La Casa Blanca mantuvo la gira oficial del almirante Craig Faller, que llega hoy para realizar donaciones contra el COVID-19, pese a la abrupta salida del Grupo de Lima que cuestiona a Nicolás Maduro y su régimen populista
Joseph Biden está dispuesto a ejecutar todos los gestos políticos necesarios para mantener una relación diplomática fluida con Alberto Fernández. A la Casa Blanca no le gustó que la Casa Rosada decidiera renunciar al Grupo de Lima, pero la administración demócrata no hará nada que facilite el avance regional de China y la faena discursiva de los sectores más duros del kirchnerismo.
La Casa Blanca asume la ofensiva de Xi Jinping en Argentina -a través de las vacunas, el swap de 18.500 millones de dólares y su intención de controlar la Hidrovía- y rechaza la ambivalencia de Alberto Fernández respecto a Nicolás Maduro y su régimen populista.
Sin embargo, Washington optó por un vínculo diplomático activo que acerque posiciones con Balcarce 50 y que limite las posibilidades de China y Venezuela de ocupar los espacios geopolíticos que Estados Unidos pudiera abandonar por una relación distante con el gobierno peronista.
Desde esta perspectiva, Biden invitó al Presidente a una cumbre virtual de Cambio Climático con participación de líderes mundiales y continúa apoyando la negociación de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar de las pretensiones de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Máximo Kirchner de modificar los plazos ya establecidos para pagar un probable Acuerdo de Facilidades Extendidas.
Y para que no haya dudas acerca de la apuesta geopolítica de la Casa Blanca, el almirante Craig S. Faller aterrizará hoy en Ezeiza con el objetivo de realizar donaciones humanitarias en Buenos Aires y Ushuaia para enfrentar las consecuencias sanitarias de la segunda ola del COVID-19.
Faller es jefe del Comando Sur, la unidad del Pentágono que monitorea casi toda América Latina, y tiene una posición crítica respecto a Maduro y China. La visita del almirante de los Estados Unidos estaba prevista con anterioridad de la abrupta salida de la Argentina del Grupo de Lima, y Biden podría haber cancelado su viaje al país en repudió a esa decisión diplomática que se leyó en DC como un respaldo tácito al régimen populista venezolano.
Sin embargo, el presidente demócrata privilegió la relación bilateral con Balcarce 50 y autorizó el vuelo de Faller a Buenos Aires y Ushuaia, adonde donará hospitales de campaña y otros insumos para aplacar la pandemia en la Argentina. El jefe del Comando Sur se reunirá con Agustín Rossi -ministro de Defensa- y en ese encuentro a puerta cerradas explicitará la mirada de Biden sobre Maduro y China.
“Lo que mantiene a Maduro en el poder son los intereses que atentan contra los derechos humanos y contra nuestra seguridad común. Pero estamos trabajando para interrumpir el centro de gravedad alrededor de Maduro”, opinó el almirante Faller en un seminario organizado por The Atlantic Council.
La alusión al “centro de gravedad” del régimen de Venezuela no es un hecho azaroso. Faller alude -sin nombrar- a Cuba, Irán, China y Rusia, los aliados estratégicos de Maduro que aportan seguridad, inteligencia militar, armamento y fondos incontables que permiten la estabilidad relativa de la nomenclatura populista.
“China está tratando de reescribir las reglas del mundo, quiere una nueva forma de democracia, que en realidad es una autocracia. (...) No hace falta más que ver los abusos a los derechos humanos, la corrupción, los tratados preferenciales, la diplomacia de las vacunas que tienen ahora. Y buscan convertirse en un socio ante la necesidad”, aseguró Faller en un seminario académico organizado por el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry.
Biden envía al jefe del Comando Sur para que repita estos conceptos frente al ministro de Defensa y otros integrantes del gobierno del Frente de Todos, que tienen una mirada geopolítica más vinculada a la perspectiva de Maduro, Xi y Vladimir Putin.
Rossi es pragmático al momento de evaluar los regímenes de Venezuela, China y Putin, y deberá utilizar toda su experiencia política para explicar al almirante Faller porque China puede quedarse con la Hidrovía y que interés doméstico contempló Alberto Fernández para justificar la renuncia al Grupo de Lima.
Faller estará 48 horas en la Argentina: tiempo suficiente para comprobar in situ que profundidad tiene la relación diplomática del Gobierno con China, Rusia y Venezuela. Después escribirá un memo secreto que llegará sin escalas al Departamento de Estado y al Pentágono.