El hombre fue detenido mientras lanzaba proclamas a favor de la protección del planeta Tierra. La obra de Leonardo Da Vinci no sufrió daños, ya que el pastel chocó contra el cristal que protege el óleo.
El cuadro La Gioconda, una de las atracciones más emblemáticas del Museo del Louvre, en París, fue atacado este domingo por un hombre que accedió al lugar en silla de ruedas e intentó ensuciarla arrojándole una porción de torta.
Afortunadamente, la obra renacentista de Leonardo Da Vinci no sufrió daños, ya que el pastel chocó contra el cristal que protege el óleo.
El hecho, que tuvo lugar este domingo al mediodía, se dio a conocer tras las publicaciones en redes sociales de cientos de turistas que visitaban el museo cuando un joven, cuya identidad aún no se dio a conocer, se levantó de la silla de ruedas en la que había accedido al lugar para vandalizar el cuadro.
Rápidamente, la seguridad privada de la galería y las autoridades policiales intercedieron para detener al agresor.
Mientras era escoltado por los vigilantes del museo, el hombre, entre gritos, dijo que su accionar tenía como intención "alertar" a la gente y a los artistas sobre la destrucción de la Tierra.
“Piensen en la Tierra, hay gente que está destruyendo la Tierra. Todos los artistas piensen en la Tierra. Por eso hice eso”, exclamó a favor de la protección del planeta.
No es la primera vez que la reconocida y enigmática obra de arte sufre un ataque de este tipo. El 30 de diciembre de 1956, un pintor boliviano llamado Ugo Ungaza Villegas arrojó una piedra contra la Gioconda durante una exhibición en el Louvre.
La pedrada destrozó la vitrina que custodiaba el cuadro y desprendió un trozo de pigmento del codo izquierdo de la Mona Lisa.
Posteriormente hubo otros incidentes. El 21 de abril de 1974, mientras el cuadro estaba expuesto en el Museo Nacional de Tokio, en Japón, una mujer le arrojó pintura roja como protesta por la ausencia de accesos al museo para personas discapacitadas.
Años después, el 2 de agosto de 2009 una mujer de nacionalidad rusa, enojada por la denegación de su solicitud de ciudadanía francesa, arrojó una taza de cerámica comprada en la tienda del Louvre contra el cristal de protección. En estos dos últimos episodios la obra no sufrió ningún daño.