La mayoría quiere aportar a la calma en la coalición. Pero el de Chaco y el de Buenos Aires juegan para que apoyen decididamente a la vice.
La interna oficial está pendiente de los diálogos revividos entre Alberto Ángel Fernández y Cristina Kirchner. Y también, de lo que sucede cuando se les suma Sergio Massa, como otra pata fundamental del Frente de Todos.
Pero quienes se sienten ausentes en esas conversaciones como parte integrante de la coalición gobernante son los gobernadores peronistas y aliados, quienes reclaman incidir en la discusión grande, aunque nunca en voz demasiado alta: desde que existe el kirchnerismo, los mandatarios provinciales se mostraron con poca valentía para objetar cualquier disposición tanto de Néstor como de Cristina Kirchner.
Ahora, los gobernadores crearon una "Liga" donde se reúnen para manifestar sus necesidades y reclamos. En los hechos, lograron notoriedad como grupo cuando se hizo pública su adscripción al proyecto impulsado por el cristinismo de ampliar la Corte Suprema de Justicia: esa batalla que obsesiona a la vicepresidenta concluyó con un impracticable proyecto de creación de una Corte Suprema federal, con 25 miembros.
Esa iniciativa parlamentaria está momentáneamente frenada por la particular oposición del senador puntano Adolfo Rodríguez Saá, quien funcionó en los últimos años de aliado incondicional de Cristina pero que, esta vez, sorpresivamente, se diferenció. Restan saber sus pretensiones para volver a ser permeable.
Otro que se plantó fue Alberto Weretilneck, el senador rionegrino quien tiene apetencias políticas en la provincia que ya gobernó. Tanto el nacido en El Bolsón como la gobernadora Arabela Carreras se quejan de la indiferencia de la Casa Rosada. Una foto sucedió en Olivos -en medio de la crisis por la renuncia de Martín Guzmán- entre estos dos rionegrinos con Alberto, pero esa instantánea gestionada por el asesor presidencial Julián Leunda aún no modificó la frialdad que sienten los patagónicos respecto del trato presidencial.
La mayoría de los gobernadores oficialistas quiere aportar a la calma en la coalición, esto es en la paz entre Alberto y Cristina. Allí, se destacan gestiones como la del veterinario Gildo Insfrán y del abogado Gerardo Zamora. El peronista de Formosa y el radical de Santiago del Estero hablan con la vice con asiduidad, conversan de gestión con el Presidente y quieren que se ordene políticamente la coalición.
Por otro lado, quienes pretendieron inclinar la balanza de la "Liga de gobernadores" hacia el cristinismo fueron los gobernantes de Chaco y de Buenos Aires: Jorge Capitanich y Axel Kicillof son alfiles de CFK. Estos dos asiduos visitantes del despacho en el Senado de la ex mandatarias requieren políticas más duras y enfocadas en las banderas históricas del kirchnerismo, tanto en lo político como en lo económico. Pero esta vez, el pragmatismo de los gobernadores logró mantener a "La Liga" por el momento) en un espacio intermedio que aboga por el diálogo inter pares.
Dos nombres más juegan hoy en este esquema: uno es Juan Manzur, el gobernador en uso de licencia de Tucumán desdibujado en su rol de Jefe de Gabinete nacional, fundamentalmente porque Alberto Fernández le quitó margen de maniobra cuando el médico norteño llegó a la Rosada con ímpetu, consigna de "volumen político" y promesa de ser "Juan XXIII", en referencia a la pelea presidencial de 2023 a la que se subiría con inspiración en lo que logró Carlos Menem en su lanzamiento de La Rioja a la Nación, a fines de los años '80. Aún hoy circulan rumores de nuevos roles para el tucumano que cuenta con apoyo de CFK para seguir en el Gobierno nacional.
Los gobernadores Insfrán, Zamora, Manzur y Arcioni, reunidos en la Casa de Chubut
El otro nombre que vale para los caciques provinciales es el de la nueva ministra Silvina Batakis. La nueva titular de la cartera económica nacional mantuvo aceitada, estos dos últimos años, la relación con los mandatarios a través de su cargo de Secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, que orienta Wado de Pedro. Batakis pretende hacer valer ese vínculo en su gestión para llegar indemne hasta diciembre de 2023.
Alberto Fernández, en tanto, escucha voces de sus funcionarios de cercanía que le piden que se muestre más con los gobernadores. Desde el secretario General Julio Vitobello y el jefe de asesores Juan Manuel Olmos hasta los ministros Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis cultivan la relación con los caciques de las provincias. Zabaleta le habló de eso al Presidente el miércoles pasado, en General Rodríguez, y Katopodis lo hizo luego de la visita a Tucumán, este viernes, junto a Juan Manzur, donde también estuvo el gobernador interino Osvaldo Jaldo.
El Presidente y la Vice siguen con sus conversaciones, tabicadas al máximo por el celo que le pone la doctora Kirchner a la difusión de esas conversaciones. Ella recela de lo que puedan difundir tanto Alberto como el tercer contertulio Sergio Massa. Pero los gobernadores reciben luego, de boca de la propia Cristina, algunos pareceres de la titular del Senado. E imploran que los mismos se mantengan en ese ámbito y que no vuelvan los discursos flamígeros que desatarían tempestades capaces de alterar la paz institucional del país.
Quienes conforman esta "Liga" son los peronistas Jorge Capitanich (Chaco), Axel Kicillof (Buenos Aires), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Ricardo Quintela (La Rioja), Raúl Jalil (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Uñac (San Juan), Osvaldo Jaldo (Tucumán) Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Mariano Arcioni (Chubut). Quedó afuera, por decisión propia, el peronista santafesino Omar Perotti.
A ellos se suman los aliados Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Oscar Herrera Aguad (Misiones) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). El salteño Gustavo Sáenz juega allí como también cerca Juntos por el Cambio.