaerense de General Rodríguez en 2016.
La vicepresidenta mostró una serie de mensajes intercambiados entre Caputo y López y cuestionó que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, quienes la acusan de liderar una asociación ilícita y pidieron para ella 12 años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos, no hubieran reparado en “la frecuencia y en la familiaridad de la relación” entre ambos.
Según reveló la titular del Senado, López y Caputo se comunicaron 109 veces entre 2013 y 2016, año en que el exfuncionario fue detenido.
“Comodoro PRO no lo investigó. No lo hicieron porque no les convenía: ¡los nueve millones de dólares que le pagaron al secretario de Obras Públicas eran de ellos, los macristas! No tengo dudas”, sentenció la titular del Senado. Y preguntó retóricamente: “¿Ahí no hubo asociación ilícita?”
Cristina también mostró las comunicaciones de López con Eduardo Gutiérrez, empresario del grupo Farallón y testaferro del funcionario, y de Juan Chediack, extitular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), dueño de la empresa Chediack y “arrepentido” en el caso de los “cuadernos de la corrupción”.
Las comunicaciones
La vicepresidenta señaló que López se comunicó 86 veces con Chediack y 177 con Gutiérrez en los tres años relevados, mientras que en el mismo período el empresario Lázaro Báez (para quien la fiscalía pidió 12 años de prisión) lo hizo tan sólo en seis oportunidades.
En los intercambios con Chediack difundidos por Cristina, se ve cómo el empresario le pedía a López que recibiera a “la comisión de obras viales de la CAC” para hablar del “tema presupuestario” y del “bono asfaltos”.
En tanto, las conversaciones entre López y Gutiérrez dan cuenta de reuniones familiares frecuentes y de saludos por las fiestas de Fin de Año y el Día del Amigo.
“Pero la jefa de la asociación ilícita soy yo”, se molestó Cristina Kirchner, y en otro tramo de su defensa lanzó: “La que se siente una boluda soy yo”.
La vicepresidenta acusó a los fiscales de “no leer las pruebas que recaban, porque Luciani dijo que durante meses estuvo leyendo los mensajes del celular secuestrado en aquel horrible episodio” en el que López arrojó los bolsos con dólares.
“Cuando los fiscales ven que no tienen ningún tipo de prueba, porque no era como ellos decían, porque habían adoptado el guion de los medios, buscan pruebas en otras causas”, denunció.
E insistió: “Luciani dice que estuvo meses viendo los papeles, ¿no vio esto? ¿No le llamó la atención este grado de familiaridad? ¡Notable!”
Además, advirtió que los interlocutores hacían “todo un drama cuando hablaban; si llamaban a un fijo o a un celular”, e ironizó: “Yo no sé qué tenía que hablar esta gente que no quería que la escucharan”.
Por otra parte, en un intento de mostrar la habitualidad de los diálogos entre funcionarios y empresarios, Cristina Kirchner mencionó que Héctor Magnetto, CEO de Clarín, “también iba a Olivos” a ver al expresidente Néstor Kirchner.
Otro vínculo con el macrismo
En algunos de los mensajes de López a Caputo difundidos por la titular del Senado, el entonces secretario de Obras Públicas le pedía al empresario amigo de Macri que gestionara pagos del Instituto de la Vivienda porteño (IVC), entonces dirigido por Emilio Basavilbaso, durante la gestión de Macri en la ciudad de Buenos Aires.
“¿Qué hacía Caputo, un empresario de la construcción, manejando y ordenando pagos del IVC? ¿Viste? Flojitos de papeles cobraron igual… ¡con la tuya, contribuyente!”, reprochó Cristina en su cuenta de Twitter, donde terminó de completar los datos vertidos en su prolongado descargo ante las cámaras .
Además, la vicepresidenta recordó que, cuando Macri asumió como presidente, Basavilbaso quedó al frente de la Anses manejando el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que “tiene acciones en las empresas de Caputo y de (Héctor) Magnetto”.