La empresa, que cambió de dueños el año pasado, se encuentra nuevamente en un proceso de incorporación de nuevos socios o de venta
En las últimas semanas, la cadena de electrodomésticos Garbarino viene acelerando el cierre de sucursales en todo el país. La empresa, que cambió de dueños hace casi un año, en junio de 2020, se encuentra otra vez en un proceso de incorporación de nuevos socios o venta, directamente, según confirmaron fuentes cercanas a las negociaciones.
Esta semana se confirmó el cierre de cuatro sucursales de la cadena en la ciudad de Rosario. Pero en lo que va del año, también bajaron la persiana locales en Mar del Plata, Río Cuarto, Merlo, Río Gallegos y en las provincias de Salta y Chubut. Desde el sindicato, aseguran que los empleados de la cadena aun no cobraron los salarios del mes de abril. Y que los salarios de marzo fueron abonados solo en parte: los trabajadores que están en actividad recibieron un 50% de sus sueldos y los que están suspendidos cobraron un 25 por ciento.
En tanto, fuentes del sindicato de Empleados de Comercio indicaron que la situación es “angustiante”. “Estamos reclamando el pago de los salarios. En la ciudad de Buenos Aires cerraron un local en la calle Florida al año pasado. El resto, están abiertos menos los que están en los shoppings, por las restricciones. Pero en las provincias se están cerrando muchas sucursales. A los empleados les ofrecen un retiro con un pago de indemnización al 100%, no al 200%, y en más de 10 cuotas. Muchos ya acordaron”, indicó Ramón Muerza, referente porteño del sindicato de Comercio.
El viernes pasado, 7 de mayo, en una audiencia virtual en el Ministerio de Trabajo, se presentaron la Federación Argentina de Empleados de Comercio (FAECyS) y representantes de la empresa. En ese acto, la parte gremial reclamó que la compañía no abonó en forma completa los salarios de marzo y abril de 2021. Los funcionario del ministerio fijaron una nueva fecha de audiencia para mañana, miércoles 12 mayo.
Después de un largo proceso, el año pasado, Garbarino había pasado de las manos de la familia fundadora —que le dio el nombre— al empresario Carlos Rosales, presidente de la aseguradora PROF y protesorero de San Lorenzo de Almagro. La operación se acordó el pago de salarios atrasados y una inversión de $2.000 millones en un período de 18 a 24 meses.
Pero ahora, nuevamente, se encuentra en un proceso de venta, según trascendió a fines del mes pasado. El interesado es Facundo Prado, presidente de la operadora de televisión por cable e internet Supercanal Arlink, y CEO de la empresa Centrocard. Desde el entorno del empresario aseguraron que están negociando con un contrato de confidencialidad y aún quedan unos cinco días de análisis.
Y aunque no hablan de suspensión, las negociaciones estarían algo estancadas. Siguen analizando los números de la empresa, que mantiene altos niveles de endeudamiento, lo que pone un signo de interrogación sobre las posibilidades concretas de una compra.
Cuando presentaron el plan para la empresa, desde Garbarino reconocieron que están en un proceso de “reconversión” y que, siguiendo los nuevos patrones de consumo, están redefiniendo el sentido de los locales.