Demoras en turnos médicos: crece la lista de pacientes sin atención en pandemia

Ocurre tanto en hospitales como a través de prepagas y obras sociales de todo el país.

Alberto (73) es asmático, tiene hipertensión y necesita la cirugía de cadera que se suspendió antes de la pandemia. “Ya no puedo casi caminar. Llamé al 138 de PAMI y me piden que vea primero a un traumatólogo, pero el problema es que no me dan turno. Me dicen que vaya a la guardia del Milstein o al hospital que me corresponde por cartilla, pero ahí nunca me atienden el teléfono y no puedo ir en persona, porque me duelen las piernas”, cuenta.

A Asunta (72) le tocó llamar a la línea 147, de la Ciudad, para retomar sus controles anuales. Pero después de 20 minutos de espera, le informaron que ningún hospital tiene disponibilidad para las especialidades de cardiología y endocrinología.

La lista de adultos mayores que llamaron este mes a la Defensoría de la Tercera Edad para reportar situaciones similares continúa. Mirta (80) no consigue turno con un diabetólogo. Y Carmen (68), paciente oncológica, no logra hacerse los estudios para renovar la medicación, por lo que corre riesgo de tener que interrumpir el tratamiento.

A más de un año de que comenzara la pandemia, la demora o dificultad para conseguir turnos para controles y estudios no relacionados al coronavirus se vuelve una nueva amenaza a la salud. Y no solo para los de más edad.

Asociaciones de pacientes consultadas por Clarín coincidieron en señalar que es un fenómeno generalizado, mientras que especialistas médicos detallaron los problemas para garantizar la atención.

 

Demoras en las filas en el Hospital Central, para sacar turnos, testeos de Covid 19 y realizar estudios de coronavirus.

 

“Primero el confinamiento, después el miedo a salir y, ahora, cuando pedís turno tenés dos o tres meses de demora: la verdad es que este año deja mucho que desear”, enumeró Liliana Tieri, directora ejecutiva de la Asociación para el Cuidado de la Diabetes en la Argentina (Cuidar).

Según una encuesta desarrollada por esa y otras asociaciones de pacientes con enfermedades crónicas, cáncer y enfermedades poco frecuentes, el 50% de los pacientes sufrió un empeoramiento de su estado a raíz de las “trabas y procesos administrativos” en 2020, sobre todo por la falta de acceso a los tratamientos, a consultas con profesionales médicos y a información clara.

Un problema que se agudiza
La demora para conseguir turnos es un problema que comenzó con en el comienzo de la pandemia, con la restricción a la circulación y la atención médica concentrada únicamente a urgencias, y se agudizó a mediados de 2020, con turnos que se demoraban hasta el triple de tiempo en relación a lo que sucedía antes de la pandemia.

Muchos centros de salud públicos y privados concentraban sus esfuerzos en el tratamiento del coronavirus, con profesionales reasignados a tareas Covid. Además, había un aumento de la demanda de aquellos pacientes que habían pospuesto visitas al médico por meses.

También estaba la dificultad para aplicar los protocolos sanitarios, que eliminaba la posibilidad de dar sobreturnos para evitar salas de espera sin distanciamiento social y duplicaban el tiempo de cada atención o procedimiento, producto de la necesidad de sanitización.

El médico cirujano Rubén Torres, rector de la Universidad ISalud, evaluó por qué las demoras persisten, a más de un año de que el coronavirus llegara al país.

“Ahora, con las entidades y médicos adaptados a los protocolos, también existe en el sector privado un componente nuevo que es el de los niveles arancelarios. Está la discusión paritaria en la que no se ponen de acuerdo, porque no hay aumento de los aranceles hace más de un año y tampoco hay aumentos para los especialistas para las atenciones”, sostuvo.

La última semana, por ejemplo, trabajadores de la salud de Tucumán realizaron una semana de paro con tres días sin asistencia a los hospitales en reclamo de mejoras salariales.

En tanto, los gremios agrupados en la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad (Fatsa) realizarán huelgas de tres horas por turnos este viernes, en el marco de su plan de lucha en reclamo de una recomposición salarial.

 

El paro nacional de los trabajadores de la salud en hospitales por reclamos salariales, en el Sanatorio Trinidad.

 

Por otro lado, Torres destacó que muchas clínicas y centros de salud atraviesan “serias dificultades financieras”, porque tienen que afrontar “costos mucho más altos de insumos por las desviaciones cambiarias y los protocolos contra el Covid”.

“Es un problema grave del conjunto del sistema, que tiene un impacto muy importante sobre, por lo que habría que darle una mayor prioridad”, evaluó.

Para Salud, un problema global
Ante la consulta de Clarín, El Ministerio de Salud destacó que "existe evidencia a nivel global y local de que el redireccionamiento de los recursos de salud a la atención de la pandemia por Covid-19 así como el temor a consultar por miedo al contagio entre las personas han generado retrasos en la consulta y en la provisión de los servicios de salud".

La cartera a cargo de Carla Vizzotti refirió que la OMS realizó una encuesta en los primeros meses de la pandemia que muestra que, en promedio, "el 53% de los países habían interrumpido parcial o completamente los servicios para el tratamiento de la hipertensión; 49% para el tratamiento de diabetes y complicaciones relacionadas; 42% para el tratamiento del cáncer y 31% para emergencias cardiovasculares".

"Para paliar esta situación, se plantean estrategias como la realización de teleconsultas, triage, seguimiento telefónico de pacientes crónicos y ambientes seguros de atención con medidas para prevenir la propagación del virus", aseguró la cartera, sin más precisiones, ante la consulta de este diario sobre cómo se estaba trabajando en resolver este problema.

Ana Salas, coordinadora de la asociación EscleroSalud, aseguró a Clarín que en algunas provincias la situación se agrava.

“Las principales complicaciones están con los estudios, en especial los de pulmón, corazón y gastrointestinales, con turnos con 3 a 4 meses de demora en promedio”, detalló.

Asimismo, la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (Fadepof) relevó distintas demoras en los turnos en su red de pacientes. Van de hasta 3 meses para una consulta con un médico clínico de adultos, tanto con obra sociales como con prepagas, y de hasta 8 meses para conseguir un genetista.

Según Salas, en Córdoba, Salta y Buenos Aires, especialmente con IOMA, los turnos para consultas tienen un mínimo de dos meses de demora, mientras que “en Chubut y Río Negro la atención es muy complicada para quienes no tienen cobertura. Hay muchas personas sin atención”.

“La pandemia es una gran excusa para ocultar o justificar muchos problemas estructurales que ya tenía el sistema de salud que se van profundizando”, opinó Eugenio Semino, titular de la Defensoría de la Tercera Edad.

 

El Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino.

 

El ombudsman explicó a Clarín que “los efectores y prestadores traducen las dificultades financieras por problemas contractuales, de no actualización de aranceles, retrasos o faltas de pago o demandas salariales no en un corte del servicio, sino dilatando los turnos, de manera que no se nota tanto el colapso, queda invisibilizado, pero cada paciente tiene que hacer un peregrinaje para conseguir su turno”.

En ese sentido, señaló que los turnos se están espaciando “muchísimo” tanto en obras sociales, como en PAMI y en el sistema privado de prepagas.

“Para el paciente añoso es grave, porque todos los controles tienen que ser con celeridad, y en cambio tenemos meses de espera y, en muchos casos, dificultades para conseguir esos turnos. En PAMI, estudios simples como una resonancia te llevan tres meses y eso”, puntualizó Semino.

Odontólogos y oftalmólogos
A esto se suma la migración de un gran número de especialistas de la atención pública y las obras sociales. “Son muchos los oftalmólogos que, pandemia mediante, tuvieron que tomar la decisión de salir del sistema, y atender sólo de forma privada”, aseguró Juan Manuel Ibarguren, del Consejo Argentino de Oftalmología.

Además, explicó que durante 2020 “los prestadores tuvieron que absorber los aumentos de medicamentos e insumos y demás conceptos que conforman la estructura de costos detallada, sin poder aumentar, prácticamente, los ingresos”.

En tanto, la Facultad de Odontología de la UBA tiene una demanda cada vez mayor. “Los pacientes están preocupados”, afirmó su decano, Pablo Rodríguez, y ejemplificó que “como las prepagas no llegan a cubrir el costo de las limas mecanizadas, muchos profesionales dejaron de hacer conductos y la gente, incluso teniendo prepagas, llega a la facultad para poder hacerse el tratamiento”.

“La pandemia solo visibilizó el problema que ya existía, porque el sistema de salud de la Argentina es casi inviable para la odontología”, evaluó Rodríguez y describió que “el 70 por ciento de la atención en odontología es con prepagas y obras sociales, que ponen precios tope para cada servicio, que en ningún caso llegan a un mínimo indispensables para trabajar”.

 

Una de las prácticas en la Facultad de Odontología de la UBA.

 

El decano siguió con el ejemplo anterior: “Una lima mecanizada de conductos vale de 8 a 9 mil pesos, y un prepago paga entre 3 y 4 mil pesos por el servicio odontólogo”.

Entonces, “muchas veces, los profesionales terminan esterilizando 3 o 4 veces la lima que está aconsejada para un solo uso o tienen que usar técnicas manuales, que no se usan hace 15 años, o cobran un extra de dinero o, como sucede en muchos casos, dejan de hacer el conducto”, siguió.

Cáncer de mama
En la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO), que dirige la periodista Silvia Fernández Barrio, relevaron que los pacientes que durante la pandemia no ubicaban a sus médicos o quisieron volver a consultarlos, encuentran una demora de turnos de al menos dos meses. Incluso personas con prepagas como Accord y OSDE.

“También, los médicos, por cumplir los protocolos, no dan sobreturnos y atienden menos pacientes, y muchos hospitales no tienen funcionando su área de dermatología”, señalaron.

Entre los pacientes oncológicos, “hay mucha demora en los turnos y tratamientos, aunque no es algo propio de la pandemia, sino estructural”, señaló a este diario Noel Murray, directora de Fundación Directorio, que viene trabajando desde el año pasado en visibilizar la problemática del cáncer de mama, la principal causa de muerte de mujeres por tumores en la Argentina.

Según datos oficiales, “son 5.600 muertes al año por cáncer de mama y en las campañas en general se pone el foco en la responsabilidad de la mujer en hacerse en los chequeos, pero hay que correrlo al sistema sanitario que tiene que garantizar que se hagan esos estudios, porque los atrasos en los diagnósticos, la falta medicación y las demoras en los turnos también son causas de muerte”, explicó Murray.

 

La ecografía, un método de detección imprescindible para el cáncer de mama.

 

Edith Grynszpancholc, de la Fundación Natalí Dafne Flexer – de ayuda al niño con cáncer, puntualizó que también la digitalización de los turnos en algunas provincias viene ocasionando problemas para el acceso entre pacientes y padres de chicos con cáncer sin acceso a Internet.

“Además, algunos hospitales del interior aplican sistemas informáticos nuevos que fallan o los padres no saben usarlos”, señaló.

Semino, de la Defensoría de la Tercera Edad, pidió recordar que los pacientes siempre le temen a los controles por miedo a recibir un resultado desfavorable.

“Tenemos ahora un sistema que no favorece la accesibilidad. El sistema tiene que facilitar que los pacientes venzan el miedo interno y vayan al médico, pero hace lo contrario. Y encima, con el Covid, hay un miedo extra a acercarse a los hospitales”, aseguró.

 

 

fuente: clarin.com

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