Una tormenta invernal "monstruosa" deja más de 60 centímetros de nieve en la Gran Manzana. Declaran estado de emergencia mientras miles de vuelos son cancelados, dejando varados a millones de viajeros.
"Golpe De Vista"

Lectura exprés
- ¿Qué sucedió?
Una potente tormenta invernal (Nor'easter) golpeó el noreste de EE.UU., descargando cantidades históricas de nieve sobre Nueva York y alrededores. - ¿Cuándo ocurrió?
El fenómeno comenzó el 26 de diciembre de 2025, intensificándose durante la noche y la madrugada del 27. - ¿Qué zonas están afectadas?
Principalmente el estado de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y partes de Massachusetts. - ¿Cuál es el impacto en el transporte?
Se cancelaron más de 4.000 vuelos; los aeropuertos JFK y LaGuardia suspendieron operaciones temporalmente y el transporte terrestre es casi nulo. - ¿Qué medidas tomaron las autoridades?
Se declaró el estado de emergencia, prohibiendo el tránsito de vehículos no esenciales para permitir el paso de máquinas quitanieves. - ¿Por qué es relevante?
Es la nevada más intensa registrada en la ciudad desde 2016, ocurriendo en uno de los momentos de mayor tráfico aéreo del año.
La costa este de los Estados Unidos amaneció este sábado cubierta por un manto blanco histórico. Lo que comenzó como una alerta meteorológica post-navideña se transformó rápidamente en una de las tormentas invernales más severas de la última década, paralizando el corazón financiero y turístico del país: Nueva York. La ciudad, habituada al ritmo frenético, se vio forzada a detener su marcha ante la acumulación de nieve que, en algunos puntos de Central Park, superó los 60 centímetros en menos de 24 horas.

El fenómeno, descrito por los meteorólogos como una "bomba ciclónica" debido a la rápida caída de la presión atmosférica, impactó de lleno el 26 de diciembre, atrapando a millones de personas que intentaban regresar a sus hogares tras las festividades de Navidad. Las imágenes de Times Square vacío y cubierto de blanco contrastan con el caos vivido en las terminales de transporte, donde la infraestructura colapsó ante la furia de la naturaleza.
"Zona de desastre": la respuesta oficial
Las autoridades estatales y locales no tardaron en reaccionar ante la magnitud del evento. La gobernación de Nueva York declaró el estado de emergencia en varios condados del sur del estado, incluyendo los cinco distritos de la ciudad de Nueva York. La medida permite movilizar recursos de la Guardia Nacional y agilizar la contratación de servicios de limpieza, pero también impone restricciones severas a la ciudadanía.
En una conferencia de prensa de urgencia, los funcionarios fueron tajantes: "Las carreteras son intransitables y peligrosas. Quédense en casa". Se emitió una prohibición de viaje para vehículos no esenciales a partir de las 20:00 horas del viernes, buscando evitar que los automovilistas quedaran atrapados en las autopistas y obstaculizaran el trabajo de las más de 2.000 máquinas quitanieves desplegadas.
Caos aéreo: miles de varados en plenas fiestas
El impacto más dramático se vive en el sector aerocomercial. La tormenta golpeó en el "peor momento posible", según analistas de la industria, coincidiendo con el pico de retorno de las vacaciones navideñas. Según los datos reportados por los servicios de monitoreo aéreo:
- Cancelaciones masivas: Más de 4.500 vuelos fueron cancelados en todo el país, con el epicentro en los aeropuertos del área triestatal.
- Cierre de operaciones: El Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK) y LaGuardia suspendieron temporalmente todas las operaciones de despegue y aterrizaje debido a la visibilidad nula y la imposibilidad de limpiar las pistas a la velocidad que caía la nieve.
- Efecto dominó: Las cancelaciones en el noreste han generado un efecto cascada, retrasando vuelos en hubs internacionales como Atlanta, Chicago y Londres.
Las terminales se han convertido en campamentos improvisados, con miles de pasajeros durmiendo en el suelo a la espera de una reprogramación que podría tardar días en concretarse.
Cifras récord y comparación histórica
Los registros meteorológicos preliminares sugieren que esta nevada podría entrar en el "Top 5" de las tormentas más grandes en la historia de la ciudad de Nueva York. Con acumulaciones que oscilan entre las 20 y 25 pulgadas (50 a 63 cm) en el área metropolitana, la tormenta de 2025 compite directamente con el histórico evento de enero de 2016 (que dejó 27,5 pulgadas).
La intensidad de la precipitación fue clave: durante la madrugada, se registraron tasas de caída de nieve de hasta 7 centímetros por hora, un ritmo que supera cualquier capacidad logística de limpieza inmediata. Además, los fuertes vientos, con ráfagas que superaron los 80 km/h, provocaron condiciones de ventisca ("blizzard") y cortes de energía dispersos, afectando a más de 150.000 usuarios en la región.
Peligros latentes y recomendaciones
Más allá de la belleza escénica y las fotos virales en redes sociales, las autoridades sanitarias han emitido alertas graves. El riesgo no solo reside en los accidentes de tránsito, sino en las consecuencias físicas del esfuerzo y el frío extremo:
- Riesgo cardíaco: Se advierte sobre el peligro de infartos inducidos por el esfuerzo de palear nieve pesada y húmeda, una causa frecuente de muerte durante estos eventos.
- Intoxicación por monóxido de carbono: Se recuerda a la población verificar que los tubos de escape de los vehículos no estén obstruidos por la nieve antes de encender el motor para calentarse, y revisar las salidas de ventilación de las calefacciones hogareñas.
- Hipotermia: Con temperaturas que se desplomaron por debajo de los -10°C tras el paso del frente frío, la exposición prolongada a la intemperie es extremadamente peligrosa.
El día después: una recuperación lenta
Mientras la nieve comienza a ceder, la tarea de "desenterrar" a la ciudad más grande de Estados Unidos apenas comienza. Se espera que el transporte público, incluido el famoso sistema de metro (que opera parcialmente en tramos exteriores), tarde al menos 48 horas en normalizar sus frecuencias. Las escuelas, aunque en receso invernal, permanecerán cerradas para actividades administrativas, y se prevé que el impacto económico en el comercio minorista sea significativo en estos días finales del año.
Esta tormenta de 2025 quedará registrada no solo por la cantidad de nieve caída, sino por recordarnos la vulnerabilidad de las grandes metrópolis ante eventos climáticos extremos, que parecen volverse cada vez más frecuentes e intensos.
