A diferencia del tono que se manejó en la Basílica de Luján, los dirigentes locales brindaron discursos contra Juntos por el Cambio, a quienes acusaron de sentar las bases para atacar a la Vicepresidenta.
El Frente de Todos de la Ciudad, apenas terminó la misa con todo el arco político oficialista en Luján para convocar a la “fraternidad” después del atentado contra Cristina Kirchner, se embarcó también, como estaba previsto, en un acto en el Parque Lezama basado en el intento de magnicidio. La diferencia principal fue el tono y el objetivo. Mientras que en la Basílica la mayor parte de los referentes políticos se volcó por llamar al “diálogo” y apenas hubo alusiones puntuales contra la oposición por no asistir, en la Ciudad se mostraron más duros, de “defensa” de la vice, a quien reivindicaron como candidata, contra los “discursos de odio”, contra Mauricio Macri y contra la oposición en general. De todas formas, también hubo algunos pedidos de pacificación.
El acto, convocado por el PJ y La Cámpora porteños, en particular por el senador nacional y titular del partido a nivel local, Mariano Recalde, transcurrió en el formato de “plaza abierta”. Estaba previsto hace dos semanas, pero en plena indignación K por los avances de la causa Vialidad, se había trasladado a Recoleta, a la casa de CFK contra el “lawfare”.
Finalmente, hoy se concretó, 9 días después del ataque físico a la vicepresidenta, en el anfiteatro del Parque Lezama.
Con la consigna “a Cristina la cuidamos entre todos”, alrededor de 5000 militantes y vecinos y un sinfín de referentes políticos se reunió en el punto verde de Barracas, en el bajo de la ciudad, desde las 15. Pero el acto no empezó hasta pasadas las 16.15, con una larga lista de oradores.
Recalde -senador nacional, hoy presidente del PJ local y referente de La Cámpora- que estuvo a cargo del cierre del acto, lanzó fuertes críticas apenas empezó a hablar contra el fiscal Diego Luciani, a quien calificó, micrófono en mano, como “un misógino, amigo de Macri”, y lo recordó “transmitiendo en cadena nacional una sarta de improperios, con frases hechas de gorilismo”. “Antes usaban el partido militar, y ahora estamos preocupados porque quieren proscribir a Cristina. Eso es cerrarnos el futuro a todos. Pero nos quedamos cortos con esa preocupación. Porque ahora quieren verla muerta. Y ese es el límite. De ahí no van a pasar”.
“Para defender a Cristina de estos grupos reaccionarios y de estos fiscales y jueces, creían que nos desactivaban. Pero estamos más activos que nunca”, siguió. Y terminó con un llamado contra “los cuatro años de Macri y para que podamos sacar a Macri de la Casa Rosada” y a favor de ella, electoralmente: “Vamos por ella, sabemos que Cristina es Patria, son los derechos y el futuro. Con Cristina hay 2023, compañeros”.
Si bien había presencia policial de la Metropolitana, fue escasa y no se registraron incidentes con los manifestantes, como sí había ocurrido hace dos semanas, durante la protesta contra la actuación de la Justicia -en la causa Vialidad- en torno al edificio donde vive Cristina Kirchner en Recoleta.
En cambio, el encuentro militante, si bien fue nutrido, no tuvo enfrentamientos. El FDT abrazó, después de que un hombre gatillara contra la cara de la vicepresidenta, una actitud menos confrontativa. Y tampoco hubo ademanes desde la Ciudad. El clima, más allá del contenido de los discursos, era de tranquilidad.
De todas formas, entre las palabras de los dirigentes se colaron, entre la defensa a Cristina Kirchner, varios comentarios que evidenciaron malestar con Juntos por el Cambio, a quienes, aunque sin nombres, acusaron de sentar las bases para atacar a Cristina. A diferencia de la postura que adoptaron otros dirigentes nacionales, principalmente el ministro del Interior, Wado de Pedro, que el miércoles dijo que estaba avanzando en una convocatoria al diálogo con la oposición.
El alfil de Cristina Kirchner no estuvo en Lezama. Tampoco el presidente Alberto Fernández. Al igual que el resto de la primera plana del gobierno nacional y bonaerense, prefirieron estar en la ceremonia religiosa realizada en tierras bonaerenses. Aunque en el acto porteño, además de los legisladores locales y diputados nacionales por la Ciudad, sí dijo presente el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, que tiene origen y mantiene la influencia en la esfera local, pero al mismo tiempo asesora al primer mandatario y coordina los ministerios bajo la órbita de Juan Manzur, en la Casa Rosada.
El contraste entre ambos actos fue marcado. En Luján, las palabras de los líderes religiosos, así como los de los ministros que asistieron -Santiago Cafiero, Jorge Taiana, Wado de Pedro, entre otros- y de los dirigentes sociales afines al kirchnerismo, como Juan Grabois, estuvieron orientados a la pacificación. En cambio, en Parque Lezama hubo palabras de cuestionamiento fuerte, con comparaciones, por ejemplo, entre el intento de disparo y con la Masacre de Trelew, y reiteradas reflexiones sobre los “discursos de odio” y los dirigentes que los propician. Estuvieron Víctor Santa María, Juan Manuel Olmos, la ministra de Género Elizabeth Gómez Alcorta, el ministro de Ciencia Daniel Filmus, la portavoz Gabriela Cerruti, el diputado nacional Itai Hagman, el asesor presidencial Alejandro Grimson.
En el anfiteatro de la plaza, bien organizadas con sus banderas una junto a la otra en lo alto, dieron el presente todas las organizaciones del Frente de Todos en sus expresiones locales: el Peronismo por la Ciudad, La Cámpora, el Movimiento Evita, la Corriente Nacional de la Militancia (del titular de la AFI, Agustín Rossi); Unidos y Organizados, Los Irrompibles (del diputado nacional Leandro Santoro, otro de los presentes); el Partido Comunista Revolucionario: Nuevo Encuentro; el Frente Social Peronista, Liberación Popular.
“Todos con Cristina” era el eslogan principal, que estaba plasmado en remeras banderas, e inclusive en un micro característico que el peronismo de la Ciudad suele llevar a las marchas y que se había estacionado en una de las calles cortadas de las inmediaciones del parque. Pero también hubo alusiones electorales, con los cantos que rezaban: “Cristina Presidenta”.
La convocatoria no fue tan importante como en Recoleta, hace dos semanas, y el viernes pasado, horas después del atentado. Alrededor de las 16.30, en el día soleado, los asientos del anfiteatro estaban completos, pero en el espacio en torno al escenario montado en el centro había lugar para transitar con facilidad. Desde las gradas se escuchaban, por momentos, algunos cánticos defensivos que decían: “Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”.
Los discursos estuvieron, en primer lugar, en la voz de legisladores del FDT, como Leandro Santoro, la camporista Paula Penacca, Ofelia Fernández, que recordaron repetidamente, micrófono en mano, su “amor” por la vicepresidenta, pero también sus críticas contra la oposición. “Nuestro amor es lúcido, y es un momento difícil, el futuro suena abrumador. Pero el mejor momento tiene que estar por venir. Y Cristina va a estar ahí para construirlo, y esto es lo que les molesta, porque sigue siendo lo más amenazante contra su lógica”, dijo la joven legisladora.
“Cristina es más que una bandera del peronismo. Cristina dejó de ser patrimonio del peronismo para ser patrimonio de la Argentina y expresa una idea de país y de entender la democracia”, dijo Santoro, cercano a Alberto Fernández, con tono épico. “Es el pueblo en las calles el que va a defender a Cristina. Esta pelea se da sensibilizando a un sector de la sociedad que está en disputa. Tenemos que alcanzar un consenso democrático” agregó Fernández. “Ojo por ojo, el mundo se queda ciego”, enfatizó.
La dirigencia local llamó a convocar todas las semanas a manifestaciones similares en otras plazas de la ciudad. “Alberto y Cristina nos hicieron reivindicar el rol de Alfonsín. El amor vence al odio, pero también tenemos que luchar. Los invitamos a ir a hacer más plazas, semana por semana. Que se acabe la violencia, y defendamos todos la democracia”, sostuvieron en el escenario.
Entre los últimos oradores estuvo la portavoz, Gabriela Cerruti, que asistió en representación del Presidente y como dirigente local. Habló con vehemencia, y alusiones a Alberto Fernández, entre la denuncia de una “amenaza contra el pacto democrático”.
“Que un grupo de enajenados no piense que puede atentar contra la vida de la vicepresidenta”, sostuvo. “A veces, siento que le sacamos la ideología, cuando hablamos de discursos del odio. Estamos hablando de los que quieren ir contra el pacto democrático. Tenemos tres certezas. No sabemos cuán grande fue la banda, si hubo banda, espionaje. Pero sabemos que Cristina está viva, que la Justicia esta investigando. Y sabemos que no sabemos por qué lo hizo, pero el pibe que lo llevó adelante no es un marciano. Es un pibe metido en un discurso del odio. Ahí es donde tenemos que mirar”.
“Los odiantes no soportan a mujeres pensantes como Cristina. Estamos frente a un fenómeno planetario, las derechas luchan contra las mujeres y los derechos de las diversidades”, agregó Dora Barrancos, referente de género del oficialismo y asesora presidencial. “Si estamos unidos, las hienas retrocederán. Nos resta una fraterna y sorora relación, necesitamos poner la escala empática”, finalizó.