Luego de la comparecencia del primer ministro ante el Parlamento británico, sus propios ministros le exigen que abandone el cargo, mientras continúan la estrategia de renunciar para presionarlo.
Tras un escándalo y la dimisión de más de 30 funcionarios de su gabinete, la permanencia en el poder de Boris Johnson parece en la cuerda floja. El 69 % de los británicos quieren que el primer ministro renuncie.
La ya vapuleada gestión de Boris Johnson recibió lo que parece un golpe fatal. En menos de 24 horas, más de 30 funcionarios han abandonado sus cargos, entre ellos también se encuentran el procurador general Alex Chalk y Laura Trott, secretaria parlamentaria en el Departamento de Transporte.
Esta ola de renuncias ocurre menos de un mes después de que el primer ministro conservador enfrentara una moción de censura en el que 41% de los legisladores de su propio partido votaron contra él.
La última controversia en torno al primer ministro surgió la semana pasada, cuando trascendió que Chris Pincher, miembro del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes y el segundo a cargo de la disciplina de la formación, acosó a dos hombres en un lugar público mientras estaba en estado de embriaguez. Como resultado, Pincher renunció a su puesto y fue suspendido del partido.
‘Johnson on the brink’: what the papers said about Boris Johnson’s cabinet resignations https://t.co/LUoIJiDrdP
— The Guardian (@guardian) July 6, 2022
Desde entonces, se reveló que Johnson nombró a Pincher para altos cargos en el partido y el Ejecutivo pese a que estaba al tanto de las acusaciones de otros casos de conducta sexual inapropiada protagonizados por el parlamentario. Este martes, el primer ministro pidió disculpas por estas decisiones en una declaración a la BBC y admitió que le habían informado sobre una queja contra Pincher en 2019 que posteriormente fue resuelta.
Tras haber sobrevivido a la moción de censura en su contra hace apenas un mes, Boris Johnson está protegido de otra iniciativa semejante durante un año.
Esto se debe a que así lo establecen las reglas actuales del Comité 1922, el grupo que agrupa a los legisladores comunes del Partido Conservador británico. Estas señalan que ese es el periodo que debe transcurrir para poder volver a someter a cuestionamiento al líder del partido.
Sin embargo, los críticos de Johnson quieren aprovechar la convocatoria para renovar a la directiva de ese comité para intentar tomar el control del mismo y cambiar esa regla para hacer posible una nueva moción de censura.
La defensa de Johnson
En su comparecencia semanal ante el Parlamento, este miércoles por la mañana, el primer ministro se comprometió a “seguir luchando” y dijo que no renunciaría, a pesar del menguante apoyo de su propio partido.
Cuando el legislador conservador Tim Loughton le preguntó a si había alguna circunstancia en la que consideraría renunciar, Johnson dijo que lo haría “si fuera imposible continuar como gobierno”, pero aclaró que el trabajo de primer ministro “es por definición, superar momentos difíciles”.
En los Comunes, también opositores se manifestaron sobre el escándalo y la continuidad de Johnson al frente de Downing Street.
“Después de toda la sordidez, de todo el fracaso, está claro que este gobierno conservador se está derrumbando”, señaló el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
Por su parte, el jefe del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, calificó el mandato de Johnson como un “gobierno de caos que le ha fallado al país” y le conminó a renunciar.
Un sondeo de YouGov reveló que el 69% de los británicos pensaba que Johnson debía abandonar el cargo de primer ministro.