"Francisco me quiere muerto”, dice un cardenal investigado por corrupción

El italiano Angelo Becciu supo ser una figura poderosa de la Santa Sede, cercano al Papa, que presidió el Dicasterio que se ocupa de los Santos, cuando un escándalo en manejo de fondos del Vaticano forzó su renuncia.

En el ojo de la tormenta está la compra de un inmueble en Londres, tema que provocó una fuerte pérdida a las finanzas papales. En audiencias de esta semana, divulgadas por la prensa italiana, se supo que grabó al Pontífice sin avisarle y que en un chat que comparte con familiares y amigos afirmó que Francisco “quiere mi muerte”.

El papa Francisco “quiere mi muerte”. Esto es lo que dijo en confianza a familiares y amigos el cardenal italiano Angelo Becciu, que supo ser uno de los hombres más poderosos del Vaticano y hoy está siendo investigado por los perjuicios sufridos por la Santa Sede con manejos financieros que realizó. 

“Quiere mi muerte”, “no pensé que llegaría a este punto”, afirma Becciu en una serie de chats en los que comenta con allegados las acusaciones que enfrenta por la venta de un edificio en el centro de Londres y, en general, por la gestión de fondos de la Santa Sede.

La existencia y el contenido de los chats fueron revelados durante la audiencia del miércoles por el Promotor de Justicia del Vaticano y son el resultado de una investigación realizada por la Guardia di Finanza de Oristano, a pedido del Vaticano. Esos contenidos fueron publicados por el diario Repubblica y Corriere della Sera en sus ediciones online y este es el texto completo de la transcripción.

“No pensé que llegaría a este punto: quiere mi muerte”, escribió Becciu en un mensaje a su familiar Giovanna Pani el 22 de julio del año pasado, dos días antes que con la ayuda de la hija de esta y la sobrina de Becciu, María Luisa Zambrano, mantuviera una conversación telefónica con el papa Francisco, noticia que trascendió durante la audiencia de ayer en el Vaticano.

En el chat la mujer lo invita a tener valor, “verás que la verdad triunfará”.

Y él responde: “Porque ahora son ellos que triunfan y nos traspasan!”, y acota que “la victoria será para los honestos”. Pani, luego, escribió a Becciu: “Es malo, quiere tu final”, refiriéndose a “su Mannu”, que en sardo significa “el mayor” y por lo tanto con toda probabilidad el papa Francisco.

El cardenal respondió: “Él no quiere hacer a mala imagen por la sentencia inicial que me dio”. Y luego insiste: “Nunca hubiera imaginado (que) no un papa, sino (que) un hombre llegaría tan lejos”.

Pani luego responde: “Es una gran cobardía, pero lucha y haz brillar la verdad. Es difícil. Venceremos en su totalidad. Algo está podrido en el Vaticano”, completó la mujer. 

En su mejor momento, Becciu fue el más influyente personaje en el Vaticano, que había acumulado tanto poder porque no solo era el confidente consejero del papa argentino en grandes asuntos, sino también el rocoso hijo de la isla de Cerdeña que conocía los más recónditos secretos de las facciones que se disputan el poder dentro del Vaticano.

El cardenal Giovanni Angelo Becciu.

Ante los cargos de corrupción presentados, el Papa aceptó la renuncia de Becciu en lo que pareció ser un tenso encuentro. Becciu perdió su cargo de Prefecto (equivalente a “ministro”) de la Congregación para la Causa de los Santos, más conocida como la Fábrica de Santos de la Iglesia. También, los derechos conexos a su condición de cardenal.

Grabación. Becciu además grabó al Papa sin su consentimiento durante una conversación telefónica en la que trató de que confirmara haber aprobado movimientos financieros confidenciales, informaron los medios italianos,

La grabación, realizada por el cardenal Angelo Becciu el 24 de julio de 2021, se produjo tres días antes del inicio de su juicio y cuando el papa Francisco acababa de someterse a una importante operación de colon. El audio no se hizo público, pero una audiencia en el tribunal del Vaticano reveló el jueves su existencia.

Becciu, de 74 años, es un antiguo consejero cercano al Papa, pero fue destituido de su cargo y despojado de sus privilegios como cardenal en septiembre de 2020, a raíz de un escándalo por un negocio inmobiliario en Londres en el que alega su inocencia.

Una decena de personas han comparecido ante el tribunal penal del Vaticano desde julio de 2021 por cargos de fraude, malversación, abuso de poder, blanqueo de capitales, corrupción y extorsión. 

Entre ellas está Cecilia Marogna, una intermediaria contratada por Becciu como consultora de seguridad y acusada de haber gastado 575 mil euros del Vaticano en hoteles y productos de lujo.

Según los fiscales, los fondos entregados a Marogna –conocida como “la dama del cardenal” en la prensa italiana– debían ayudar a liberar curas y religiosas detenidos como rehenes en el extranjero.

En su conversación telefónica con el Papa, el cardenal Becciu pide al Pontífice que confirme haber aprobado el desbloqueo de los fondos para liberar a una religiosa colombiana detenida por un grupo vinculado a Al Qaeda en Mali. 

“¿Me dio o no la autorización para lanzar las operaciones de liberación de la religiosa?”, preguntó el obispo Becciu. “Habíamos fijado el rescate en 500 mil euros, no más porque nos parecía inmoral dar más dinero a (...) los terroristas... Creo que le había informado de todo esto ... ¿se acuerda?”, continúa.

Según la retranscripción, publicada entre otros por el diario italiano Il Messaggero, el Papa responde que lo recuerda “vagamente”.

El pontífice argentino pide entonces que Becciu le haga la pregunta por escrito. La llamada fue grabada en el departamento de Becciu por uno de sus allegados, según el tribunal.

 

 

Fuente: perfil.com

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